La especie ovina tiene comportamientos gregarios, como tantas otras por cierto y que en su caso, se acercan a la estupidez. Es más, estoy convencido de que, de no ser porque se valoró su lana y ahora las chuletillas de su cachorros, las ovejas se habrían extinguido. Sólo el desarrollo de la inteligencia que ha conducido al hombre a la creación de nuevas e impresionantes tecnologías nos libra, de momento, de un futuro similar al de las ovejas. Pastoreados ya estamos, por los más espabilados de nuestro género pero, afortunadamente no hay una especie superior que aspire a disfrutar de nuestro solomillo a la parrilla.
Ganas me dan, si no fuera tan perezoso, de escribir una novela que tenga por base la conducta ovina de los autodenominados 'homo sapiens'. Una versión postapocalíptica o algo así, que concluyera en las vísperas de nuestra desaparición del globo terráqueo. Comenzaría por un conflicto en cuyo trascurso se desactivaba internet en todo el planeta, nos quedábamos además sin energías de ningún tipo. Y lo que es peor sin un humilde paisano que supiera hacer fuego con dos piedras y mucho menos cazar un conejo para ir tirando. Los influencers caminarían con la miraba perdida y el cadáver de su móvil en la mano. Sin el reguetón a todo volumen sus adictos no encontrarían sentido a la vida…Ni fútbol habría para entretener a las desorientadas hordas humanas que a duras penas se podrían encontrar con esos atrofiados instintos básicos para mantenerse con vida aunque sea de una manera primitiva. Los habría que descubrirían con sorpresa que las patatas o las cebollas crecen bajo tierra y alimentarían con esos conocimientos el renacer de un futuro para la especie. Pueden reírse. De momento es sólo una broma.
Lo que no tiene nada de chiste es la evidencia de que los pastores del homo sapiens, que hasta ahora han sido los gurús de las religiones con que se maneja su concepción del mundo, ahora son los que controlan las redes como sustitutas demoledoras de los medios de comunicación tradicionales. El pensamiento libre se extingue y nos arrojamos a los brazos de quienes nos indican qué hay que hacer. En Navidad llenar todo de luces para hipnotizar a los compradores compulsivos, elevar a los altares a Papá Noel en detrimento de los Reyes Magos…y en otras fechas arrasar las celebraciones locales para imponer el estúpido Halloween sobre Las Ánimas, el Black Friday por las Rebajas de toda la vida y con el tiempo, lo han de ver, celebraremos el Día de Acción de Gracias, aunque sólo tenga fundamento histórico en los EEUU. La cosa es vender pavos. Ya tenemos el rebaño organizado. Pastores y ganado, sólo queda identificar los perros.