Poda de mantenimiento, solución al Soto Playa, según ASDEN

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Los avisos y sucesos por caída de ramas, tronchamientos de troncos y derribo de árboles son un fenómeno natural que afecta tanto a árboles en medios urbanos como en el monte. El que se produzcan todos esos problemas depende de varios factores

Poda de mantenimiento, solución al Soto Playa, según ASDEN - Foto: E.G.M Eugenio Gutiérrez Martínez

ASDEN reflexiona sobre los árboles del Soto Playa:

Los avisos y sucesos por caída de ramas, tronchamientos de troncos y derribo de árboles son un fenómeno natural que afecta tanto a árboles en medios urbanos como en el monte. El que se produzcan todos esos problemas, o alguno de ellos, depende de varios factores: unos intrínsecos al árbol (especie, salud y vigor, edad y tamaño), de su entorno (protegido o expuesto, adaptado o acostumbrado a fuertes vientos, o de reciente exposición, que crezca aislado o con competencia, calidad y estructura del suelo), también de unas condiciones temporales (con hoja o sin hoja, de que el suelo esté húmedo y pierda adherencia), y por supuesto de la velocidad y tipo de viento.

En el caso del Soto Playa, a lo largo de los últimos años se han observado los tres problemas y afectan en especial a los chopos que son la especie más común en esa zona.

La caída de ramas pequeñas es normal, o bien porque se secan o cuando tienen hojas y sus ramas deben soportar más fuerza debido al efecto vela que estas hojas producen sobre la rama que las sostiene. En el desarrollo del árbol, éste es un proceso natural que en cierto modo le permite desprenderse de madera muerta que no compromete su supervivencia y que "controla y reduce" su copa para que no sea excesiva. Digamos que los fuertes vientos actúan como sistemas naturales de escamonda y poda ligera. Este problema se puede controlar y minimizar con una poda periódica de mantenimiento.

El tronchamiento de ramas y troncos, es un fenómeno menos común y se produce con vientos de gran velocidad que en el Soto Playa afecta por lo general a árboles de la orilla del río y también del borde de la masa de chopos porque son los más expuestos. Es el ejemplo del árbol que se ha tronchado recientemente y ha caído sobre el puente. En todo caso los que tienen más probabilidades  de sufrir tal tronchamiento son los que tienen la copa más grande y expuesta al viento, o tienen algún daño en el tronco o punto débil en el mismo (cicatrización, bifurcación, pudrición...). No necesariamente tienen que ser árboles con pudriciones o huecos (hay árboles   huecos que soportan mejor el viento porque el tronco es más flexible y pesa menos, siempre y cuando estén vigorosos y tengan una copa proporcional a su estado).  La forma de reducir este problema es el de podar los árboles de forma progresiva a lo largo de varios años para reducirles la copa, conservando o favoreciendo a los que tengan más valor ecológico, estético, de ubicación... Este tipo de podas, aunque drásticas por ejemplo han funcionado han tenido éxito con los chopos situados en el canal de salida del molino o lavadero del Soto playa.

INCLINADOS O AL BORDE DEL RÍO

El derribo de los árboles por viento en el Soto Playa ha afectado a árboles inclinados que son más sensibles, y a los situados en el borde del río. Esto es debido en tales lugares, así como en zonas donde  el sistema radicular no puede ocupar toda una circunferencia en torno al tronco y en cierto modo proporcional a la copa; ya sea porque está el río, porque está el asfalto o una edificación; y también por la competencia del sistema radicular de otros árboles. Si además el suelo está húmedo o encharcado por recientes lluvias, y el árbol tiene una copa grande que le haga efecto vela, la probabilidad de que el árbol se desarraigue es mayor. Para solucionar y prevenir tal situación hay que considerar que cualquier intervención en el suelo y en sus raíces va a afectar a la estabilidad del árbol de forma inmediata y también a lo largo de su vida. En tales casos hay que valorar el intervenir reduciendo su copa y buscar el equilibrio de la parte aérea con la superficie y volumen que ocupan sus raíces, y por supuesto con la competencia del arbolado del entorno, todo ello según las especies. Además no se puede podar un árbol drásticamente para reducir la copa y dejar los de al lado sin podar, porque le harán sobra y no brotará bien, y a la postre crecerá débil y enfermo.

A esta casuística del arbolado del Sotoplaya hay que incluir lo siguiente:

- Los chopos que allí crecen son la especie   autóctona (Pupulus nigra) y la variedad  (Populus x euroamericana), así como híbridos de los dos. En general el chopo autóctono tiene un sistema radicular mucho más potente y aguanta más el desarraigo y la erosión del río, su madera es más dura y resistente a quebrarse y crece más despacio, además aguanta mucho mejor las podas agresivas generando zonas de brotación más fuertes, además resiste mejor el ataque de hongos y del muerdago. Es decir que en el caso de plantear cualquier actuación hay que comprobar que especie o grado de hibridación tiene, favoreciendo a los chopos autóctonos.

