En el bombo hay tres equipos españoles porque al Atlético no le dijeron que era imposible hacerlo. Tampoco se lo dijeron en la 15/16 cuando era improbable ganar a aquel Bayern en semifinales y encajó 53 disparos entre ambos partidos para recibir solo dos goles; ni al Liverpool en los octavos de aquella 19/20 en la que los 'reds' eran favoritos en todas las quinielas y los colchoneros ganaron en Anfield 2-3, con un balance de 34 tiros locales y solo nueve visitantes. Era imposible tumbar el miércoles a este Inter majestuoso que lo había ganado todo en 2024, difícil marcarle más de un gol, imposible remontarle un 0-2, improbable que Oblak fuese mejor que Sommer en la tanda de penaltis… A veces hay que mirar más allá del límite y desoír las leyes de la lógica. Si no, el deporte no tendría sentido.
Merecerlo
Alemania primero gana y después se lo merece. Es una frase estupenda con la que Valdano describió la historia de los Mundiales, esos en los que unos jugaban más bonito, otros eran más favoritos, los de más allá lo merecían mucho más… pero ganaba la 'mannschaft'. Sin una explicación lógica. Por la inercia inferida de la terrible competitividad teutona. Y Alemania es a los Mundiales lo que el Real Madrid a la Copa de Europa. ¿Cuántas eliminatorias como esta, la disputada ante el Leipzig, terminarían con victoria de los de Marco Rose? 9 de cada 10. Esa décima la juega el Real Madrid: encajó 36 disparos entre los dos partidos, Lunin realizó 14 paradas, el árbitro anuló un gol 'extraño' en la ida, perdonó la expulsión a Vinícius en la vuelta -y unos minutos después, el brasileño marcaba el gol blanco-, el remate de Dani Olmo en el 93 pega en el larguero…
Los 'haters' blancos hacían quejumbrosas enumeraciones como esta después de cada partido de la inexplicable 'décimocuarta', aquella en la que fue peor que sus rivales el 90 por ciento del tiempo y terminó levantando el trofeo. Pero en noches así, al cuadro merengue (y su relación con la Copa de Europa) no hay que intentar entenderlo.
mbappé. El genio, sostiene Galeano, es tal cosa porque «se adelantó unos años a su tiempo». Llegará un día en que haya defensas capaces de parar a tipos como Mbappé al espacio, pero no hoy. Luis Enrique, despojado de Messi y Neymar, ha hecho algo muy lógico: asentar defensivamente al equipo y buscarse peloteros que puedan ponerle balones largos al 'rey Kylian'. Los encuentros serán más complejos si el rival está cerrado (de hecho, solo ha ganado 16 de los 25 partidos de la Ligue 1), pero con metros a la espalda de la defensa rival, la 'bestia' es imparable. Su doblete del Reale Arena (1-2) da alas al PSG, ese equipo que estaba virtualmente eliminado en la 5ª jornada (caía por 0-1 ante el Newcastle en el 98… y Mbappé marcó de penalti) y que ahora huele a favorito.
El superviviente
Sergi Roberto y Ter Stegen son los dos únicos nombres que quedan de la época gloriosa azulgrana. El alemán sigue teniendo el 'duende' de la época (¿Cómo es posible que no entrase el 2-2 en ese cabezazo de Lindstrom?)… y el capitán es de los pocos que recuerda de qué iba 'aquello'. Se trataba de que, llegado el momento de la verdad, el Barça se quedaba con la pelota, creaba triángulos alrededor del balón, atacaba con amagos, pases cortos, presionaba con agresividad, etcétera. Puede que el de Reus no tenga ya hueco en las portadas, pero su salida al campo en el minuto 60 asentó un partido que se estaba complicando. Y en el 80, se hizo 'un Iniesta' para ofrecerle a Gündogan un pase definitivo y asistir a Lewandowski a puerta vacía. No hay que desdeñar la importancia de los actores secundarios que actuaron junto a los mejores.