La población se mueve y con ellas los servicios que se ofrecen en los municipios, como las farmacias. La llegada de más personas a determinadas poblaciones hace que se precisen de más despachos de medicamentos. Por ello, y tras 16 años, la Consejería de Sanidad ha redactado una nueva orden para establecer la delimitación y actualización de las zonas farmacéuticas de la Comunidad. Este proyecto de normativa está en exposición pública. Pero ya arroja los primeros datos si se compara con la norma de 2008: diez municipios podrán sumar más farmacias al incrementarse su número de habitantes.
En concreto, estas poblaciones son: Arroyo de la Encomienda, Cigales, Simancas, Aldeamayor de San Martín y Zaratán de Valladolid; Sariegos y Valencia de Don Juan de León; Carbajosa de la Sagrada y Villares de la Reina de Salamanca; y Palazuelos de Eresma de Segovia.
Las zonas farmacéuticas se clasifican en urbanas, semiurbanas y rurales en función de la población de cada municipio y de ahí la necesidad de adaptar todo el mapa a la nueva situación de los pueblos. En el proyecto de norma se establecen 79 zonas farmacéuticas urbanas, 51 semiurbanas y 161 rurales. La provincia que tiene un número mayor de zonas urbanas es Valladolid con 23. En el caso de zona semiurbana, son Valladolid y Salamanca con 9 cada una. Y, de nuevo, Salamanca sobresale con 25 zonas farmacéuticas rurales.
No se necesitan más. Pero el hecho de que la normativa permita abrir nuevas farmacias no significa que en Castilla y León se necesiten. Así lo asegura el presidente del Consejo de Colegios Profesionales de Farmacéuticos (Concyl), Javier Herradón, que subrayó dos cuestiones: Castilla y León es la segunda comunidad con mayor número de farmacias por habitantes, solo por detrás de Navarra; y 92,2% de los castellanos y leoneses tiene una en su lugar de residencia.
Herradón remarcó que otro 2,5% tiene un botiquín donde vive, es decir, un despacho de farmacia que abre unas horas determinadas de la semana y que depende de una farmacia de referencia. Por lo tanto, apuntó que solo un 5,3% de la población de la Comunidad no tiene ninguno de los dos recursos. Y un dato curioso que destacó el presidente de Concyl es que hay ocho farmacias que se encuentran en municipios que cuentan con menos de 100 habitantes.
Propuestas
La normativa está en consulta pública y ya ha generado numerosos comentarios. El servicio de guardia genera muchas propuestas. Que se cobre por este servicio es una de ellas, sobre todo, si la farmacia está en una zona rural. Y otro comentario apunta a que en las zonas semiurbanas se evite que una población se alternen las guardias nocturnas entre dos farmacias. Asimismo, se demanda flexibilidad a la hora de poder trasladar la farmacia a otra población dentro de la zona rural.
Y sobre los botiquines, se sugiere reducir sus horas si la farmacia cerró. También se propone que se dispensen fármacos hospitalarios bajo remuneración para reducir costes al paciente e incluso permitir el reparto de medicamentos a pueblos donde no haya ni farmacia ni botiquín.
Botiquines, la forma de 'salvar' a las farmacias rurales
Un botiquín es un despacho que se abre unas horas determinadas al día y a la semana para los residentes de un pueblo en el que no es viable mantener abierta una farmacia por la falta de personas que compren sus productos y medicamentos. Así lo explica el presidente del Consejo de Colegios Profesionales de Farmacéuticos (Concyl), Javier Herradón, que indicó que, además, estos botiquines están vinculados a una farmacia de referencia que está en otro municipio. Subrayó que lo importante es que las farmacias rurales puedan ser viables, es decir, que no tengan que cerrar porque el negocio no sea rentable. Y los botiquines son una forma de ampliar el negocio de estas farmacias rurales.
Facilitar los trámites para abrir un botiquín por parte de un farmacéutico en una zona cercana es una de las peticiones de esta organización. Su puesta en marcha se puede alargar en el tiempo y se trata, al final, de un servicio que mejora la calidad de vida de los pueblos en los que se ofrece, en concreto, en Castilla y León hay 276. Además, es un recurso para hacer más rentable la farmacia de referencia. No obstante, Concyl también demanda ayudas concretas. Un botiquín debe estar en un local, tener un mostrador, calefacción para el invierno y el farmacéutico se debe trasladarse un número determinado de horas hasta allí. Herradón subrayó que hay ayuntamientos y diputaciones que aportan ayudas. Pero demanda el pago de servicios más que subvenciones, por ejemplo, el de guardia o el desplazamiento.