Hoy no es San Juan pero, en Soria, empiezan sus fiestas (el Bautista fue anteayer). Todo el mundo sabe bien cómo va eso del calendario en esta celebración soriana. La clave está en que son fiestas propias del solsticio de verano. ¡Qué más da día arriba, día abajo! Y en nuestra ciudad, además, lo son en plural (Sanjuanes, eco de la diversidad), no solo porque los días que escenifican son cinco sino porque cada uno de ellos exhibe su peculiaridad, de tal forma que tiene su propio apellido, añadido al día de la semana en que se vaya avanzando: la Saca, de Toros, Agés, de Calderas y hasta Bailas, con a y no con e, para darle más singularidad. Pero, como en toda acción humana, y no podría ser de otra forma cuando entramos en el teatro de lo lúdico, los cambios, aunque lentos, son inevitables porque reflejan nuevas formas de acción y de relación en las generaciones que van adviniendo.
Retrocedamos tan solo un poco más de un siglo. Resulta curioso leer la prensa soriana de entonces para hacerse una idea de cómo eran hace cien años las fiestas, cómo se percibían y, sobre todo, cómo han cambiado, al ritmo que lo han hecho los tiempos. Y nosotros. 'El Porvenir Castellano', un periódico racionalista, el de mayor trascendencia cultural en Soria, dirigido por José María Palacio y donde colaboró Antonio Machado, recoge en su número 1, aparecido el lunes (de Bailas), 1 de julio de 1912, la siguiente descripción de las Fiestas de San Juan, trazada con cariño, pero sin el entusiasmo enfático y disparatado que a veces tiene la prensa posterior. Notará el lector algunas ausencias. Por ejemplo, no se habla del Miércoles el Pregón, un artificio añadido en 1956.
Este es el relato textual que hace: "No tenemos espacio para reseñar con amplitud nuestras tradicionales fiestas de San Juan. En realidad, no hace falta, porque podríamos limitarnos á decir que se ha verificado como en años anteriores. El miércoles anterior al jueves de Saca hubo en la plaza de Herradores dos ó tres caballerías escuálidas. No sabemos si encontraron alquiladores. El Jueves de Saca tuvo idénticas notas a las de otras veces. Desde las primeras horas de la madrugada, un núcleo nutrido y alegre de curiosos presenció, entre carcajadas y comentarios, la salida de toda clase de vehículos, hasta los más primitivos, y la de una variedad extraordinaria de cabalgaduras. La recogida de los "bichos" fue hecha por los hábiles caballistas en el monte Valonsadero con relativa rapidez, y el calor del sol, el de las meriendas y el del morapio, más la excitación que producía en los ánimos Pedro Amezua con su 'Lira Numantina', templó a la gente, aumentó la tensión en las "atmósferas" y hubo bailes a todo trapo… El Viernes de toros nos parece "un poco" pesado. Son muchos "treinta y dos" toros en un día… A las tres de la tarde del Sábado agés comenzaron las subastas de los despojos de los toros. Hubo en ellas los incidentes de siempre. Nosotros presenciamos las de la cuadrilla de San Esteban y recordamos con temor el enorme garrote que el capitán Latorre llevaba para ordenar las pujas… Llegó el día de ayer, Domingo de Calderas, uno de los números más atrayentes, más fraternales de nuestras fiestas…".
Hay algunos otros comentarios jugosos de los que hablaremos en futura ocasión. Por ahora, decir que en el número del jueves, 4 de julio de 1912, "El Porvenir Castellano" publicaba otra breve nota sobre el día que faltaba por describir: "El Lunes de Bailas se celebró animadamente en la Pradera de San Polo con bailes y abundantes meriendas. La tarde estuvo apacible". Fin de la cita.
Y hoy, 112 años después, este 26 de junio de 2024 vuelve a abrir las Fiestas de San Juan en la ciudad de "las sierras calvas,/ verdes pradillos, cerros cenicientos,/ (donde) la primavera pasa/ dejando entre las hierbas olorosas/sus diminutas margaritas blancas", que cantara Machado. Que nada ni nadie impida el goce de la fuerza limpia de quienes buscan en ellas lo que ellas ofrecen: ocasión para seguir compartiendo. Felices Sanjuanes, en plural. Disfruten y piensen que nuevos tiempos traen otras formas de plasmar la fiesta, con la dignidad que todo soriano siempre sabe llevar. Si no, seríamos fósiles.