El Banco de Alimentos de Soria (Balso) se prepara ya para la Gran Recogida. Su presidente, Óscar Tarancón, hace un llamamiento a los sorianos para que se animen a colaborar. Con sus aportaciones pero, también, como voluntarios en esta gran cita anual que permitirá llenar su despensa para llegar a quien más lo necesita.
¿Cómo va la organización este año?
La gran recogida es del 22 al 30 de noviembre pero, como conseguir voluntarios para tantos días es complicado, publicitariamente lo hemos centralizado en dos días, el 22 y 23. Esos días habrá voluntarios en los supermercados informando, pero realmente se puede colaborar hasta el 30. Además, este año excepcionalmente vamos a estar el lunes en el E.Lecrerc, porque es un lugar estratégico.
Hace unos días lanzaban una campaña para conseguir voluntariado y les pedían «dos horas de su tiempo». ¿Cuántos necesitan?
Contemplando solo dos turnos al día en cada supermercado y poniendo cuatro turnos solo en los sitios más potentes, necesitaríamos 130 voluntarios. Si lográramos más, podríamos abrir más turnos y sería mejor, obviamente. Y si consiguiéramos en El Burgo y Almazán también sería importante. Porque es indudable que la campaña con voluntarios se multiplica exponencialmente.
¿Está costando sumar voluntarios?
Ahora mismo tenemos como 25-30, por lo que necesitamos todavía un esfuerzo importantísimo. Tengo la gran suerte de que mi gente es increíble y asume, además de la coordinación, labores de voluntario, pero sería importante contar con más ayuda. Hemos lanzado el mensaje a los voluntarios de otros años, hemos hecho campañas en los medios, y acudiremos también a puntos concretos como la universidad, institutos, el Numancia... a entregar folletos y solicitar apoyo. De momento estas actuaciones no han tenido mucho éxito...
¿Qué previsión hay para este año?
Antes de la pandemia se recogían alimentos pero, tras la covid, es recogida en caja. Los años de pandemia fueron brutales porque había una sensibilidad y un sentimiento de colaboración especial. El primer año sin covid (el año pasado) fue bastante bien. Mi perspectiva este año no es muy buena porque veo que la sociedad está un poco saturada. Nosotros procuramos no dar mucha guerra y solo pedimos una vez al año, pero veo que el tercer sector en Soria está un poco raro.
La ayuda ahora es un donativo en la caja, que el Balso convierte en alimentos. ¿Cómo les está afectando el tema de la inflacción?
Quiero hacer un apunte. Hay supermercados que no permiten recogida física, por lo que no es una decisión solo nuestra lo de que sea un donativo en caja, es que no lo permiten.
En cuanto a la inflacción, afecta muchísimo.Estamos con un poder adquisitivo entre un 30 y un 40% por debajo de hace uno o dos años. En la leche, por ejemplo, recuerdo haber comprado a 0,50 y ahora estamos hablando de un euro. Esto supone tener que dotar prácticamente el doble de lo que dedicábamos a compar algunos productos, como leche o aceite. Y nosotros no somos Cáritas o Cruz Roja, que son 'trasatlánticos', somos como una asociación de barrio.
Hablamos de la gran recogida, pero hay otras formas de colaborar.
A lo largo del año siempre hay gente que viene por el Banco y dona alimentos o deja algún donativo. Y en la página web está especificado cómo se puede colaborar a través de bizum, transferencia y tarjeta. Luego hay donantes periódicos que todos los meses hacen una donación. Y siempre hay empresas, instituciones, colegios... que quieren hacer campañas concretas, y ahí somos más abiertos para que se haga recogida de alimentos, en lugar de dinero.
Y nunca descartamos, sobre todo con algún supermecado 'amigo' como es el E.Lecrerc, que es muy cercano a nosotros, que, cuando tenemos alguna necesidad concreta, podamos hacer una campaña física para productos concretos que precisamos.
Yyo siempre digo que no vale todo, que, al que le das, tiene que ser como cuando va a comprar.
El Consejo de Ministros aprobó en enero un Real Decreto que alteró el modelo de protección social. La medida supuso sustituir la entrega de alimentos que hasta entonces hacía el Balso (al amparo del Fondo Social Europeo) por tarjetas monedero, de las que ahora se encarga Cruz Roja y los Ceas. ¿Qué ha supuesto en la práctica este cambio para el Banco soriano?
Para nosotros era realmente un trabajo de intermediación y, desde un punto de vista positivo, nos hemos quitado esa labor de mediación donde ellos nos decían a quién, cuándo y dónde dábamos. A nivel del día a día, por tanto, supone menos carga de trabajo para mi voluntariado y mi gente.