- La zona de chopera de la isla, tiene una gran densidad de árboles y no tienen problemas de derribo, excepto los de su perímetro exterior, aunque dado que crecen en fuerte competencia sufren pérdida y caída de ramas finas de forma frecuente, y presentan cierto decaimiento en sus copas, con la correspondiente pérdida de vigor que favorece que haya copas que se están secando. Este problema, lejos de solucionarlo quitando todos los árboles, tal y como se hizo con los chopos de la casa del Guarda de Valonsadero, se podría solucionar estudiando el estado y especie de cada chopo, y realizar la corta mediante troceado de los mismos, así como la reducción de altura y de copa de todos ellos, de tal forma que se reduciría  la densidad con incremento en la intensidad de los vientso que irían a sufrir debido a que  antes estaban protegidos por la masa arbolada. Al reducirles la copa habrá menos efecto vela, la misma se desarrollará con más vigor en primavera y proporcionalmente el sistema radicular se extenderá favoreciendo su mejor anclaje  mejorando su vigor.

-El río Duero y sus márgenes son RED Natura y toda actuación drástica debería contar con el informe del ST de Medio Ambiente, y el Ayto como administración debería ser coherente e incluir en todas sus actuaciones criterios ambientales serios.

- Se debería evitar colocar instalaciones que sean vulnerables en el entorno de árboles con riesgo de caída de ramas y árboles.

En resumen, y como cuestiones importantes a considerar en toda actuación que se pretenda llevar sobre los árboles del Sotoplaya y del río Duero, están:

- El arbolado de esta zona tiene un gran valor estético, paisajístico y cultural.

- Toda intervención debe contar con una previa elaboración de un plan con unos objetivos que tengan en consideración el valor citado de estos árboles, que se base en el estudio previo de los mismos por personal especialista en arboricultura. Este plan debe ser público y transparente. Su objetivo general debería ser conseguir y conservar una arboleda sana, manteniendo una población de árboles ya existentes que en número, distribución y especies se acorde con las condiciones ambientales, de uso y de las infraestructuras existentes, con la finalidad de conseguir árboles los más longevos y seguros  posibles, de tal forma que se aumente el valor social, ecológico, paisajístico y cultural de el río Duero y sus márgenes. Ello es posible, existen las técnicas y hay ejemplos (ya se ha citado la poda de los chopos en el canal del lavadero); sólo hace falta interés y ganas de hacerlo; y en ningún caso la solución debe pasar por usar la excusa del riesgo ni un supuesto mal estado de conservación o la vejez de los árboles para eliminarlos y poner nuevos árboles que tardarán 60 años en tener el actual aspecto.

- Que se deben conservar y favorecer a los chopos de la especie Populus nigra, frente a la variedad o clon euroamericana, ya que estos últimos son más proclbles a ser derribados o tronchados por el viento.

- En la zona del río cuando las condiciones meteorológicas lo indiquen se deben adoptar medidas para restringir su uso público.

-El río Duero y los paseos que hay en su entorno tienen árboles de gran valor, como son los árboles desmochados d ella C/Nuestra de Sra de Calatañazor junto a la fuente de la Paciencia, que son los más viejos de la ciudad y a pesar de que tienen un alcorque escaso y la mitad de su suelo está asfaltado, están vigorosos y responden muy bien a las podas que reciben, las cuales son correctas pero que generan el problema de que van elevando su copa

-Otros árboles son los de Paseo de San Saturio, cuyos chopos trasmochos más cercanos al puente de hierro tienen más de un siglo y según el testimonio de alguna foto de la época ya estaban presentes cuando Antonio Machado escribió sus poesías, los cuales deben ver mejorada la calidad y humedad de sus suelo, además de podarlos una vez que hayan aumentado su vigor; de lo contrario corremos el riesgo de perderlos.

RESTO DE LA CIUDAD

Respecto del resto de la ciudad, y de forma general, decir que hay pocos árboles con riesgo de tronchamientos o de derribos, ya que hay muy pocos de gran tamaño, pero lo cierto es que los que hay si lo tienen es porque sus raíces sufren graves lesiones y crecen en unos alcorques que no le ofrecen el suficiente soporte ni tampoco son capaces de generar una copa sana y fuerte. En general los árboles de las calles de Soria son árboles de escaso porte, bien porque son especies que en origen sos arbustivas (comos on el aligustre japonés, el ciruelo rojo, etc) son especies que el clima de Soria no les permite tener grandes portes (catalpas, falsas acacías, etc) o tienen un alcorque tan pequeño que sólo les permite alcanzar un porte raquítico. Aún así, con los fuertes vientos se observa que se han tronchado pequeños árboles de este tipo porque sus fustes están dañados por heridas o podridos por podas indebidas. En cuanto a los derribados hay que citar el cedro que el día 11 de octubre se cayó en la C/Tejera debido a que sus sistema radicular había sido dañado y recortado, eliminado su sujección.

Lo cierto es que la política de gestión del arbolado en Soria es muy deficiente, y así lo hemos puesto en evidencia con los daños al arbolado en las obras del Castillo y Sta Clara, los 50 ejemplos de mal cuidado del arbolado urbano en Soria, y con las obras de la avenida VAlladolid y Eduardo Saavedra, y más recientemente en la plaza las Balsas. Crítica que es compartida por muchos vecinos, a la que es indiferente el Ayuntamiento.