Las elecciones europeas del próximo 9 de junio serán un gran plebiscito con tres vértices: de Núñez Feijóo contra Pedro Sánchez, del líder socialista contra el popular y, por último, del presidente del Gobierno contra sí mismo en su enésima reválida, porque si algo no quiere es que esta cita suponga la confirmación de que su estrella ha perdido brillo y que, ahora, en un momento complejo, resta más que suma a las siglas históricas de su partido.
En Génova y en Ferraz han aceptado este planteamiento previo y el duelo, que empezó este viernes con el arranque de campaña, está servido, aunque a la líder de Sumar, Yolanda Díaz, no le guste el guion. «Quieren convertir estas elecciones en un plebiscito sobre dos hombres», advirtió en tono de reproche. No le falta razón a la vicepresidenta segunda, pero la realidad es que así va a ser y ella y el resto de actores, jugarán un papel secundario.
Apostando por Dolors Montserrat como cabeza de lista, los populares saben bien que les va mucho en el envite. «Ahora o nunca». Con esta rotundidad plantearon los de Núñez Feijóo esta cita que ven como un gran plebiscito popular sobre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y sus políticas. La amnistía, la vuelta del fugado Puigdemont, sus continuas cesiones al independentismo y la corrupción serán las puntas de flecha del discurso que Génova ha preparado para abrir una vía de agua en la nave socialista.
«Queremos que la ciudadanía vaya a las urnas y le digan a Sánchez lo que piensan de él. Que le digan a Europa lo que piensan del Gobierno español», apremió el director de campaña y vicesecretario de Institucional, Esteban González Pons, en la presentación de la campaña. «No habrá otra oportunidad hasta las próximas elecciones generales», advirtió para reforzar ese ahora o nunca con el que lanzaron su particular órdago a los votantes.
Para esta ocasión, el PP ha renunciado a su color tradicional, el azul, y a la imagen habitual que acompaña a sus carteles, con el propósito de buscar un caladero de votos más amplio. «Queremos ser el partido multicolor del pueblo, de los españoles». Con ese movimiento abarcador, apelan a quienes quieren mostrar una opinión sobre las políticas de Pedro Sánchez, algo que (salvo los paréntesis autonómicos) no han podido hacer desde las últimas generales.
Por eso, su lema principal será Tu voto es la respuesta, en referencia a la famosa misiva de Pedro Sánchez, cuando se tomó un retiro de cinco días para decidir (supuestamente) si continuaba o no al frente del Ejecutivo.
Empeñados en agudizar ese plebiscito, el PP quiere recoger el rechazo generalizado que, según sostienen, es palpable en España contra Sánchez y su Gobierno, en especial por la amnistía que otorgará impunidad a todos los implicados en el procés y los pactos con los independentistas. El PP espera que los resultados de las europeas -si gana- sean interpretados como una voz de rechazo a Sánchez. «Desde el mes de septiembre el PP ganó la calle, y queremos que hora se gane en las urnas», afirman en Ferraz en alusión a sus masivas movilizaciones populares.
En la trinchera de enfrente, el PSOE también plantea los comicios europeos como un plebiscito, en este caso a Núñez Feijóo para determinar si su figura es capaz de poner al líder socialista contra las cuerdas o se resiente de su falta de pegada.
La portavoz del PSOE, Esther Peña, reconoció abiertamente que su formación enfoca las elecciones europeas del próximo 9 de junio como una gran consulta popular contra el liderazgo de Alberto Núñez Feijóo dentro del PP porque, según lanzó, «su silla vuelve a tambalearse», sin entrar en más detalles salvo el de su discurso político.
Mimetizando su mensaje con el de los conservadores, en Ferraz también recalcan que «salen a ganar» con la candidatura que encabeza la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, que ha elegido como lema Más Europa. Y aseguran que lo van a hacer más allá de las encuestas, que apuntan a un triunfo del PP. «Feijóo es el presidente demoscópico, pero en nuestro país está el presidente democrático, al que las encuestas no creían, y ahí está», advierten.
Sin embargo, tampoco lanzan las campanas al vuelo. Asumen que el PP puede crecer en esta cita porque recogerá «votos de partidos que están en descomposición en este momento y que tienen representación actual en el Parlamento Europeo», en alusión a Ciudadanos.
Tras los varapalos en las últimas autonómicas y en el 23-J, el PSOE ha tomado aire con las autonómicas del País Vasco (donde serán llave) y Cataluña, donde han sido la fuerza más votada.
Además, la polémica reflexión de Sánchez y el reciente choque diplomático con el presidente argentino, Javier Milei, también han servido como acicate para movilizar a su electorado, o al menos eso se piensa en Ferraz. De hecho, Teresa Ribera agita sin pudor el miedo al fantasma de la extrema derecha en cada acto público.
Si hace unos meses, en la cúpula se veían con cierto temor estos comicios y reconocían sotto voce que eran propicios para un voto de castigo, ahora son más optimismo y auguran, los más entusiastas, que podrían llegar a empatar con el PP.
Sin embargo, una de las encuestas más recientes, la de NC Report, apunta a que el Partido Popular se impondría consiguiendo entre 24 y 25 escaños, lo que significaría entre 11 y 12 asientos más que en las elecciones de 2019. Los conservadores se posicionarían así a seis escaños de distancia de los socialistas, que obtendrían entre 18 y 19 para quedar como la segunda fuerza más votada, aunque cediendo entre dos y tres respaldos con respecto a los últimos comicios.
