Luis de la Fuente se convirtió el pasado domingo en el primer seleccionador nacional que vence los cuatro primeros partidos de una gran competición, con su pleno hasta cuartos de final de la Eurocopa 2024, en la que España exhibe personalidad, firmando ante Georgia (4-1) su segunda victoria más contundente en eliminatorias con sensaciones tan positivas como en los dos títulos en 2008 y 2012.

Desde que el combinado nacional firmó su triunfo más contundente en la final de Kiev ante Italia (4-0), no había exhibido tanta superioridad ante ningún rival cuando llegaron los cruces de los grandes campeonatos. Ni en Eurocopa, ni en Mundial. Doce años quedándose en el camino a las primeras de cambio o superando eliminatorias con prórrogas y en varias ocasiones con penaltis que también frenaron en seco sus ilusiones, como ya ocurriese en la última edición en 2021.

Con De la Fuente ha regresado a su pasado de mayor gloria. Luis Aragonés, en 2008, era el último que había sido capaz de vencer tres partidos consecutivos en una Eurocopa. También lo había logrado en el Mundial 2006. El primero en la cita internacional fue Guillermo Eizaguirre en el torneo de 1950 y José Antonio Camacho consiguió también ese logro en Corea y Japón 2002.

A todos igualó De la Fuente con las tres victorias de la fase de grupos, 3-0 a Croacia, 1-0 a Italia y Albania. Y también los superó poniendo la firma en un registro histórico en los octavos de final, con un 4-1 a Georgia. Un triunfo solo superado en contundencia goleadora en la final de Kiev de 2012, mejorando el 3-0 contra Rusia en las semifinales de 2008.

Y es que España fue ante los caucásicos una máquina de generar peligro. Realizó hasta 108 ataques y 36 remates, 13 a puerta para marcar cuatro goles. Un 72 por ciento de posesión con 823 pases (281 del rival) y 772 completados. Incluso recorrió más distancia que la combativa Georgia, 114,2 kilómetros por los 110,4 de su oponente. Y siendo dura el poco tiempo que no tuvo el balón en sus pies, frenando al rival con 11 faltas y recibiendo tan solo cinco.

El combinado nacional ya es el segundo que más goles marca -nueve en cuatro partidos por 10 de Alemania-, el que más dispara (84, una media de 21 remates por encuentro), el que más chuta a puerta (29, 7,25 por partido), el que más pisa área rival, el que más regatea (88) y el que menos encaja, apenas un tanto y se lo marcó en propia puerta. No ha concedido ninguno a disparos de un rival.

La Roja también es un equipo que termina jugadas, igualando un récord de disparos logrado también ante Georgia en el 1-7 de Tiflis. Fue la cuarta ocasión que levantó un resultado en contra en un cruce de Eurocopa.

La última fue también en la misma ronda, con la cesión de Pedri y el fallo de Unai Simón ante Croacia en 2021 en un partido que acabó venciendo en la prórroga (5-3). Menos importante fue la victoria firmada ante Grecia, en el tercer partido de 2008 ya clasificada y con la segunda unidad en el campo (2-1), y para el recuerdo la primera, con los goles milagrosos de Alfonso Pérez, el último de ellos en el tiempo de descuento, para imponerse ante la selección de Yugoslavia en la última jornada del grupo en la Eurocopa 2000.