Quienes conocen a Raquel Martínez saben no sólo de su apego a la profesión farmacéutica sino de su afán por mejorarla para que repercuta en «la salud de todos los ciudadanos». Lo ha hecho en el tú a tú con el paciente en el medio rural soriano, y con responsabilidades en los órganos colegiales provincial, autonómico y nacional. Ahora, la actual secretaria general del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos de España trabajará también para «combatir retos globales» y así «responder a necesidades de la población a las que la profesión farmacéutica puede ofrecer soluciones eficaces». Será posible gracias a su reciente nombramiento como vicepresidenta de la Federación Internacional Farmacéutica (FIP), un organismo al que, asegura, aportará todo lo «aprendido en mi tierra, en Soria, desde la farmacia rural». Porque de los pueblos, como indica, «se han ido otros servicios, pero la cruz verde de la farmacia sigue ahí». Una frase que podría aplicarse justamente y de modo metafórico a su trayectoria profesional.
¿Qué supone para usted este nombramiento en el que se ha tenido en cuenta su «liderazgo y compromiso con la profesión»?
Gratitud y orgullo a partes iguales. Este nombramiento revela nuevamente la fortaleza internacional de la farmacia española impulsada desde el Consejo General de Farmacéuticos. Este reconocimiento también representa una enorme responsabilidad que agradezco a las delegaciones nacionales y al bureau (la junta directiva de FIP) por la confianza que han depositado en mí, a la que responderé poniendo todo mi conocimiento y experiencia al servicio de esta profesión, a la que estoy orgullosa de representar y defender. Sin duda, aportaré todo lo que he aprendido en mi tierra, en Soria, desde la farmacia rural, en la que he ejercido hasta mi responsabilidad en su Colegio de Farmacéuticos para mejorar la profesión a nivel global y así la salud de todos los ciudadanos.
¿A qué retos se enfrenta dentro de este organismo internacional?
El programa de trabajo actual de la FIP está organizado en diez grandes líneas que responden a necesidades de la población a las que la profesión farmacéutica puede ofrecer soluciones eficaces. Así, estamos trabajando para combatir retos globales como son las resistencias antimicrobianas, la prevención de enfermedades, incluidas las no transmisibles, mejorar la seguridad del paciente en el uso de medicamentos o contribuir al seguimiento y control de enfermedades transmisibles. Asimismo, estamos trabajando para mejorar las competencias y formación de los farmacéuticos, mejorar la integración de la profesión farmacéutica en la Atención Primaria, fomentar la equidad y la igualdad en el acceso a la prestación farmacéutica, liderar con la transformación digital y garantizar la sostenibilidad de la farmacia.
Liderar estas cuestiones desde los diferentes ámbitos de la profesión y para países con realidades sociales, necesidades y modelos de farmacia y sanitarios tan diferentes como los que integra la FIP no es nada sencillo. Pero estoy convencida de que es precisamente ese amplio espectro de especializaciones y campos de trabajo del farmacéutico en diferentes niveles asistenciales y en diferentes puntos de la cadena del medicamento el que puede ser especialmente valioso para afrontar los grandes retos sanitarios y sociales que tenemos por delante.
¿Hay algún proyecto que pueda avanzar o alguno que tenga especial interés en poner en marcha?
En mayo, la FIP presentó la campaña 'Piensa en salud, piensa en farmacia', cuyo objetivo es dar a conocer las farmacias como lugares esenciales de Atención Primaria ya que, a pesar de los numerosos avances en la práctica farmacéutica, en la mente de demasiados responsables políticos y miembros de la sociedad, las farmacias siguen sin ser percibidas como establecimientos de prestación de asistencia sanitaria. Esta campaña va a cambiar esa percepción. En concreto, busca conseguir sus objetivos a través de la difusión de una serie de ideas clave que realmente representan a la farmacia: los farmacéuticos son profesionales sanitarios, son los proveedores de Atención Primaria más accesibles, prestan una amplia gama de servicios sanitarios y existe una gran confianza pública en ellos. La profesión farmacéutica demostró su valor para los sistemas sanitarios durante la pandemia de covid-19 y sigue haciéndolo.
Estamos convencidos de que los gobiernos deben aprovechar la capacidad asistencial y de salud pública de las farmacias comunitarias para fortalecer la Atención Primaria y aliviarla de presión asistencial y, para ello, es necesario crear un marco regulatorio adecuado para poder desarrollar esta labor.
Va a representar a más de cuatro millones de farmacéuticos de 153 organizaciones de 128 países de todo el mundo…
Las sociedades son diferentes y sus sistemas y modelos de farmacia comunitaria también son distintos. En nuestro caso, la profesión a nivel internacional persigue los mismos objetivos y tiene las mismas aspiraciones: reconocer el valor de los farmacéuticos y poner en valor sus capacidades para hacer más por los pacientes desde la farmacia. Si estudiamos caso por caso, los servicios que proporcionan las farmacias son distintos en cada país. En cuanto a los modelos de farmacia, cada uno está hecho a las necesidades del sistema sanitario, aprovechando el papel del farmacéutico como un profesional clave en la salud pública.