Este sondeo también indica una subida de Vox, que crecería en dos escaños, llegando a los seis.
Los dados ya están sobre la mesa y las urnas europeas darán oxígeno o apretarán la soga alrededor del cuello. El 9-J se verá.
Vox. Plan contra las «políticas progres»
El líder de Vox, Santiago Abascal, arropará al cabeza de lista de su formación para las elecciones al Parlamento Europeo, Jorge Buxadé, en una campaña en la que la formación derechista propondrá derogar el Pacto Verde, blindar las fronteras para evitar la inmigración ilegal, una energía más barata e impulsar una Política Agraria Común (PAC) «con menos ideología».
El programa de los de Abascal, compuesto por 10 medidas, explota las iniciativas icónicas del partido y deja de lado cuestiones que monopolizan la política nacional, como la amnistía. Así, en primer lugar, carga contra el Pacto Verde y la Agenda 2030 como un «plan de despidos masivo» para los trabajadores españoles, por lo que se comprometen a derogarlo y a trabajar para combatirla. Critican en Vox que socialistas y populares han alcanzado un acuerdo para avanzar en una «agenda ecologista radical» que resulta «nefasta» para el campo, la industria, el empleo y la soberanía energética y alimentaria de España.
En esta línea, también abogan por acabar con las «políticas progres impuestas» desde Bruselas a toda Europa. Y es que, a su juicio, Bruselas debe centrarse en «las necesidades reales de las personas» y garantizar defender el derecho a la vida y el respeto a la familia, como «institución básica de la sociedad».
Otra de las medidas propuestas es blindar las fronteras comunitarias, mediante acuerdos con los países de tránsito para que controlen la inmigración ilegal y acepten las devoluciones de expulsados. Además, piden perseguir las mafias de tráfico de seres humanos, la expulsión inmediata de los sin papeles.
Sumar. Foco en la fiscalidad y en lo social
Estrella Galán, directora de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), lidera la candidatura de Sumar en la cita con las urnas del 9-J, como número uno de una coalición que reúne a parte de los socios de Yolanda Díaz del 23-J, incluyendo En Comú, IU, Más Madrid, Compromís y Chunta Aragonesista. También forman parte de este conglomerado de fuerzas Verdes-Equo, Iniciativa del Pueblo Andaluz y Nueva Canarias.
Sumar pone el foco en su programa electoral en la fiscalidad y en las medidas sociales para marcar distancias con el PSOE, con propuestas como aplicar un impuesto del 15 por ciento a las petroleras. «Empecemos por gravar de manera extraordinaria a los más contaminantes y utilicemos estos impuestos para facilitar una transición verde», subrayan los de Díaz, dejando claro que sus rivales estas elecciones no son los socialistas, sus socios en el Gobierno, sino la ultraderecha.
Galán tendrá solo unas semanas para darse a conocer en un escenario en el que su principal adversaria es la aspirante de Podemos, la exministra de Igualdad Irene Montero.
La candidatura de Sumar quiere avanzar en cinco ejes para desterrar para siempre la amenaza de la política de la austeridad y los recortes sociales. Estos cinco frentes van dirigidos a reactivar la política fiscal, reformar la política monetaria, reinvertir los superávits comerciales excesivos, reformular el modelo de crecimiento y avanzar hacia una economía sin paraísos fiscales. A nivel social, pugnan por revertir el pacto sobre Migración y Asilo de la UE, que apoyó el Ejecutivo, al considerar que es «devastador para la democracia y no pone a las personas en el centro».
Podemos. Vivienda, aborto y jornada laboral
Irene Montero, exministra de Igualdad, es la candidata de Podemos en los comicios del 9-J. Una cita con las urnas a la que acuden los morados poniendo sobre la mesa medidas como prohibir que fondos de inversión puedan comprar vivienda en Europa, reducir el gasto militar en el continente, reconocer el aborto en la Carta de Derechos Fundamentales de la UE y una directiva específica contra la violencia vicaria.
También defienden que el bloque comunitario implante una jornada laboral del 30 horas semanales, medida que ven «eficaz» y «posible»; considerar discriminación salarial brechas retributivas superiores al 20 por ciento entre hombres y mujeres y sancionar a las empresas que incurran en esta práctica; avanzar hacia una renta garantizada (una medida icónica del partido) y una prestación contra la pobreza infantil que vaya hasta los 2.400 euros. Apuestan, además, por garantizar permisos de maternidad y paternidad de un mínimo de 36 semanas en todos los países miembros, fijar un suelo del cinco por ciento de inversión presupuestaria en la lucha contra la violencia machista y crear un sistema público de cuidado.
Este 9-J, los de Ione Belarra vuelven a competir electoralmente con Sumar, como pasó en las vascas y las gallegas, aunque esta vez lo hacen en unos comicios estatales de circunscripción única en los que ambas formaciones medirán sus fuerzas. Podemos apostará por su estrategia de rearme, con uno de sus principales referentes de candidata, en busca de fortalecerse en el futuro para intentar recobrar una posición hegemónica en la izquierda alternativa.