Una factura hospitalaria de su padre le hizo pensar en cómo poder ayudar a los demás con su sangre. En 1986 hizo su primera donación enseguida se convirtió en vocal de la Hermandad de Donantes de Sangre de Soria, que se había constituido doce años antes, en 1974, y que actualmente cuenta con unos 4.700 asociados y una media de 5.000 donaciones anuales. Ahora, en el 50º aniversario de su fundación, José Luis Molina Medina considera oportuno anunciar su marcha como presidente, cargo que ocupa desde 2001. «Mi cara está muy vista», indica, mientras habla de la dificultad del relevo y de la necesidad de seguir con un proyecto vital en el amplio sentido de la palabra.
El próximo 25 de mayo celebran los 50 años de la fundación de la Hermandad en Asamblea General y habrá cambios, porque usted anunciará que deja la Presidencia...
Lo llevo diciendo hace tiempo y lo tengo muy pensado, pero lo anunciaré de forma oficial en la Asamblea.
¿Por qué ha tomado la decisión?
Porque son muchos años los que llevo ya en la Hermandad. Creo que hay que hacer un relevo del presidente y de miembros de la Junta Rectora, y ahora que se cumplen 50 años me parecía la oportunidad para hacerlo. Mi cara está ya muy vista (risas).
Ser una cara conocida también le habrá abierto muchas puertas...
Tenemos unas 150 empresas comerciales que colaboran con la Hermandad y estoy sumamente agradecido a todas. También a los organismos públicos y a las entidades privadas. Antiguamente contábamos con el apoyo de lo que entonces era la Caja de Ahorros de Soria y ahora con Caja Rural de Soria, a quienes estamos muy agradecidos. También a la Diputación Provincial de Soria, que en todo este tiempo nos ha ayudado con el tema de imprenta. Es una satisfacción haber llamado a muchas puertas y que nunca me hayan rechazado. Al menos me han atendido y si estaba en su mano ayudar, lo han hecho. Si fuera para mí personalmente, no lo pediría, pero para la Hermandad voy, si hace falta, hasta al Rey. No me da vergüenza.
Es una ventaja para quien le suceda en el cargo. Trabajo hecho.
Sí, claro. Pero me gustaría que alguien de la Junta Rectora de la Hermandad diese el paso, quisiera darme el relevo. A quien lo haga no tengo ningún problema en ayudarle durante un par de meses; estaré a su lado si lo necesita. Pero para que yo me vaya tiene que haber alguien en la Hermandad porque tampoco la voy a dejar abandonada. Espero y tengo la confianza en ello, aunque está difícil.
Entonces, todavía no se sabe quién va a ser su sucesor… ¿Ha podido ir preparado a alguien para que asuma esta responsabilidad?
No, aún no hay nadie. Tenía preparada a una persona, pero al final ha dicho que, por diversos motivos -personales y laborales-, no se puede hacer cargo de la Hermandad. Vamos a ver qué pasa cuando anuncie que me voy en la Asamblea. Después plantearé una reunión para la semana siguiente y expondré a los miembros de la Junta Rectora la situación para ver si hay alguien que quiera ser presidente.
¿Puede ofrecer algún consejo para que alguien se acabe postulando?
No, porque ya saben cómo va todo. Ser presidente de esta Hermandad es muy fácil y sencillo. Siempre hemos tenido una secretaria que controla perfectamente la oficina, todo lo que queremos hacer. Antes estaba Isabel García y ahora Mari Carmen lleva con nosotros nueve años. Se podría llevar con estos conocimientos, pero yo creo que tiene que haber una cara visible para cuando hay que ir a una administración o a una empresa a hablar con alguien, a pedir, o para los mismos medios de comunicación. Tampoco es mucho trabajo.
Siempre está dispuesto a atendernos a los medios para difundir la importancia de donar sangre y siempre de buen talante...
