La apuesta por la producción ecológica también se consolida en la provincia de Soria. Prueba de ello, es el crecimiento exponencial registrado en los últimos cinco años tanto en el número de operadores como en la superficie agrícola cultivada, si bien sigue siendo testimonial la representación de explotaciones ganaderas ecológicas. Así las cosas, según los datos proporcionados por la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, a través del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León, en la provincia de Soria existen 136 operadores ecológicos -al cierre de 2023-, mientras que hace cinco años eran 56, por lo que se ha producido un incremento de más del 134%. Pero es que en 2009, el Consejo de Agricultura Ecológica de Castilla y León (Caecyl), la única autoridad pública de control que existía en aquel momento, tenía inscritos ocho productores ecológicos sorianos, un elaborador y un importador. Por tanto, estos datos evidencian la expansión de la agricultura y ganadería ecológicas.

«La producción ecológica produce alimentos a partir de sustancias y procesos naturales dejando fuera a los productos de síntesis química, en la que prima el respeto por el medio ambiente, la biodiversidad y el bienestar animal. Es la producción agraria tradicional, la que hacían nuestros abuelos y sus antepasados, con unas mejoras debido a los medios técnicos y a los conocimientos que tenemos a día de hoy a nuestra disposición», advierte Ernesto Aparicio Lázaro, director técnico de Caecyl.

En cuanto a la superficie ecológica cultivada, fueron 5.929,7 hectáreas en 2023 en terreno soriano, mientras que en 2019 la extensión se elevó a 3.691,9 hectáreas, lo que implica un crecimiento del 60,63%. Y en 2009 eran solo 681,81 hectáreas.

La mayor parte de las fincas reservadas a cultivos ecológicos se destinan a la producción de cereal (1.177 hectáreas), legumbres (709,2 hectáreas) y cultivos industriales (765,1 hectáreas). Asimismo, se siembran plantas aromáticas y medicinales (103,5 hectáreas); tubérculos (56,1); hortalizas (9,5); plantas forrajeras (540); frutas y bayas (27,8); frutos secos (13,1); viñedos (355,3); y olivar para aceite (10,3). Cabe reseñar que la superficie ecológica de pastos permanentes asciende a 1.348,5 hectáreas y los barbechos, a 658,6.

 Evidentemente, la expansión de la producción ecológica en los últimos años está ligada a la demanda de este tipo de alimentos por parte de los consumidores. «Hay motivos más que suficientes para que los consumidores elijan los productos ecológicos, bien sea por el respeto al medio ambiente, por su propia salud o por las dos cosas que, al fin de al cabo, están relacionadas», sostiene el director técnico de Caecyl.

Sin embargo, a su juicio, en la provincia sigue habiendo «muy pocos operadores con respecto a lo que se puede llegar» y las «grandes posibilidades» de Soria, ya que dispone de unas «condiciones muy favorables» para el desarrollo de este sistema de producción. «Desde Caecyl se hacen muchos esfuerzos tanto en formación, publicidad o promoción con el fin de que el sector siga creciendo, por lo que animamos a que todo aquel que tenga dudas o inquietudes al respecto se ponga en contacto con nosotros», apunta Aparicio.

ganadería. Por su parte, la representación de explotaciones ganaderas ecológicas en la provincia puede decirse que es testimonial. Solo están registrados dos productores de vacuno, con 88 cabezas en total; uno de ovino, con 1.049 animales; uno de caprino, con 45 cabras; y dos apicultores ecológicos, con 156 colmenas.

La ganadería ecológica busca proporcionar al consumidor alimentos frescos de calidad, mediante la utilización óptima y racional de los recursos, respetando el medio ambiente, el bienestar animal y sin emplear sustancias químicas de síntesis. Sus prácticas están asociadas a su producción en espacios abiertos, es decir, prados y pastizales.

actividad industrial. En cuanto a la elaboración y transformación de alimentos ecológicos, son tres las empresas de frutas y hortalizas; una de productos de molienda, almidones y productos amiláceos; una bodega; cuatro dedicadas a los productos alimenticios de origen vegetal; una empresa cárnica; una industria de productos lácteos; y otras dos de artículos de origen animal (miel, huevos, preparados, etcétera), según los datos que maneja Itacyl.

En cuanto al futuro de la producción ecológica a nivel global, en opinión del director técnico de Caecyl, la conservación del medio ambiente es una «de las prioridades de la mayoría de los países desarrollados», por lo que formas de producir más respetuosas «se verán favorecidas». «La sociedad de estos países va a seguir demandando este tipo de productos por los motivos anteriormente indicados», concluye.