Es cierto que nuestro modelo de farmacia es el más cercano y accesible, llegando al 99% de la población que tiene al menos una farmacia donde vive. Castilla y León es ejemplo de esa cercanía y accesibilidad que ofrecen las 1.599 farmacias y sus botiquines o las 62 de Soria. En España hay 22.222 farmacias, con 2.161 habitantes por cada una de ellas; en Castilla y León, la ratio es de 1.489 ciudadanos por farmacia y en Soria baja hasta los 1.443.
La farmacia española ha contado con protagonismo en el 82 Congreso Mundial de Farmacia y Ciencias Farmacéuticas, que se celebró en Sudáfrica en septiembre. ¿A qué cree se debe?
Así es, en este congreso la Organización Farmacéutica Colegial presentó seis comunicaciones científicas, una de las cuales fue seleccionada la segunda entre 125, y el estudio sobre 'Determinantes sociales de la salud: enfoque desde la perspectiva de la sociedad civil'. El proyecto 'Escuelas rurales de salud: educación sanitaria por el farmacéutico' fue reconocido con el Premio a la Mejor Campaña de Promoción de la Salud 2024.
En España tenemos un modelo de farmacia comunitario sólido y ejemplar, un modelo basado en ofrecer a la población una atención sanitaria de calidad, que asegura el acceso de toda la población a los medicamentos que necesita de manera segura y que garantiza un alto estándar de calidad en la provisión de servicios farmacéuticos. Nuestro modelo es un referente a nivel internacional, especialmente en Europa e Iberoamérica, por cuestiones en materia asistencial, digital y social.
En España hay una farmacia por cada 2.161 habitantes frente a países como Dinamarca, con una farmacia por cada 12.000;Estados Unidos, donde hay una por cada 5.800 habitantes o Australia, con una por cada 4.300 ciudadanos. Además de esta capilaridad, España está sirviendo también de referente internacional en ámbitos como la receta electrónica, el desarrollo de aplicaciones tecnológicas como Bot Plus o Farmahelp, y el de iniciativas como las 'Escuelas rurales de salud'. El éxito se basa en la formación y preparación de nuestros 80.000 farmacéuticos desde todos sus ámbitos de actuación y en la coordinación y solidez que les ofrece su Organización Farmacéutica Colegial.
Mencionaba el reconocimiento de las 'Escuelas rurales de salud'. Para quienes todavía no lo conozcan, cuéntenos en qué consiste.
Estoy especialmente orgullosa de este premio porque se puede decir que las escuelas rurales empezaron en Soria con un proyecto que pusimos en marcha con la Diputación. El proyecto se ha desarrollado en Castilla y León y ahora es un ejemplo para el mundo. Fueron 109 farmacias de las que nueve eran sorianas, impartiendo educación sanitaria a cerca de 10.000 personas, con programas adaptados a distintos grupos poblacionales. Este premio es un reconocimiento a la farmacia rural y a todo el valor sanitario y social que aporta en los pequeños núcleos de población, como ha demostrado este proyecto. Porque la profesión farmacéutica es proactiva en la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad contribuyendo así a la sostenibilidad del sistema sanitario.
¿Se va a extender a más farmacias o como un modelo global? ¿Tienen otros proyectos en cartera?
Este ejemplo puede extenderse al resto de España. El modelo ha sido un éxito y de él se beneficiaría toda la España rural. De los participantes, el 98% volvería a asistir a una formación impartida por el farmacéutico, el 97% considera adecuado recibir con más frecuencia estas formaciones y el 99,9% implantaría este servicio en otros municipios. Estamos estudiando su generalización, si bien necesitaría de un presupuesto propio para dotarlo de la estabilidad necesaria. Es cierto que se puede decir que es un modelo global y exportable, tanto a otras provincias y comunidades autónomas, como exportable a otros ámbitos de la salud, que ya estamos evaluando para poder iniciar nuevos proyectos.
Este proyecto es, sin duda, Marca Castilla y León, como lo es la Red de Farmacias Centinela, liderada por el Consejo de Colegios Farmacéuticos de Castilla y León. En Soria destacan proyectos como el programa Megara de Sistemas Personalizados de Dosificación (SPD) y talleres que realizan con la Diputación para la población en el ámbito preventivo para reducir el consumo de tabaco, alcohol e hipnosedantes.
Conoce de primera mano las necesidades de la farmacia rural porque durante muchos años ha ejercido como farmacéutica comunitaria en Tardelcuende y Almazán. ¿En qué se ha avanzado? ¿Qué queda por abordar? ¿Por qué son tan importantes la farmacia o el botiquín farmacéutico rural?