(Risas). Sí. Y con las firmas comerciales nadie me ha dicho nunca que no. Haré lo mismo con el nuevo presidente o presidenta: acompañarle si quiere. Cuando entregué la última memoria lo hice con mi carta de despedida y el día que haya nuevo presidente le acompañaré con una carta de presentación. Yo estoy dispuesto a trabajar todavía por la Hermandad, pero quiero estar en segundo plano, en uno muy retirado.
Seguirá en la sombra entonces y poniendo el brazo, los brazos, para beneficio común...
Pero a lo mejor un par de meses. Quizá no quieran que les acompañe porque creen que pueden apañarse solos. Yo empecé a andar solo y no eran otros tiempos peores que ahora...
¿Cómo ha evolucionado la Hermandad? ¿Qué balance hace al frente de ella al cabo de estos años?
Cuando presentemos la memoria en la Asamblea vamos a ver ese balance. Los tiempos han ido cambiando, pero siempre hemos trabajado bien, aunque de diferente manera. Cuando estaba de presidente Saturio Ugarte del Río, que en paz descanse, dependíamos del Hospital. Empezamos a ir por los pueblos y era muy difícil. Aunque a base de ir tenemos muchos donantes en la provincia. Ahora vamos a los más grandes porque es un gran gasto movilizar el equipo, quizá, para media docena de bolsas de sangre.
Ahora dependemos del Centro de Hemoterapia y Hemodonación de Castilla y León, y se trabaja con más medios y mejor. Junto a los médicos hacemos un buen equipo.
También se habrá avanzado más en conciencia social sobre donación...
Claro y contamos con más medios de difusión para llegar a la gente, incluido Whatsapp. Los más concienciados son los de los pueblos, donde solamente podemos ir tres o cuatro veces al año. Si han pasado tres meses y no vamos, ya están llamando a la oficina. Es como si el cuerpo se lo pidiera. Es una cosa que ya tienes ahí, que no nos cuesta nada y es una manera de ayudar a otra persona que la necesita.
Cuando empezamos en al año 1974, a lo mejor eran al mes algo más de cien donaciones, pero en total llevamos 131.000. En Soria estamos en un índice de donación de 58 por mil habitantes, los segundos en el ranking. La Comunidad es la segunda que más donaciones de sangre tiene. En España están en el 43-44 por mil.
Algunas personas creen que ya son mayores para donar sangre y otras muy jóvenes. ¿Qué límites hay?
Han ido cambiando edades entre los 65 y los 70, aunque en Castilla yLeón podríamos decir que casi es 'barra libre' porque se puede seguir donando cuando eres mayor siempre que estés bien de salud y el médico lo estime oportuno. Se puede donar desde los 18 y, si no se ha donado nunca, hasta los 62 te admiten todavía. Para mí todo el que pueda donar es joven. Alguna vez hablas con alguien y te dice que es mayor para hacerlo con 50 años, pero yo le respondo que tengo 75 y sigo haciéndolo.
Me parece bien que mientras te sigas encontrando bien puedas seguir donado, pero me 'preocupa', porque cuando tiran de la gente mayor es que algo falla. Creo, personalmente, que si hubiera muchos donantes entre los 25 y los 50, los 75 ya no debería ser una edad para seguir donando. Pero es una opinión mía.
Me gustaría hacer un llamamiento, por ejemplo, a las madres y padres que llevan a sus hijos al colegio y después se quedan un ratito a tomar un café entre ellos. Podrían reunirse para el café y después probar a donar sangre, que son diez minutos. No se debe tener ningún miedo porque es un pinchacito y todo el equipo que te ponen para donar es desechable; nunca hemos tenido ningún problema.
Detrás de esa decisión a veces hay un acontecimiento que la promueve. ¿Cuál es su historia? ¿Por qué decidió hacerse donante?
