El seguro agrario está en el ojo del huracán. El aumento de la siniestralidad y la descompensación entre distintos subsectores hacen que, desde hace ya tiempo, se plantee la necesidad de darle una vuelta a esta herramienta que es imprescindible para muchos agricultores y ganaderos. Pero una vuelta con reglas del juego claras y sin que sean los productores quienes tengan que pagar los platos rotos; o al menos no solo ellos.
Unión de Uniones, que ha participado junto a las demás OPA y comunidades autónomas en una reunión con la Entidad Estatal de Seguros Agrarios (ENESA) hace unos días, valora la capacidad de escucha de este organismo, que distribuyó una encuesta para conocer las opiniones de todos los agentes, pero muestra su decepción por la falta de concreción e iniciativa sobre las modificaciones que se pueden dar en las líneas y las contrataciones.
La organización considera que el seguro agrario está atravesando un momento crucial dada la gran siniestralidad que acumula en los dos últimos años, principalmente como consecuencia del cambio climático que ha provocado fenómenos climáticos adversos extraordinarios que afectaron de forma generalizada a gran parte de la producción agraria de España. En este sentido, cree que la forma de asumirlo en el seguro agrario no debe recaer solo en el asegurado con un incremento de las primas, ya que es un problema de toda la sociedad en su conjunto y no se debe a la mala praxis empresarial.
Por otra parte, UPA ha solicitado mejoras en el sistema actual y ha expuesto la necesidad de seguir defendiendo los seguros agrarios, así como su incremento presupuestario. Más, si cabe, en un contexto como el que están sufriendo los agricultores, con fenómenos meteorológicos extremos e imprevisibles que causan graves daños a los cultivos.
«Los seguros agrarios son fundamentales. Es prioritario reconocerlo y tomarlo como un elemento más del día a día en el trabajo de los agricultores y ganaderos», asegura Alejandro García-Gasco Alcalde, miembro del grupo de Seguros Agrarios de UPA. «Los seguros agrarios tienen que ser un fuerte apoyo para la agricultura familiar», han indicado desde la organización, e insisten en recodar que «defendemos la agricultura familiar porque es un segmento de población estratégico en el medio rural».
Así, tal y como se ha suscrito en el acuerdo de 43 medidas con el Ministerio, se ha solicitado que se llegue al máximo permitido por la Unión Europea de la subvención del seguro agrario para esta agricultura familiar. Se ha reforzado este argumento en el sentido de que el seguro está viviendo grandes retos, entre ellos la alta siniestralidad y, por extensión, el gran presupuesto que se lleva la subvención con ello.
Desde la organización agraria recuerdan que en 2023 fueron 400 millones de euros los aportados por parte de la Administración, aunque UPA sigue reclamando más igualdad entre regiones, porque existen diferencias considerables que podrían derivar en agricultores de primera y segunda separados por tan solo unos metros.
Unión de Uniones considera, por su parte, que si contar con aseguramiento se consolida como un condicionante para poder disponer de otras ayudas públicas de carácter extraordinario, deben estudiarse las posibilidades de implantación de un seguro agropecuario con unas primas y coberturas adecuadas y asumibles que incluya los riesgos extraordinarios consorciables y que sea subvencionado al máximo por ENESA.
Según UPA, es de sobra conocida la situación de incremento de costes en los seguros agrarios debido a las tasas, recargos y al incremento de la producción, lo que ha provocado en algunas líneas una bajada de contratación. «Hemos transmitido a ENESA que el agricultor que se va, es difícil volver a traerlo. Y esto está pasando en líneas importantes como la de frutos secos, que han sufrido grandes cambios con bajadas de garantizados e incrementos de franquicias», ha indicado Alejandro García-Gasco.
Agroseguro.
Unión de Uniones ha enviado a ENESA sus propuestas, en las que recoge mejoras en el funcionamiento del seguro, sus líneas y sus contrataciones. La organización está de acuerdo en la utilidad del seguro y considera fundamental seguir incentivando su contratación, pero sobre reglas del juego claras y que vayan encaminadas a ayudar al agricultor y «no a continuar con el monopolio de Agroseguro».
La organización propone fiscalizar su trabajo y que tome mayor peso el Consorcio de Compensación de Seguros y ENESA se posicione al lado de los agricultores, que es a quien representa. De igual forma, señala que las comunidades autónomas deben aportar más al sistema, subvencionando al máximo los seguros agrarios como herramienta de gestión de riesgos de vital importancia para mantener las rentas de sus agricultores y ganaderos.
Asimismo, Unión de Uniones plantea la revisión de tarifas. Sostienen que conviene modular los que tienen baja contratación y los que tienen mucha demanda por el momento actual, como los daños por fauna salvaje cuya cobertura debe ser aumentada según la organización. Para finalizar, UPA añade que los fenómenos extraordinarios como algunos que se están produciendo en los últimos años deben sufragarse con fondos extraordinarios.
65.000 hectáreas, 55 millones de euros.
Los sucesivos frentes tormentosos registrados desde el segundo fin de semana de junio (a partir del sábado 8) han provocado siniestros en 65.000 hectáreas agrícolas aseguradas, según las declaraciones de siniestro recibidas por Agroseguro. Las tormentas de lluvia y pedrisco dejan daños en al menos 33 provincias, con especial incidencia en Albacete y la Región de Murcia. La primera estimación de indemnizaciones, en tanto avanzan las peritaciones, se sitúa en 55 millones de euros.
En Castilla-La Mancha, la superficie siniestrada se eleva hasta las 30.005 hectáreas, de las que 18.875 se sitúan en la provincia de Albacete, donde los daños se reparten entre numerosas producciones: cereal, hortalizas (especialmente ajo), frutales, almendro o viñedo. Afortunadamente, la recolección de variedades muy implantadas en la zona, como el ajo spring, ya se encontraba muy avanzada. Además, la provincia de Cuenca suma 5.221 hectáreas siniestradas, principalmente de cereal. El resto de superficie corresponde a Guadalajara (2.643 hectáreas), Toledo (1.972 hectáreas) y Ciudad Real (1.294 hectáreas). En el resto de las provincias afectadas, salvo en Murcia, la incidencia fue mucho más puntual.
Las tareas de evaluación de daños ya han comenzado y se realizarán coincidiendo con la peritación del cereal de invierno, que afronta durante las próximas semanas su etapa más intensa de cosecha a nivel nacional. Agroseguro recuerda que el riesgo de pedrisco se encuentra entre las coberturas disponibles para todas las líneas agrícolas del sistema español de Seguros Agrarios Combinados.