El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha prometido trabajar para responder al "nivel de confianza" depositado en él por quienes cumplieron su "deber cívico" en las últimas elecciones, cuyo resultado ha sido certificado por la Comisión Electoral Central este jueves.
La presidenta de la Comisión, Ella Pamfilova, ha confirmado en una comparecencia pública la rúbrica de los resultados, que conceden a Putin más de 76,2 millones de votos, el 87,28 por ciento del total. El dato de apoyo al presidente cae cerca de 15 puntos en el extranjero, hasta el 72,54 por ciento.
"Gracias a todos por la confianza. Haré todo lo que esté en mis manos para justificarla", ha dicho Putin, en un breve discurso a la nación en la que ha apuntado que este nivel de apoyo "aumenta la responsabilidad hacia Rusia". "Exige un compromiso y una eficacia aún mayores de mi parte y de parte de todo nuestro equipo", ha añadido, según la nota divulgada por el Kremlin.
El presidente se ha abierto a adoptar "propuestas constructivas" de sus rivales políticos, si bien los comicios tuvieron lugar sin rivales que realmente hiciesen frente a Putin o a sus políticas más controvertidas, como la agresión aún en marcha sobre la vecina Ucrania.
De hecho, el segundo candidato con más votos, Nikolai Jaritonov, del Partido Comunista de la Federación de Rusia (KPRF), obtuvo apenas el 4,3 por ciento, seguido del vicepresidente de la Duma estatal, del partido Pueblo Nuevo, Vladislav Davankov, con un 3,85 por ciento. Este último, sin embargo, logró el 16,44 por ciento de los sufragios entre los rusos que participaron desde el extranjero.
Pamfilova también ha resaltado que la participación fue del 77,49 por ciento, con más de 87,5 millones de personas acudiendo a las urnas durante los tres días que duró la votación. De esta forma, supera el máximo histórico hasta la fecha, fijado en el 74,66 por ciento en las elecciones de 1991.
"Nunca en la historia moderna de Rusia ha habido unas cifras así. Esto supone una prueba del hecho de que las elecciones fueron un elemento de legitimidad y democracia", ha afirmado Pamfilova, que el lunes señaló que la participación era de un 77,44 por ciento, cifra que ha aumentado tras la revisión de los datos.
Por otra parte, ha confirmado más de 40 "protestas" en los colegios electorales durante las presidenciales, en referencia a los intentos por parte de electores de dañar los votos, incluidos actos en los que fue derramada tinta en las urnas para intentar inutilizar las papeletas.
La victoria de Putin ha sido recibida con una cascada de críticas por parte de los gobiernos occidentales, que han afirmado que supone la confirmación de una tendencia represiva que no deja espacio para un mínimo de disidencia. Sin observadores internacionales independientes, estos países cuestionan la legitimidad del proceso, críticas rechazadas de plano desde Moscú.