El Grupo Hispalink de Castilla y León mejora en una décima sus previsiones de crecimiento para la Comunidad de diciembre, y las sitúa en el 2,1 por ciento para este año, una décima por debajo de la media nacional. La red, en la que participan 15 universidades españolas, publicó sus estimaciones a junio, que mejoran en cuatro décimas la previsión oficial de la Junta para este año (1,7 por ciento). El dato es, no obstante, peor que el de 2023 (2,6%, según sus estimaciones)
Castilla y León sería la octava autonomía que más crece si se cumplen las previsiones de Hispalink, lejos del tres por ciento de Baleares y Canarias, pero muy por encima de Extremadura, el farolillo rojo con un 1,7 por ciento. El informe estima que Castilla y León seguirá creciendo a buen ritmo los dos próximos años, al 2,1 por ciento en 2025 y acelerará hasta el 2,4 por ciento en 2026, frente a un 2,4 de media para España los dos ejercicios, informa Ical.
No obstante, la Red Hispalink advierte que «las dificultades en el entorno geoestratégico o económico, obligan a ser cautelosos con las previsiones, incluso a plazos no demasiado lejanos en el tiempo» y apunta a que las revisiones «podrán ser más consolidadas según la información estadística y económica vaya despejando las actuales incógnitas».
El análisis de la red universitaria entiende que el aumento del empleo este año en la Comunidad tendrá «una moderada entidad» y vaticina que podría ser «ligeramente inferior al uno por ciento». Calcula un incremento entre el 1,5 y el dos por ciento en el conjunto nacional.
El informe profundiza en el dinamismo de la economía este año y señala que una parte de este comportamiento derivará del incremento previsto para el valor añadido agrario, un 6,5 por ciento, «con notables crecimientos en las producciones agrícolas, que podrían superar el 50 por ciento anual, si bien se combinarían con posiciones recesivas en la subrama ganadera, y previsiblemente en el empleo regional del sector». El crecimiento agrario aportaría dos décimas a la tasa de variación de la economía regional, ya que en 2023 se desplomó un 3,9 por ciento por la sequía.
Por lo que se refiere a la economía no agraria, la red estima un crecimiento del 1,9 por ciento, con una aportación de 1,8 puntos al incremento del valor añadido regional. Para la actividad industrial, el dinamismo estará próximo a los cuatro puntos porcentuales, casi uno por encima del 3,1 nacional.
«Este incremento consolida la recuperación industrial, tras la debilidad que los problemas energéticos y bélicos, los derivados aún de la pandemia, la crisis de componentes y cierta debilidad en la demanda, han ocasionado a la demanda industrial castellana y leonesa», remarcan desde Hispalink.
El documento asegura que esta aceleración implicará que la industria aporte en 2024 ocho décimas al crecimiento regional, cinco de ellas derivadas de las manufacturas y tres de la subrama energética.
Las perspectivas de Hispalink son más moderadas para la construcción y la estimación anual es del 1,9 por ciento, con una aportación de una décima al crecimiento regional. Este incremento sería inferior al nacional estimado, 3,9 por ciento, si bien puede considerarse como una «corrección tras el importante incremento estimado de la construcción regional (4,2%) en 2023, 1,8 puntos superior al nacional.
Por su parte, el avance de los servicios se calcula en un 1,3 por ciento, un ritmo inferior al español (1,8). «Esta moderación es, en parte, una corrección tras los fuertes crecimientos de 2021 a 2023, con un 4,1 por ciento de media anual», aclaran. Hispalink explica que el moderado crecimiento sectorial sea «relevante, implicando una aportación próxima al punto porcentual».
El crecimiento continúa en 2025 y 2026
En cuanto a las perspectivas para 2025 y 2026, la red defiende "como escenario más verosímil, incrementos ligeramente superiores a los del año actual, con una pequeña aceleración que alcanzaría una tasa anual para el conjunto de la economía castellano y leonesa del 2,1 por ciento en 2025 y del 2,4 por ciento en 2026, con incrementos similares para la economía no agraria, a expensas del volátil comportamiento de la rama agraria".
En concreto, el análisis expone que la industria podría desacelerar en 2025 hasta el dos por ciento, para recuperar en 2026 hasta el 2,8 por ciento y tanto construcción como servicios avanzarían ligeramente su tasa de crecimiento anual, finalizando 2026 a ritmos del 2,4 y 2,3 por ciento, respectivamente.