Pero a nivel real de concepto de ayuda creo que está siendo complicado y que se está quedando gente fuera.Es gente que se ha quedado en el limbo, a la que no sabemos llegar y, como Banco de Alimentos, me da cierta pena. Creemos que ha sido todo muy rápido y va a haber un par de años, hasta que se ajuste, complicados.
¿Tienen constancia de que hay gente que está pasando apuro porque no le está llegando ayuda tras el cambio?
Sí, desde algunos Ceas nos están llamando para que les demos lotes de alimentos para gente que no está entrando en el programa. También nos dicen que, de la gente que no entra, algunos van a preguntar, otros se han descolgado y se han buscado la vida...
El Balso no da los alimentos directamente a las personas, sino que trabaja a través de entidades finalistas como Cáritas, Cruz Roja, las parroquias... ¿A cuántas entidades sirven?
Hasta mitad de año estábamos con 36 entidades, porque teníamos que atender todavía el programa europeo [la última entrega se hizo a finales de 2023 y el progama llegaba hasta abril]. Ahora nos hemos quedado ya solo con nuestro programa propio y son 20.
¿A cuánta gente se consigue llegar?
Antes atendíamos a 2.200 personas, de las que 1.000 eran de este programa de fondos europeos. Eran todas de la provincia, porque la capital la atendía Cruz Roja. Las otras 1.200 personas eran propios nuestros, de nuestros programas de entrega de alimento periódico. Ahora -y por eso digo que el tercer sector está un poco raro- llegamos a unos 900, por lo que han bajado unos 300 beneficiarias.
¿Y a qué responde ese descenso del número de personas beneficiarias?
No sabría decirlo. Lo ideal sería que es gente que ha mejorado su situación económica y por eso ya no nos necesita, pero no lo sé. Es cierto también que hemos intentado que se haga con las entidades una valoración de los usuarios, para que no haya duplicidades, ni gente que cobre sin necesidad... No sé realmente si responde a estas cosas, o es gente que está ahí en el limbo.
¿Hay un perfil de beneficiarios?
No hay un perfil claro, pero es cierto que muchos perfiles tienen que ver con la inmigración, con personas que acaban de llegar, personas sin papeles... con gente que se queda fuera de esas ayudas oficiales.
Por lo que le entiendo, el Balso ahora, con su programa, llega a todas esas pesonas que se quedan fuera de las ayudas oficiales, ¿no?
Claro. Y hay que tener en cuenta que antes ambos programas se complementaban, porque ni siquiera ese programa oficial daba para que la gente tuviera alimentos todo el año. Ahora esa gente se ha perdido en el limbo y no sabemos realmente cuántas personas están sin apoyo. Hemos hablado con la Diputación para que dé un paso al frente y le hemos tendido la mano para firmar un convenio conjunto y llegar a toda la gente que se ha quedado fuera de este programa oficial, de las tarjetas monedero.
También digo una cosa, si hay un dinero que no se reparte porque, por los baremos que se han puesto, no se llega a esta gente que antes se llegaba, entiendo que se deberá repartir para dotar de las herramientas necesarias.
El Balso se nutre de voluntarios fijos, ¿qué situación tienen?
Ahora mismo, en el día a día, no vamos mal con el núcleo fuerte de 18-20 voluntarios fijos que tenemos, aunque es obvio que, con más gente, podríamos mejorar los programas que tenemos. Lo que ahora nos falla es el voluntariado puntual. Hace 8-10 años era importante, pero en las últimas recogidas nos cuesta muchísimo.
¿Cuesta implicar a los jóvenes?
Mucho. Hemos estado en la universidad, en el Pico Frentes... y apenas sacamos 3-4 personas. Pero es sembrar y esperar a ver si se puede recoger.
¿Qué volumen de alimentos mueven?
Este año, hasta septiembre, hemos entregado unos 115.000 kilos, solo de nuestro programa. De estos, 19.000 son lo que repartimos de productos que obtenemos del E. Lecrerc, productos próximos a caducidad que dona gratuitamente el supermercado.
El año pasado movimos unos 180.000, por lo que este año vamos a más ritmo. Hay que tener en cuenta que falta la gran recogida y que tenemos como 300 beneficiarios menos.
De cara a 2025, ¿qué previsión tienen?
Va a ser complicadísimo, porque se nos acaban donaciones importantísimas que ha habido de leche y aceite por parte de Caja Rural y de un magnate. Eso supone que empezamos con 40.000 euros de menos, que debemos destinar a comprar solo estos dos productos, es una barbaridad.
¿Soria es solidaria?
Sí, no me quejo. Además, lo que yo veo en Soria es que mucha gente es solidaria anónimamente. A nivel institucional no estoy descontento. A nivel empresarial me gustaría un poco más.
¿Qué llamamiento hace a la sociedad?
La gran recogida es el momento más importante del año y, si hay buena voluntad, nos gestiona un porcentaje del año importante y casi no sería necesario hacer ya más llamamientos.