Salvar nuestros pueblos pasa por salvar sus farmacias; el recurso sanitario más cercano y accesible, sin cita previa ni listas de espera.
Se han ido otros servicios, pero la cruz verde de la farmacia sigue ahí. Ocho de cada diez ciudadanos de Castilla y León de los que viven en municipios de menos de 5.000 habitantes tienen una farmacia en su lugar de residencia. Y el 88,8% reconoce su contribución a mejorar la calidad de vida y la salud de los vecinos.
Hay que destacar el impacto de la farmacia rural desde una triple perspectiva: económica, en términos de cohesión, y en ámbito sanitario y social. En relación con la económica, el estudio 'La aportación del valor del modelo de farmacia a la cohesión territorial y al reto demográfico', desarrollado de la mano de Analistas Financieros Internacionales (AFI), muestra cómo la farmacia rural genera 1.600 millones de euros anuales y sostiene 23.600 empleos a jornada completa.
Pero las farmacias también son progreso y contribuyen a la cohesión territorial. El mismo informe confirma que los municipios rurales con farmacia registran menor pérdida de población en edad de trabajar y femenina respecto a aquellos sin farmacia. Un aspecto fundamental en el caso de Castilla y León, donde uno de cada cuatro habitantes ya tiene más de 65 años y, según Eurostat, en 2040 será la segunda región más envejecida de la Unión Europea.
Y, en tercer lugar, quiero destacar la función asistencial y de acceso a la sanidad que desarrolla la farmacia rural. Llegamos donde no llega ningún otro recurso sanitario. En España cualquier persona, con independencia de su código postal, siempre tiene una farmacia y un farmacéutico muy cerca.
La viabilidad económica comprometida (VEC) todavía es uno de los grandes desafíos en el medio rural. ¿Cómo puede revertirse? ¿Es sostenible la accesibilidad y capilaridad del modelo de red farmacéutica en España, Castilla y León, Soria?
El 83% de las farmacias en situación de viabilidad económica comprometida está en municipios de menos de 5.000 habitantes y de ellas, una de cada tres está en poblaciones de menos de 800 habitantes; es VEC. Castilla y León es la comunidad con el porcentaje más alto de farmacias VEC, el 13%; dato que crece hasta un 25,8% en el caso de Soria. A nivel nacional representa el 3,2%.
En la Organización Farmacéutica Colegial trabajamos para garantizar la sostenibilidad y para ello promovemos iniciativas, proyectos y propuestas enfocadas a aprovechar todo su potencial.
La primera fue poner en marcha el programa de Farmacia Comunitaria Rural, firmado en marzo de 2023 con los ministerios de Sanidad, de Transición Ecológica y Reto Demográfico, y de Derechos Sociales y Agenda 2030. La segunda, la extensión de las Escuelas Rurales de Salud a través de farmacias rurales de toda España. Además, tenemos otras propuestas que necesitan del apoyo de diferentes administraciones como la creación de incentivos fiscales para las farmacias rurales, una remuneración de los servicios profesionales farmacéuticos, adicional al margen SPD, y la retribución de los servicios de guardia continua, particularmente urgente en las farmacias de pequeños municipios.
Asimismo, existen otras propuestas relacionadas con modificaciones legislativas necesarias para generar un marco de estabilidad y certidumbre como extender a todas la comunidades la vinculación de los depósitos de medicamentos de los centros sociosanitarios de menos de 100 camas a una farmacia de su zona farmacéutica como forma de reforzar esa cohesión territorial. En este sentido, el decreto aprobado en Castilla y León permitió reducir el número de VEC en un 33%. Otras propuestas son regular la atención farmacéutica domiciliaria a colectivos vulnerables desde la farmacia comunitaria, y extender y hacer efectiva en las 17 comunidades autónomas la dispensación colaborativa de medicamentos de dispensación hospitalaria a través de la farmacia comunitaria.
Y, sin afán de alargarme más, citaré otras tres propuestas que seguro acabarán siendo una realidad: la incorporación de la farmacia comunitaria a las estrategias y programas de Salud Pública, cribado y detección precoz;la creación de una red nacional de farmacias centinela para farmacovigilancia y que podría tomar como modelo la red de Castilla y León; y aprovechar cada farmacia rural como un sensor social, por ejemplo, de apoyo a las víctimas de violencia de género o para detectar situaciones de soledad no deseada, base de un proyecto de colaboración que estamos desarrollando con el Imserso.
En cuestión de violencia de género ya actúan, pues recientemente la profesión se ha sumado a la campaña de sensibilización '¿Vas a hacer algo?'.
