Andrés Calavia

La Era Alta

Andrés Calavia


Sobre la Soria-Castejón

28/09/2024

El campo de batalla entre los representantes políticos de los sorianos se ha trasladado esta semana al Congreso de los Diputados. Tocaba meter el dedo en el ojo del enemigo en Madrid y nada mejor que el asunto del tren y la reapertura de la línea férrea Soria-Castejón para escenificarlo. Los socialistas lo habían puesto fácil con el estudio de viabilidad pendiente de publicación desde hace meses, que ni siquiera como estudio ha sido viable hasta ahora al acumular retrasos y más retrasos. Pero ahí estaba el Partido Popular, impertérrito ante su propio pasado como campeón de los gobiernos menos inversores en la modernización del tren en Soria, para jugar su particular batallita semanal. La respuesta recibida desde el Ministerio de Transportes nos dejó como estábamos. O lo que es peor, al no aclarar nada, quedó claro que no hay nada. La representante del ministerio afirmó que no hay fechas más allá de la previsión de que el documento se remita antes de acabar el año, con lo que todo el proceso de estudio de viabilidad no estaría concluido hasta bien entrado el 2025. La tomadura de pelo continúa. No tenga duda, querido lector, que ni usted ni sus hijos verán esa línea abierta de nuevo, no cuenten con ello. 
El acierto a la hora de proponer su reapertura por parte de los socialistas sorianos, a quienes hay que reconocer que sí han invertido en la modernización de la línea férrea que va a Madrid, o la unanimidad de todos los agentes sociales de la provincia al valorar el interés estratégico que supondría para Soria la puesta en funcionamiento de la línea a Castejón, se dan de bruces con el absoluto desinterés que el proyecto suscita en el gobierno de Pedro Sánchez. En el fondo hay que entender a este hombre, que está como para perder el tiempo con los deseos de 90.000 personas, que se traducen en dos diputados, es decir, en dos votos. Y sabiendo, como sabe, que uno de esos votos siempre va a estar a favor y el otro en contra, haga lo que haga y diga lo que diga, aunque la decisión perjudique a los sorianos. En ambos casos, lo importante para quienes emiten esos votos es el partido, el sectarismo ideológico de unas siglas que todo lo ensucia y que tanto daño hace a nuestra provincia. Lo vemos, salvo alguna honrosa excepción, en cualquiera de las votaciones que se suceden en ayuntamientos, en la Diputación, en Valladolid o en Madrid. Sus jefes, los que hacen las listas electorales que les aseguran el sueldo, los quieren dóciles y les dicen lo que tienen que hacer y hasta lo que tienen que decir. Cada vez se nota más que tiran de argumentario.
 En fin, volviendo a la reapertura de la Soria-Castejón, no se imaginan la ilusión que me haría volver a subirme a un tren en mi pueblo, como cuando cogía el TER para ir de Ólvega a Madrid directo, o a Zaragoza con transbordo en Castejón. En el hipotético caso de que se produjese esa reapertura, invito a los políticos presentes a que me echen en cara esta columna de opinión, aunque ya sea un venerable viejito con gayata. Aféenme mi incredulidad, lo tendré merecido. Prometo, además de reconocer mi equivocación y si la pensión me lo permite, pagarles una ronda. Sáquenme los colores, lo estoy deseando. ¿Se imaginan?