(Con humor) Ya lo he contado alguna vez, pero ya que me voy no lo voy a contar más veces. Cuando todavía vivía con mi madre en su casa teníamos una carbonera y, un día, buscando papeles encontré una factura del hospital. Mi padre tuvo que venir al hospital y murió aquí en Soria. En esa factura había una serie de gastos por intervención quirúrgica y también por sangre, que no me acuerdo del dinero que era. Pero me quedé pensando en cómo se cobraba por la sangre, así que le fui dando vueltas al asunto. Me fui a la mili y cuando volví estuve intentando ver qué podía hacer. Hasta que un día, por casualidad, me encontré con la donación de sangre. Por entonces yo estaba haciendo el graduado de escolaridad de adultos y vinieron a dar unas charlas Saturio Ugarte, Asunción Heras y Francisco Andrés. Ese día fue crucial, fue el motivo que me hacía falta para empezar a donar sangre, que alguien me empujara. Y ya desde que tomé la decisión, quizá tardaría dos o tres días en empezar a donar sangre, lo hago.
Entonces tenía esa sensación de que tenía una especie de deuda con la sociedad porque a mi madre le habían cobrado la sangre por la intervención de mi padre, aunque luego me enteré de que es gratis, y por eso entré a formar parte de esta Hermandad. Creo que fue uno de los mejores días de mi vida, en el que hice algo por los demás. Desde entonces, el resto ya vino seguido, pero ese día fue el primero de poner la piedra y continuar. Es un honor formar parte de ella.
¿Cuántas donaciones ha hecho desde entonces de sangre y plasma, que también se puede donar?
Hasta el otro día 203 donaciones entre sangre y plasma. Es que el plasma se puede donar a partir de 15-20 días, según la disponibilidad del donante. Para esta donación hay que pedir cita previa. El plasma es importante para personas con trastornos de coagulación de la sangre, para grandes quemados y para algunas intervenciones quirúrgicas. También se usa para medicamentos hemoderivados
La sangre es muy importante en muchas intervenciones y accidentes de tráfico. Para los trasplantes es muy importante porque para uno de corazón se usan unas 15 bolsas y para uno de hígado de 60 para arriba. Por eso me gustaría recalcar la importancia que tiene la donación de sangre para los trasplantes de órganos. Por mucho hospital y médicos que haya, si no hay sangre, estas intervenciones no serían posibles. Nos gustaría que alguna vez nos recordasen como parte de esta 'cadena'.
Porque la sangre ni se fabrica ni se vende...
Claro. Y a veces parece que se abre un grifo y ya está. Pero tiene que salir de una persona que esté sana y sin ningún problema. En este sentido, que la población esté tranquila porque la sangre que se prepara en Castilla yLeón lleva muchos análisis y pruebas. Nunca ha habido ningún problema.
¿Con qué se queda de todo este tiempo al frente de la Hermandad?
Con las personas que he ido conociendo en todos los ámbitos. Quiero agradecer a todos los equipos médicos de ahora y de antes, porque con el Centro de Hemoterapia y Hemodonación hacemos un equipo. Y a las organizaciones privadas y públicas que nos apoyan.
Da el relevo pero, ¿cómo le gustaría que siguiese siendo la actividad de la Hermandad?
Me gustaría que se siguiese el camino ya hecho y superarlo. Si esa persona que me va a dar el relevo tiene unas ideas mejores que las que yo he hecho, bien, no hay problema. Todo lo que sea bueno para la Hermandad es bienvenido. Lo que sí me fastidiaría es que el trabajo que hemos hecho durante tantos años se nos fuera abajo por no estar un poquito pendiente. Pero tampoco lo iba a consentir.
¿Deja alguna cosa pendiente?
Me voy con la satisfacción realizada de conseguir un monumento para los donantes de sangre gracias a los Presupuestos Participativos del Ayuntamiento. Estamos pendientes de la partida, pero ya tenemos todo preparado para encargárselo al escultor. Lo vamos a poner cerca del Hospital porque es lo lógico.