"Ellas son felices estando juntas y aún más cuando están en el bosque". Es una de las pistas que ofrece Paz Brasas sobre el relato que presenta 'Susana y el guardián del bosque: Busgoso', un cuento recién publicado por la editorial Rimpego en el que el lector conoce la relación de una niña y su abuela y de ambas con la naturaleza, inspirado en la Montaña Central Leonesa.
La iniciativa surgió como ampliación de un cuentacuentos que ofreció la autora en el centro escolar en el que ejerce como docente y se traduce en una obra de cuidada presentación en la que las ilustraciones de Raquel Ordóñez Lanza son el complemento idóneo para hacer viajar la mente a los escenarios que aparecen en ella.
"Somos una especie más y todos dependemos de todos" afirma la autora y alude al mensaje de respeto entre todas las especies que se percibe en sus páginas, con las que busca "despertar los sentidos, que se vea con todos, el olor, los colores y el tacto" y que se fomente "la curiosidad por aprender, por saber cómo funciona el mundo".
Todo, en un libro destinado en principio a lectores de a partir de siete años y en el que los adultos también pueden disfrutar de situaciones y momentos evocadores que pueden trasladarles a momentos muy felices de su existencia. Susana, la abuela y el bosque son un equipo y ocupan los papeles protagonistas en una historia en la que no falta un 'malo' ni el guardián mitológico de la Cordillera Cantábrica, Busgoso.
El cuento incluye un "pequeño apéndice", detalla el editor Joaquín Alegre, para conocer con más detalle tanto al defensor de los bosques como al personaje apodado "sacamantecas", que se cuela en la historia. Además, el catedrático en Ecología de la Universidad de León, Estanislao Luis Calabuig, regala al lector un 'paseo' por la Cordillera Cantábrica para enriquecer el conocimiento de su flora y fauna.
Todavía aguarda otra sorpresa en 'Susana y el guardián del bosque: Busgoso', en esta ocasión como regalo para los oídos y en forma de cantos de seis tipos de pájaros que Susana reconoce gracias a su abuela Anastasia y que se pueden escuchar con los códigos QR que aparecen en las últimas páginas de la obra.