Cuenta Sarjo Susoho (28 años) que a la semana de aterrizar en España, hace once años, nació su hija en Gambia, su país de origen. Su historia puede parecerse a la de miles de africanos que dejan atrás a su familia en busca de las oportunidades que puede ofrecer Europa. Seguro que entonces no pensó que encontraría un hogar en un pequeño pueblo a las faldas del Moncayo, habitado por una docena de vecinos. A finales de agosto, se trasladó desde la capital soriana a Valdelagua del Cerro atraído por una oferta de trabajo de peón. El alcalde, Ruymán Domínguez, explica que llevaban ocho años intentando cubrir ese puesto. Lo cuentan a la entrada de la vivienda que el Ayuntamiento ha puesto a disposición del empleado municipal de forma gratuita. Entre los dos la están reformando y el propio regidor lo acerca en coche a la autoescuela en Soria para que Sarjo complete las clases que le permitan concurrir a la prueba práctica para obtener el permiso de conducir, una vez superada la parte teórica.
Apenas ha pasado un mes desde que el gambiano ocupó la plaza y se estableció en la localidad y la complicidad con el alcalde, así como con el resto de habitantes, es evidente. «Es lo que siempre se ha hecho en los pueblos, ayudarnos unos a otros», resume una vecina, que también ha llevado a Sarjo a sus clases de conducir cuando el edil no ha podido hacerlo.
Por ahora, Sarjo Susoho tiene contrato hasta diciembre, gracias a una subvención de la Diputación Provincial. Pero la idea del alcalde es estabilizar su plaza a partir de enero, con fondos municipales. Así las cosas, fundamentalmente, se ocupará del mantenimiento y limpieza de las calles y edificios públicos, y de la apertura y atención de recursos como el salón social o la biblioteca local.
Sarjo Susoho, bienvenido a Valdelagua - Foto: E.G.M Eugenio Gutiérrez Martíneznueva vida en familia. En su nuevo hogar, al que el alcalde le ha dotado de una cocina y continúa con la rehabilitación, quiere reunirse con su mujer y su hija, para lo que en breve iniciará el proceso de reagrupación familiar. Ambas también viven en el medio rural, aunque en un núcleo más poblado. «Tienen muchas ganas de venir», subraya.
Sarjo recuerda que conoció a su hija en 2016, cuando la niña ya tenía tres años, y volvió a verla en 2020. «La he visto solo en dos ocasiones. Es duro, pero la vida es así. Ahora ya tengo claro que pueden venir a este sitio donde vivir tranquilamente», señala.
Ruymán Domínguez lamenta que no hayan podido antes atraer a más habitantes por la falta de vivienda. En la actualidad, además de la casa de Sarjo, cedida al Ayuntamiento por una familia, está prevista la recuperación de otro inmueble gracias al programa Rehabitare de la Junta de Castilla y León y se está rematando un apartamento para el alquiler que se ha habilitado en el mismo edificio en el que se localiza el Ayuntamiento, junto a La Tasca del Tosco -el bar municipal, que incluye un comercio- y la biblioteca. «Nos faltaba alguien que tuviese ilusión por trabajar, porque los servicios los tenemos. Los vecinos están encantados», apostilla.
El joven gambiano voló a España en 2013 para trabajar en el campo en la provincia de Tarragona. Vino con su hermana gracias a un familiar que ya residía en el país. Posteriormente, se trasladaron a Zaragoza y, por último, recalaron en la capital soriana, donde siguen viviendo su hermana y tres sobrinos. «Vi la oferta de trabajo en este pueblo, necesitaba tranquilidad», reconoce. En Soria trabajaba en un empresa de reformas y también formó parte de la plantilla de Aleia Roses (Ondara, Garray).
«La gente es maravillosa. No te miran como si acabara de llegar un extranjero al pueblo. Me han acogido como si llevara aquí mucho tiempo. ¿Qué necesitas? ¿Qué quieres?», relata con la sonrisa que no le abandona en ningún momento.
Confiesa que ha sufrido «mucho» hasta que consiguió aprobar el examen teórico de conducir. «Ahora el alcalde me lleva y me trae a la autoescuela, como una mochila. Es como mi chófer y yo soy el jefe», bromea.
El alcalde de Valdelagua del Cerro normaliza el hecho de que sea él quien se ocupe de los traslados de Sarjo a la autoescuela. «Lo hago encantado, pero con cualquier vecino. A alguno lo he llevado a Valladolid a la revisión del médico [...] Con Sarjo estamos muy contentos. Y no solo maneja el idioma, ¡el humor español! Se ha hecho a los vecinos y los vecinos a él [...] Ahora tiene su casa, puede ser un buen momento para traer a su familia. Aquí tenemos servicios de sobra para los vecinos que somos», resalta Ruymán Domínguez.
Los centros educativos de referencia de Valdelagua del Cerro son los de Ágreda, por lo que la hija de Sarjo podrá desplazarse en autobús hasta la villa agredeña en la ruta de transporte escolar de esta zona.
proyectos en marcha. Aunque Valdelagua del Cerro es uno de los pueblos menos habitados de la comarca moncaína, en los últimos años se han puesto en marcha distintas iniciativas y ya se han asentado las bases para ejecutar otros proyectos.
Ruymán y Sarjo enseñan el «bar de invierno», que se encuentra en pleno acondicionamiento y de cuya gestión y mantenimiento se encargará el gambiano desde primeros de año. El local cuenta además con una pequeña tienda.
A partir de la pandemia pusieron también en marcha el llavero o pulsera digital que puede recargarse con dinero para pagar en el comercio o en el bar. «Así no hay por qué llevar efectivo en el pueblo. Es para usarlo como un monedero», especifica el alcalde.
La biblioteca, con fondos cedidos y ya catalogados, se halla igualmente inmersa en su modernización informática y en el mismo inmueble está casi terminado un apartamento para alquiler.
Asimismo, el pueblo tiene operativo todo el año un parque de caravanas (Valdelagua Caravan Park) totalmente equipado, donde se está construyendo un bungalow. En este entorno se emplaza el «bar de verano» y vestuarios.
Entre las iniciativas destacadas promovidas por el Consistorio, hay que poner el acento en 'Valdelagua Cross', carrera de montaña que el pasado mes de mayo celebró su novena edición con cerca de 400 participantes, y el concurso de pintura al aire libre 'ValdeArt'.
fábrica de cerveza. Uno de los proyectos más ambiciosos del Ayuntamiento de Valdelagua del Cerro es la instalación de una fábrica de cerveza artesana elaborada con productos del entorno en la ermita de San Sebastián y San Roque. El primer edil admite que la propuesta acumula «retraso», si bien en las próximas semanas saldrá a licitación la rehabilitación de este templo, que supondrá una inversión de 90.000 euros.