El Tito Berni, nombre con el que se conoce al exdiputado del PSOE Juan Bernardo Fuentes Curbelo, se ha convertido en sinónimo de una corrupción que recuerda a la del fallecido exdirector de la Guardia Civil Luis Roldán, por los nexos entre dinero, mordidas, prostitutas y cocaína. Es el cóctel explosivo del caso Mediador que le ha estallado al Ejecutivo en plena cara a tres meses de las elecciones municipales y autonómicas.
El PSOE se afana ahora en poner diques de contención y en marcar distancias con el Tito Berni. Ni le quieren nombrar. «Ese señor que se ha visto involucrado en ese caso», dijeron el presidente del Gobierno y la ministra de Hacienda para referirse a él días atrás.
Apestado. Así es como está ahora mismo un político de los de siempre en el PSOE. «Ya no es socialista, está expulsado», recalcó a la primera oportunidad el portavoz, Patxi López. El partido le suspendió de militancia cuando aún no se sabía de qué estaba acusado y luego celebró que renunciara a su acta de diputado: aseguran que obligado por Ferraz.
Han pasado casi dos semanas desde la dimisión de Juan Bernardo Fuentes Curbelo como diputado del PSOE en el Congreso por la provincia de Las Palmas y en su grupo parlamentario todavía se muestran estupefactos por lo que se ha ido desgranando del sumario del conocido como caso Mediador.
Sorprendidos tanto por los presuntos sobornos que recaudó la trama, cuya dirección le atribuyen a Fuentes Curbelo la Policía y la Guardia Civil, como por los numerosos documentos, sonidos y fotografías en los que se alude a fiestas con drogas y gastos en prostitución que supuestamente fueron sufragados por empresarios de las islas.
Representantes del PSOE aseguran que todo esto les ha descolocado totalmente y niegan que las fiestas con drogas y prostitutas a las que alude el sumario fuesen conocidas entre los parlamentarios socialistas de la Cámara Baja.
«Nos ha pillado a todos de sorpresa. Nos enteramos al mismo tiempo que se iba publicando en los medios de comunicación», apuntó un miembro del grupo en el Congreso al que todo le ha resultado «difícil de creer» en un principio, porque Juan Bernardo siempre fue «un tipo con un carácter afable y tranquilo» que era muy querido por todos.
Aunque «le gustaba salir a cenar y a veces a alguna fiesta», señala esa misma fuente, «nunca vi ninguna historia extraña. Aquí es normal salir a cenar, porque los que somos de fuera siempre nos quedamos en hoteles», agrega.
«Te puedo decir la percepción general: una persona muy apreciada dentro del grupo parlamentario. Alguien normal, que habla de su familia, de sus nietos...», expresa este diputado, que insiste en que la «faceta» que muestra el sumario era «totalmente desconocida».
Además, alude a lo «escandaloso» que resulta que sea un miembro del PSOE, un partido que históricamente se ha posicionado como «abolicionista» en el debate sobre la prostitución, el que se vea salpicado por comportamientos que «desde un punto de vista moral son inaceptables y reprobables».
«El partido es abolicionista y este tipo de cosas, aunque no hayan motivado la detención, son inaceptables. Al final se habla más de las fotos, de las cenas y demás, que de la supuesta corrupción», concluye.
El gran conseguidor
En el seno del PSOE también se manifiestan «molestos» con la tourné que Marco Antonio Navarro Tacoronte, el conocido como «mediador», y que da nombre al caso, ha realizado en los medios de comunicación.
«Me parece increíble todo. Estamos hablando de un personaje que es un delincuente declarado, que miente más que habla porque es un mentiroso patológico. Lo único que hace es dar nombres y situaciones sin prueba alguna», señala una dirigente socialista, en alusión a los antecedentes del mediador, en cuyo historial hay varias condenas por estafa, falsificación y robo.
«Todo apunta a que estafaban sin contraprestación. No entiendo la dimensión y la credibilidad que se le puede dar a una persona así», señala otra fuente.
Respecto a una cena, a la que Navarro Tacoronte aludió en numerosas entrevistas, a la que, según su testimonio, habrían acudido hasta 15 diputados socialistas de varias provincias, fuentes de Ferraz aseguran que no había ningún diputado canario más salvo el propio Fuentes Curbelo. «Si es que llegó a existir esa cena», aseveran en el deseo de marcar distancias.