La mejora de la asistencia sanitaria a través del paso entre los diferentes dispositivos con el fin de que el paciente "no note las transiciones" y avanzar en la coordinación entre los profesionales, con un papel destacado de la intervención comunitaria de la mano de la Atención Primaria, centró la jornada 'No hay salud sin salud mental', que acogió la Consejería de Sanidad con motivo de la celebración del Día Mundial de la Salud Mental, donde se hizo hincapié en la afectación en las edades infanto-juveniles.
Así, la directora general de Asistencia Sanitaria, Silvia Fernández, aseguró que en la atención de proximidad de Castilla y León toma especial relevancia la Atención Primaria, de ahí que "se quiera acercar la prestación de la salud mental en un entorno de intervención comunitaria de la mano de los equipos de salud mental a los de Atención Primaria". Así, se establecerán "puentes y acciones de coordinación" para mejorar la resolución de la patología de "salud mental leve" por parte del médico y enfermera de familia, dijo.
La jornada se estructuró en un programa de entrevistas conformados por diversos expertos en la materia, donde se contó con especialistas en psiquiatría, psicólogos clínicos, enfermería, terapeutas ocupacionales y trabajadores sociales, donde recalcó el interés y la importancia de esa coordinación entre los profesionales.
En ese sentido, la gerente regional de Salud, Violeta Martínez Pindado, aseguró que esta jornada pretende visibilizar la importancia que tiene para la Consejería de Sanidad la asistencia a la salud mental, quien recordó que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha elegido como tema principal para fijar la atención en estos problemas el lema 'No hay salud sin salud mental', además de mostrar su apoyo a los enfermos y sus familias y agradeció el trabajo que llevan a cabo el conjunto de profesionales en esta materia.
En línea con el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, también Martínez aprovechó la ocasión para recordar que se pondrá en marcha la Estrategia de Atención en Salud Mental de Castilla y León para los próximos años, donde se implementarán todas las medidas sobre las que se lleva trabajando a lo largo de 2024. "Hay que esperar un poco más para darle la relevancia que tiene esta planificación", subrayaron.
"Hay que ser conscientes de que la salud mental no puede ser un problema sanitario estigmatizado, ya que es creciente a todas las edades". En Castilla y León, con una población tan envejecida y dispersa, subrayó que se pretende dar "un apoyo a los enfermos con las medidas asistenciales, pero también a sus familias y entorno de tal manera que se pueda lograr que la asistencia se de en proximidad, además de mejorar los dispositivos sanitarios muy específicos para que así existan unidades concretas que puedan necesitar personas que, hasta ahora, no se las visibilizaba para que pudieran tener una atención concreta en la salud mental".
Edades tempranas
Destacó que en los últimos tiempos hay una "preocupación" por la afectación de la infancia y la adolescencia, algo que se contempla en las unidades existentes, pero también en otras que se pondrán en marcha próximamente, comentó.
Aspecto al que se refirió la directora general de Asistencia Sanitaria, Silvia Fernández, quien explicó que hay problemas de salud mental que "están asociados a los trastornos del desarrollo", es decir, de "enfermedades neurológicas que generan discapacidad en el entorno de la Pediatría". También se ha observado en los últimos años que desde la pandemia ha aumentado la prevalencia de trastornos de salud mental de diferentes características en las edades infanto-juveniles, aclaró.
Afirmó que desde el sector son conscientes de esta situación, por lo que se ha producido el desarrollo profesional de una especialidad dentro de la psiquiatría para atender específicamente a este tipo de población, lo que "conlleva una ventaja", dado que se produce un "abordaje mucho más específico y de mayor calidad para este tipo de edades, donde se llega hasta los 18 años y se supera la edad pediátrica, que finaliza a los 14 años".
Fernández remarcó que así se permite un abordaje "mucho más adecuado teniendo en cuenta factores relacionados con el desarrollo de la persona y la adolescencia". "Al final es una adaptación del servicio de salud de una manera particular a este tipo de trastornos, pese a que también existen otros tipos en adultos, donde las enfermedades mentales se agrupan con relación a la situación familiar y social y la edad de la persona". Y es que, a lo largo del ciclo vital, cambian las necesidades de la población, de ahí el cambio de orientación, aseveró.