Christian Eriksen se estrena en unos octavos de final de la Eurocopa. Dinamarca, no. La selección fue semifinalista en última edición, aquella en la que murió. Durante unos segundos, pero murió. Era el minuto 42 del estreno nórdico ante Finlandia y la imagen del capitán desplomándose heló la sangre del planeta-fútbol. Después, sus compañeros hicieron fuerza de su ausencia, y alcanzaron unas históricas 'semis' (segundo mejor resultado tras el triunfo en 1992)… pero ahora el que quiere la gloria es él, en persona, el gran mito del fútbol danés.
Eriksen, a sus 32 años, juega desde entonces (tras la operación y el regreso, ocho meses después) con un DAI, un aparato que evita nuevos paros cardíacos. El Brentford fue el equipo que le reclutó tras su 'segundo nacimiento', el United el que apostó por él en verano de 2022… pero las historias más emotivas las ha escrito con la camiseta roja de su selección. Una de ellas, un 27 de marzo de hace dos años, cuando regresó casi de forma simbólica a una convocatoria (Hjulmand, seleccionador y amigo, lo citó en cuanto tuvo el alta) y salió para recibir la ovación del Johan Cruyff Arena, en el que fue local cuatro años con el Ajax. Dinamarca perdía por 3-1 ante Países Bajos y el primer balón que tocó fue un misil a la escuadra local. La afición neerlandesa aplaudió el tanto.
El capitán ha vuelto. No será su mejor versión, aquella que elevó al jugador de Middelfart a un valor de mercado de 90 millones de euros, pero suficiente para mantener la magia en el toque y llevarse dos 'MVP' (en las jornadas primera y tercera) en la primera fase. Además, ante Serbia, se convirtió en el danés con más internacionalidades, 133, superando las 132 del mito Simon Kjaer.