La violencia de género constituye una grave violación de derechos humanos y la máxima expresión de la desigualdad, que exige un compromiso activo por parte de todos hasta que se consiga su completa erradicación. De ahí que los farmacéuticos y la Organización Farmacéutica Colegial seamos miembros y firmes defensores del Pacto de Estado Contra la Violencia de Género y llevemos ya varios años colaborando con la delegación a este respecto en multitud de iniciativas y campañas. Un ejemplo es esta última, '¿Vas a hacer algo?', en la que se muestra a la farmacia como un agente comunitario sensible a estas situaciones.
Sabemos que en esta lacra social los procesos de salida de las mujeres son frágiles, largos y complejos, y su acompañamiento requiere del trabajo coordinado de un amplio espectro de profesionales. Por eso, hace dos años creamos el 'Protocolo de actuación contra la violencia de género desde la farmacia comunitaria' para establecer pautas de actuación normalizada y homogénea que apoyen la prevención y la detección precoz y que nos permitan seguir avanzando en la configuración de esa red de farmacias contra la violencia de género.
En esta lucha he de decir que las farmacias de Castilla y León llevan años colaborando. Ya en 2017, siendo yo presidenta del Consejo Autonómico, nos adherimos como agentes de detección y prevención al modelo integral Objetivo Violencia Cero impulsado por la Junta.
¿Qué necesidades presenta el actual modelo farmacéutico?
Desde la Organización Farmacéutica Colegial estamos adelantándonos al futuro trabajando en un triple eje: asistencial, social y digital. Ejes que responden a las necesidades de los pacientes en torno a la farmacia. En el ámbito asistencial promovemos el desarrollo de servicios profesionales farmacéuticos asistenciales que aportan eficacia y eficiencia. En el digital, para nosotros digitalizar es humanizar, es decir, aprovechar todos los beneficios de la digitalización sin perder contacto directo con el paciente. Y en el ámbito social estamos del lado de los colectivos más vulnerables, violencia de género o soledad no deseada, entre otros.
Ahora bien, es cierto que para poder avanzar necesitamos dotar de sostenibilidad a la red de farmacias y contar con la confianza de las administraciones para que cuenten cada vez más con nosotros.
¿Qué modelo de farmacia nos espera o le gustaría para el futuro?
El futuro pasa por la farmacia. Envejecimiento, cronicidad, polimedicación, crisis sanitarias, reto demográfico… Todos son desafíos a los que hace frente nuestro Sistema Nacional de Salud y en los que contar con la farmacia sería garantía de éxito. La intervención del farmacéutico aporta eficacia y eficiencia, y permitiría reforzar las capacidades de nuestro sistema sanitario como se está demostrando cada día y han avalado diferentes programas de investigación. Estamos convencidos de la enorme aportación que puede hacer la profesión farmacéutica al fortalecimiento del sistema sanitario.
Entonces, ¿sería posible o necesario ampliar el papel de los farmacéuticos en Atención Primaria?
En primer lugar, hay que decir que la red de farmacias comunitarias cerró 2023 con 22.222 establecimientos sanitarios en los que desarrollan su labor asistencial 55.254 farmacéuticos. Esta cifra consolida a la farmacia y al farmacéutico como el recurso y el profesional sanitario más cercano y accesible de la Atención Primaria, que se suma a los 10.000 consultorios locales y 3.042 centros de salud, según los datos del propio Ministerio de Sanidad.
Este activo puede ser aprovechado para reforzar la Atención Primaria mediante el desarrollo de una atención integral al paciente consolidando los trabajos colaborativos de los farmacéuticos en los diferentes ámbitos asistenciales y de la red de farmacias. También es necesario ampliar, con criterios de equidad y calidad, la oferta remunerada de Servicios Profesionales Farmacéuticos Asistenciales (SPFA) para una mejor respuesta a las necesidades de los pacientes, tanto en el uso seguro de los medicamentos como de la salud pública.
¿Qué opinión cree que tiene la ciudadanía sobre el farmacéutico y cuál es la que puede darnos sobre la profesión desde dentro?
Creo que la profesión farmacéutica cuenta con un triple reconocimiento: el Premio Princesa de Asturias a las profesiones sanitarias y la Gran Cruz de la Orden Civil de Sanidad; el reconocimiento social constatado por los 2,3 millones de ciudadanos que cada día son atendidos en la red de 22.222 farmacias, y reflejado en diferentes sondeos en los que hasta un 94% de los españoles refrendan su confianza; y la Medalla de Oro de la Real Academia Nacional de Farmacia, que supone el respaldo del mundo académico y científico.
Desde dentro, los profesionales somos más autocríticos y creemos que podemos hacer más en favor de la salud y la calidad de vida.
¿Cuál es la siguiente meta para la profesión farmacéutica?
Hay que pasar de las palabras a los hechos y contar con la farmacia y el farmacéutico. De esta manera ganará el paciente, el sistema sanitario y la sociedad en su conjunto.