Son «sólo rumores», pero cada vez más frecuentes y hasta con nombres propios. Quizá sea porque se trata de un inmueble emblemático, símbolo del despegue industrial de Ólvega, pero la compra de la antigua fábrica de Revilla se da por hecho en las calles de la localidad desde hace un par de semanas, aunque la posibilidad de que se materialice es aún incierta. Desde Campofrío Food Group, firma en la que está integrada la marca con ADN olvegueño, se precisa: «La compañía mantiene abierta una propuesta de adquisición de las antiguas fábricas y terrenos colindantes ubicados en Ólvega, sin haberse cerrado definitivamente en la actualidad la venta de dichos activos». El Ayuntamiento, que tanteó hace tiempo esta posibilidad, confirma la situación; al menos no se ha registrado ninguna operación de estas características en sus sistemas. Entretanto, fuentes consultadas por este periódico han reconocido «movimientos» para una inminente adquisición. Se habla incluso de estudios para valorar la situación actual de las instalaciones y las oportunidades reales de su reconversión.
El inmueble lleva vacío desde el verano de 2022, momento en el que cesó la actividad después de más de siete décadas. En un primer momento, Campofrío puso a disposición del Ayuntamiento las instalaciones. Sin embargo, después de muchos meses de negociaciones, el Consistorio decidió abandonar la operación dada la gran inversión que hacía falta para su adquisición y posterior puesta en marcha. Desde entonces han sido varias las ocasiones que se ha esgrimido la necesidad de «un buen plan de viabilidad» que pudiera sacar rendimiento a la inversión; ideas para darle una segunda vida hay de sobra.
propuesta. Desde la oposición lo tienen claro y coinciden en que «no se puede dejar abandonado un edificio» de estas dimensiones y «dejar pasar la oportunidad de atraer empresas y empleo». Unidas Podemos Ólvega propuso al Ayuntamiento en marzo la adquisición de las instalaciones para reformarlas y ofrecerles un uso cada vez más demandado en la actualidad: un centro de procesamiento de datos donde se albergan grandes equipos de almacenamiento informático. La propuesta incluía el establecimiento de una comisión especial para el seguimiento del plan y la toma de decisiones sobre lo que éste comprendería. Se ideó adecuar las plantas superiores para el citado centro de datos, oficinas en la primera planta y almacén municipal y espacio para asociaciones en la planta baja. En esa misma zona también se sugirió un museo para mantener la memoria de la antigua fábrica de embutidos, además de un centro de formación profesional y un pequeño conservatorio o espacio para asociaciones musicales locales en el antiguo almacén de carbón.
«El Ayuntamiento nos dio largas por cuestiones de financiación y viabilidad, aunque presentamos un proyecto en el que vimos ambas cosas. El data center es una oportunidad para el empleo y tuvimos en cuenta diferentes subvenciones para sufragar el proyecto que hicimos desde un punto de vista de construcción sostenible», explican desde Unidas Podemos. La formación es partidaria de que el Consistorio mueva ficha, retome su propuesta y haga una apuesta firme por la adquisición del inmueble, «con posibilidades viables».
Por su parte, desde la Portavocía socialista de Ólvega se entiende que la propuesta de Unidas Podemos «era muy interesante» y, tras presentarla y ser rechazada, ambas formaciones pidieron una reunión «para poder ver el estado de la fábrica» y sopesar cómo abordar el proyecto. Sin embargo, el encuentro «nunca ha tenido lugar». Los socialistas consideran necesario dotar de uso al inmueble y no dejarlo en el olvido. El Ayuntamiento «dice que no es viable, pero hay que darle una solución; no dejarlo caer».
Así, se está a la espera de que algún inversor dé el paso, aunque los movimientos de los que ahora se habla «siempre han estado ahí por parte de unos y otros», según diferentes fuentes. El tiempo dirá qué pasa.