La Dirección General de Tráfico (DGT) ha instalado 232 cámaras en la red nacional de carreteras para controlar el uso del cinturón y del teléfono móvil, así como aquellos que no respetan los semáforos en rojo, la línea continua o las señales de stop, de las que una treintena están operativas en tramos de Castilla y León. Por provincias, Segovia se sitúa en cabeza con ocho de estos dispositivos, cuatro en la A-1, uno en la A-6 y otro en la CL-601. Además, se han colocado dos foto-rojo en la N-VI y en N-603, ambos en la travesía de San Rafael. Después se encuentran Valladolid y León, con seis en ambos casos. En la provincia vallisoletana hay tres cámaras en la A-62, dos cámaras en la A-6 y una en la N-601, mientras que en la leonesa se ubican en la A-231, A-6, AP-66, CL-631, N-120 y N-VI, según un informe de Automovilistas Europeos Asociados. En Zamora son cuatro los dispositivos, dos en la A-52, uno en la A-6 y otro en la A-66, mientras que en Palencia son dos, uno en la A-62 y otro en la A-231. También hay dos cámaras en Salamanca (A-62 y N-620), una en Burgos (A-231) y otra en Soria (A-2). Ávila es la única provincia sin cámaras.
La ubicación de estas cámaras sigue una distribución geográfica que cubre la mayoría de España, a excepción de Cataluña y País Vasco, debido a las competencias distintas en materia de tráfico en estas comunidades autónomas. Andalucía, con 59 cámaras, Castilla-La Mancha, con 34, y Galicia, con 31, son las comunidades con mayor número de dispositivos. En España, el uso del cinturón de seguridad se estableció como obligatorio desde 1975 para los pasajeros delanteros, y desde 1992 para los ocupantes de los asientos traseros.
Está demostrado que el cinturón de seguridad, además de reducir en un 50 por ciento el riesgo de fallecer en un siniestro de tráfico, protege de salir despedido del habitáculo, así como de impactar contra el parabrisas. En casco urbano, la posibilidad de resultar herido grave o muerto es 5 veces menor si se lleva puesto el cinturón de seguridad. Su no utilización lleva acarreado una multa de 200 euros y la pérdida de cuatro puntos. Por su parte, conducir usando el móvil también conlleva una multa de 200 euros, aunque en este caso la sanción es de seis puntos.
Una treintena de cámaras vigilan el uso del móvil y cinturón - Foto: FS ICALA la instalación de estos dispositivos se sumarán en las medidas anunciadas el pasado viernes por el Ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que presentó un paquete de medidas con las que DGT pretende reducir el número de siniestros de tráfico y su letalidad, después del incremento de fallecidos en las carreteras que se viene registrando a lo largo del año. Hasta el pasado 29 de abril, en el conjunto de España habían fallecido en accidentes de tráfico 346 personas, un 6 por ciento más que en el mismo periodo del pasado año, mientras que Castilla y León acumulaba 34 víctimas, seis más.
Entre las medidas, cabe destacar la instalarán de 95 nuevos puntos fijos de control de velocidad en las carreteras, de los cuales el 60 por ciento serán de tramo, así como un incremento de la plantilla de la Agrupación de Tráfico con 150 nuevos agentes a final de año.
También se intensificarán las campañas de control y vigilancia dirigidas a motoristas los fines de semana entre junio y octubre, meses en los que la presencia de este colectivo es más frecuente, y se utilizarán de motos camufladas en aquellos sectores de las comunidades autónomas con mayor presencia de motoristas, entre las que figura Castilla y León, junto con Andalucía, Valencia, Galicia, Baleares y Canarias.
En este sentido, también se pondrá en marcha una campaña de información y prevención dirigida a motoristas mediante la publicación y distribución de un tríptico y un folleto sobre seguridad vial. Además, se incrementarán los mensajes de concienciación sobre este colectivo y su vulnerabilidad a través de redes sociales, paneles de mensaje variable y cualquier otro medio disponible.