La BRIFde Lubia ha cerrado una campaña de incendios «muy tranquila», con tres intervenciones en despacho automático -toda la provincia y algunos municipios de La Rioja y Guadalajara a 50 kilómetros de la base- a Valderrodilla, Camparañón y Velilla de los Ajos, por debajo de la media desde 2009, que es de cinco actuaciones de este tipo. Además, se contabilizan seis días en misiones BRIF-las que requieren traslados más largos- a cinco incendios en Corbalán (Teruel), Valverdejo (Cuenca), Loeches (Madrid), Monterrubio de la Demanda (Burgos) y Viniegra de Abajo (La Rioja), también muy por debajo de la media desde 2009, de 13 días fuera de la base, tal como apunta el coordinador, Luis Fernández. En extinción, a pie de llama, se han trabajado 26 horas, otro dato relevante.
Los datos de este verano están lejos de los de 2009, 2013 y 2022, uno de los peores, con cinco intervenciones en despacho automáticos, dentro de la media, pero nada menos que 56 días fuera de la base en «una campaña muy exigente para todos» en la que las BRIFde Lubia y Daroca fueron las que más vuelos realizaron. «Los incendios más complicados fueron los de Cebreros (Ávila), Santo Domingo de Silos (Burgos) y todos los de Navarra, con el núcleo en Puente de la Reina», recuerda. En 2023 no hubo actuaciones de despacho automático y solo seis días de salidas BRIF a Navarra y Tenerife.
El «hándicap» de la base de Soria, dependiente como las otras ocho brigadas de refuerzo del Ministerio para la Transición Ecológica en apoyo a las comunidades autónomas y gestionada por la empresa Tragsa, «es que incendios en Soria hay pocos y cuando hay un aviso lo normal es hacer desplazamientos largos», hacia el noroeste, Galicia, Asturias, León, Zamora, Levante,Cataluña,Canarias... La ELIF de Garray y la BRIFde de Tabuyo, en León, son lo contrario, porque van más a incendios cerca.
Así lo explica el coordinador durante la visita de El Día de Soria a la base, que en estas fechas ofrece una imagen muy distinta a los meses de verano, ya que se pasa de labores de extinción, con las brigadas y los helicópteros a punto, a las de prevención de incendios forestales con labores a través del EPRIFen coordinación con la Junta de Castilla yLeón en comarcas como Almazán, Soria y Bayubas-Quintana. Además, la administración regional marca las visitas de colegios, universidad, escuela de capataces de Almazán... Estos días hay una cuadrilla de guardia por si tuviera que trasladarse a un incendio por tierra, aunque no hay ya previsión por las precipitaciones. Otro dato de interés es la participación en misiones internacionales a través de la UE, en Chile, Canadá y Bolivia.
emisoras y helipuerto. El coordinador nos guía en la visita, en la que comenta que siempre que hay un aviso de incendio en verano «suena la sirena» y hay 15 minutos de preparación de los equipos (mono ignífugo, emisoras...) y el material antes de despegar. Los pilotos encienden las turbinas y preparan las coordenadas y otros datos de interés sobre el lugar del incendio. Luis Fernández también detalla como es la dinámica de trabajo en plena campaña, con tres días de trabajo presenciales, tres de guardia y tres de descanso en los que se realiza preparación física y formación práctica y teórica; y con máxima alerta en las horas centrales del día, las de más riesgo de fuegos. Ya en el fuego, lo máximo que trabajarán las cuadrillas serán ocho horas.
En la sala de emisoras, nos muestran los equipos, con emisoras, tablets y teléfonos por satélite. La comunicación es fundamental en los incendios para poder coodinar las acciones, subraya el coordinador, así como la conexión con los técnicos de base. Los mapas por ordenador han sustituido a los colgados en las paredes, comenta junto a uno de los técnicos. Al lado, se encuentra el aula de formación y los despachos. Aunque el traslado a la nueva base será en junio de 2025.
En el helipuerto, los mecánicos comentan que su labor es tener siempre a punto ante cualquier emergencia los helicópteros, que pasan una inspección diaria. Los pilotos de Avincis (empresa aeronáutica adjudicataria), Juan Solé y Guillem Sabaté, explican que cada jornada de trabajo en plena campaña comienza con la consulta de la situación meteorológica y las restricciones aéreas, porque pueden ser desplazados a cualquier punto del territorio y deben estar siempre en alerta. Coordinan la actividad con la brigada, con la que forman un equipo, con ejercicios y formación aeronática. Ambos aseguran que la mayor dificultad en los vuelos bajos que realizan es el cableado y que los incendios de más riesgo son los más grandes, entre los que recuerdan los de Sierra Bermeja o el Teide. Mientras los bomberos trabajan a pie de fuego, ellos llegan el balde para descargar agua donde se les indique, detallan mientras nos muestran el interior de la aeronave y cómo se colocan cuando tienen que hacer un vuelo de emergencia. Las zonas más complicadas para actuar serían Asturias y Canarias, por los desniveles del terreno, así como Valencia, con complicaciones por el viento. En Soria, sería Tierras Altas.
trabajos forestales. Por último, visitamos en la zona de la Junta de los Ríos a una de las cuadrillas, alas órdendes del capataz Mikel, que realiza desbroces para abrir caminos por los que pueda pasar la motobomba y otros vehículos en caso de incendio. Siempre en colaboración con la Junta y en coordinación con los guardas del Ayuntamiento de Soria. La seguridad es fundamental en estos trabajos de invierno y nos explican que deben guardar siempre una distancia en el uso de determinadas herramientas.