Dentro del panorama de inestabilidad e incertidumbre que dejaron los resultados electorales del pasado domingo, las urnas también evidenciaron que España parece dar de lado a los extremismos, tanto de un lado del espectro ideológico como de otro. Ni Vox ni Sumar alcanzaron las cifras anteriores (en el caso de la formación de Yolanda Díaz, las de Podemos) y su peso en el Congreso bajó enteros con respecto a las generales de 2019. Los ciudadanos volvieron al abrigo de ese ave fénix que es el bipartidismo que, cuando menos se esperaba, volvió a resurgir de sus cenizas, logrando sus mejores resultados en una década. Un toque de atención a PP y PSOE que, sin embargo, no parecen darse por aludidos, ya que esa gran coalición que existe o ha existido en otros países europeos, en España, no está ni siquiera sobre la mesa. Algo que no entienden en el socialismo más clásico, como quedó claro ayer en el acto organizado por el colectivo Fernando de los Ríos, que aglutina a exministros y exdirigentes socialistas de la época de Felipe González, liderados por el exlíder del PSE Nicolás Redondo Terreros.
En un análisis de los resultados del 23-J, el hijo del histórico secretario general de la Unión General de Trabajadores (UGT), Nicolás Redondo, fallecido este mismo 2023, pidió a socialistas y populares que se pongan de acuerdo no solo para gobernar, sino también para llegar a pactos de «moderación y centralidad», que representarían el «sentir mayoritario» de ese 65 por ciento del electorado que respaldaron a ambos partidos en las urnas.
Junto con el exdiputado socialista Pedro Bofill y el catedrático de sociología Juan Antonio Díaz, trasladaron la visión de este colectivo para el que «lo deseable» sería un «entendimiento» entre las dos fuerzas del bipartidismo en lo referente a las políticas del Estado y cuestiones institucionales. En este sentido, Redondo remarcó la oportunidad que tiene ahora el presidente del Gobierno en funciones y líder socialista, Pedro Sánchez, de «estar a la altura» de las circunstancias que requiere tanto España como el propio PSOE y enfatizó que si él estuviese en su situación, «mañana mismo» llamaría al presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, para reunirse y hablar «largo y tendido». «Sin apriorismos míos y sin apriorismos suyos, hablaría con él largo y tendido. Y a mi partido lo sacaría de las relaciones contaminantes que puede tener con partidos como el de Puigdemont», insistió. «No me cabe duda que si el PP y el Partido Socialista Obrero Español se ponen de acuerdo, tanto Feijóo como Sánchez serían una referencia europea e internacional. No tengan ninguna duda. En sentido contrario, si no se ponen de acuerdo, pues empezarán a pensar, en el resto de Europa, que somos un país diferente», alertó.
En manos de Puigdemont
Con el panorama de pactos y gobernabilidad que el 23-J ha dejado, en el que una reedición del actual Ejecutivo necesitaría al menos de la abstención de Junts, Redondo incidió en que es «imposible» cualquier negociación con «alguien» como Carles Puigdemont «que ha huido de la justicia española». «Terminas perdiendo tu legitimidad al oponerte al protagonismo de Vox si recurres al apoyo de Puigdemont», aseveró. «No hay democracia sólida que se respete si cualquier Gobierno se apoya en un grupo parlamentario dirigido desde un país extranjero», apostilló, insistiendo en una idea que marcó todo el acto del colectivo Fernando de los Ríos.
En cuanto a una posible repetición electoral, el exdirigente del PSOE vasco subrayó que «no habría justificación» para volver a las urnas con las posibilidades que han dejado los resultados, al tiempo que incidió en pedir a la izquierda que se paren a «meditar y reflexionar», que «miren al futuro y la complejidad de todo aquello que no sea pactar con el PP».