Los castellanos y leoneses que ganan más de 160.000 euros al año han encontrado en la Comunidad uno de los mejores refugios de toda España. Y es que la arquitectura fiscal autonómica sitúa a Castilla y León como el segundo territorio del país donde aquellos contribuyentes que declaran unas rentas del trabajo superiores a 160.000 euros –catorce pagas de 11.500 euros– pagan menos por IRPF de todo el país, solo por detrás de la Comunidad de Madrid. Una posición de cabeza que, sin embargo, Castilla y León no ocupa en el caso de las rentas medias y bajas, aunque estas cuentan con importantes novedades. De hecho, los trabajadores con rentas inferiores a 16.000 euros se ahorrarán 300 euros en su Declaración de la Renta después de que la Comunidad fuera una de las siete que optó el pasado año por pasar la tijera sobre el tramo autonómico del Impuesto de la Renta de las Personas Físicas con una rebaja de medio punto –del 9,5 al 9 por ciento– en los tramos más bajos.
Decisión que se traduce en que estos contribuyentes de Castilla y León con rentas inferiores a 16.000 euros antes pagaban 364 euros, frente a los 52 actuales.Algo similar a lo que ocurre para las de menos de 20.000 euros, aunque en menor proporción. En este caso la rebaja también es de 300 euros, pero porcentualmente es menor, al pasar de 2.000 a 1.772 euros.
Unos cálculos que pone de manifiesto el Panorama de la fiscalidad autonómica y foral 2024 publicado esta semana por el Consejo General de Economistas de España. En cualquier caso se trata de cifras orientativas, ya que el informe toma como ejemplo para estas simulaciones la declaración de la Renta de un contribuyente soltero, menor de 65 años y sin hijos, por lo que se queda fuera de muchas de las deducciones fiscales que Castilla y León tiene vigentes.
Estos beneficios, por el contrario, no se extienden a las rentas medias, que además de estar en la parte de la tabla que más pagan, este año apenas han visto reducidas sus cuentas con Hacienda. Así, los contribuyentes de entre 30.000 y 70.000 euros anuales son los octavos de España que más pagan –sin contar al País Vasco y Navarra que tienen un sistema fiscal propio–. «Las comunidades regulan muchas deducciones, en general con poco coste recaudatorio porque se suelen establecer para contribuyentes con circunstancias muy concretas y, normalmente, con rentas bajas», explican los expertos del informe.
Patrimonio.
Castilla y León ha renunciado, por el momento, a seguir la estela de otras comunidades del PP que el pasado año limaron el Impuesto de Patrimonio con bonificaciones de hasta el 100%, aunque luego el Gobierno aplicó su poder fiscal para que esa recaudación no se perdiera con un impuesto temporal a las grandes fortunas. En el caso de Castilla y León, este gravamen, que recaudó en 2021 casi 39 millones de euros, es el séptimo más alto para patrimonios superiores a cuatro millones de euros y el cuarto para aquellos que superan los 40 millones de euros. Desde el Consejo de Economistas insisten en su descontento con este tributo –exento hasta los 700.000 euros– y plantean si «merece la pena ir a contracorriente en la tributación sobre la riqueza en el seno de la UE»
Por último, Castilla y León está entre las comunidades donde menos impuestos se pagan por Sucesiones y Donaciones, teniendo la sexta cuota líquida más baja después de que en 2021 elGobierno autonómico aprobase la bonificación al 99 por ciento de este tributo. Una modificación que deja diferencias de hasta 100.000 euros con otras regiones como Asturias en el caso de heredar bienes por valor de 800.000 euros, de los que 200.000 corresponden a la vivienda.