Las cuentas no siempre le salen al PSOE y, tras las últimas siete derrotas cosechadas en el Pleno de Congreso, el partido de Pedro Sánchez acumula ya un total de 28 fracasos desde que arrancó oficialmente esta XV legislatura, allá por el mes de diciembre. En su mayoría corresponden a iniciativas del PP, que se someten a votación por puntos.
En concreto, hace solo unos días, los de Alberto Núñez Feijóo consiguieron que se diera luz verde a una proposición no de ley en la que exigían dotar de más profesionales sanitarios de atención primaria al Sistema Nacional de Salud este verano, un texto que salió adelante gracias a los votos de los populares, a los que se sumó Vox, PNV y UPN, con la abstención de ERC, Unidas Podemos y Coalición Canaria.
Además, los grupos del Gobierno vieron como se aprobaban, pese a su rechazo, los seis puntos de una moción de los populares sobre diversos asuntos relativos al control parlamentario, el cumplimiento de los mandatos de la Cámara y el respeto a la función legislativa del Congreso.
El Ejecutivo de coalición se enfrentó a su primera derrota parlamentaria el 10 de enero de 2024, cuando los morados tumbaron, curiosamente, el decreto ley redactado por el ministerio de Yolanda Díaz que incluía una reforma del subsidio por desempleo.
Y tres semanas después llegó la segunda. En esa ocasión fue Junts la que rechazó la proposición de ley de amnistía en la votación de conjunto a la que se sometió por tener carácter orgánico. Los de Míriam Nogueras votaron en contra impidiendo que se alcanzaran lo 176 apoyos necesarios y el texto regresó a la Comisión de Justicia.
El 29 de febrero, el Pleno aprobó la reprobación del titular del Interior, Fernando Grande-Marlaska, por la muerte de dos guardias civiles en el puerto de Barbate (Cádiz) al ser arrollados por una narcolancha. Promovida por el PP y apoyada por Vox, salió adelante al abstenerse Podemos y Junts, dos socios habituales de Sánchez.
Ya en marzo, el día 14, la oposición ganó la primera votación del caso Koldo sacando adelante una moción de los populares exigiendo al Gobierno la depuración de responsabilidades y reclamando más auditorías y documentación sobre contratos en pandemia, La iniciativa obtuvo el si porque los independentistas optaron por la abstención y abandonaron el frente del no que lideraba PSOE y Sumar.
En el primer Pleno de abril, el Ejecutivo sufrió una nueva derrota y vio cómo se aprobaba, pese a su voto en contra, una iniciativa del PP exigiendo la deflactación del IRPF para compensar la subida de la inflación, un texto que salió adelante gracias a la abstención de Junts, PNV y BNG.
Y el 23 de ese mes, los de Sánchez y Díaz no pudieron impedir que el Congreso tomara en consideración una proposición de ley también de los populares para relajar la protección al lobo ibérico, que sumó a Vox, Junts y PNV, mientras Bildu optó por la abstención.
Una ley perdida
Treinta días más tarde, en la sesión plenaria que duró del 21 al 23 de mayo, el PSOE sumó seis nuevas derrotas y retiró el debate de totalidad de la reforma de la ley de suelo, precisamente, porque no tenía apoyos suficientes para sacarla adelante. Tanto ERC, como Junts y los morados había registrado enmiendas de totalidad, que iban a contar con el apoyo de Sumar y Bildu. Ante la falta de respaldo del PP y para evitar una nueva derrota, el Ministerio de Vivienda retiró el proyecto.
También en mayo, el día 21, los socialistas ya vieron cómo se rechazaba su proposición de ley contra el proxenetismo, que solo recabó respaldo en el Grupo Mixto -del BNG, Coalición Canaria, Unión del Pueblo Navarro y el exministro José Luis Ábalos-. El resto de sus socios, incluido Sumar, votaron en contra, igual que los populares, mientras que Vox optó por la abstención. Esta era la primera vez en la legislatura que caía una ley impulsada por el Grupo Socialista. Y dos días después, en las votaciones del 23 de mayo, los de Sánchez sumaron otros cinco fracasos, hasta hora su peor marca en una sola jornada: dos en sendos puntos de una proposición no de ley del PP sobre el acceso a alimentos básicos y las otras tres en una moción, también de los de Alberto Núñez Feijóo, sobre política exterior.
A la semana siguiente, el 30 de mayo, el Ejecutivo de coalición sufrió otras dos derrotas, hasta ahora las últimas, y en ambos casos por no contar con el apoyo de Junts y PNV. En concreto, PSOE y Sumar vieron cómo se rechazaba una iniciativa del grupo plurinacional para proporcionar más información económica a los sindicatos a la hora de negociar convenios colectivos, y también perdieron el primer punto de una moción de los populares sobre políticas de juventud, instando en concreto al Gobierno a aplicar exenciones fiscales a los menores de 34 años en los primeros años de su vida laboral.
Finalmente, el 20 de junio, salieron adelante, pese al no del PSOE, los siete puntos de una proposición no de ley del PP sobre el Sáhara y las relaciones con Marruecos, superando así su récord de cinco fracasos en un día vigente desde mayo.