El esperado viaje oficial de Pedro Sánchez a EEUU para reunirse con el presidente estadounidense Joe Biden se producirá este viernes en una fecha que coincide con el estreno de la campaña de las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo, en las que el PSOE aspira a retener su poder territorial pero que el PP ha convertido en un plebiscito contra el sanchismo.
En este contexto nacional, Sánchez trasladará a Biden la determinación de España de jugar un papel activo en la búsqueda de soluciones multilaterales a los desafíos que afronta el mundo y la fiabilidad del país como socio con el que poder contar. Un mensaje que transmitirá en la reunión que mantendrán en la Casa Blanca y que constituye la cita internacional más esperada por Moncloa de esta legislatura.
Casi dos años y medio después de que Donald Trump abandonara el Despacho Oval se fijó este encuentro, que el Ejecutivo siempre ha confiado que se concretaría a lo largo de la legislatura y que esperaba que, a más tardar, se convocara durante la Presidencia española de la UE en el segundo semestre de este año, de la que también tratarán.
La continuidad de ese protagonismo es el compromiso que Sánchez expondrá a Biden, a quien reiterará su apuesta por la paz en Ucrania sobre la base de la propuesta planteada por el presidente Volodímir Zelenski, tal y como defendió recientemente en Pekín ante el líder chino, Xi Jinping.
El hecho de coincidir con el inicio de la campaña del día 28 de este mes impedirá a Sánchez estar en los actos programados. Una circunstancia ante la que el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, tiró de ironía asegurando que «lo habrán celebrado los barones socialistas».
Tierras contaminadas
Otro de los temas que se colará en esta cita es la retirada de las tierras de Palomares (Almería) que siguen contaminadas desde hace casi seis décadas a raíz del accidente sufrido por dos aviones de EEUU.
El Gobierno envió el pasado mes de marzo una petición formal a la Administración Biden para que procediera a la retirada de la zona contaminada conforme a un acuerdo no escrito alcanzado en 2015 con Mariano Rajoy en Moncloa y Barack Obama en la Casa Blanca.
En octubre de 2015, el entonces secretario de Estado, John Kerry, procedió a la firma con el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, de una declaración de intenciones en la que ambos países se comprometieron a una «rehabilitación mayor» del entorno de Palomares y a acometer el traslado de tierra contaminada a un «emplazamiento adecuado» en Estados Unidos.