Nuevo ciclo del Club Rugby Ingenieros

Jimena Barrios
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El Club de Rugby encara una temporada cuyos protagonistas son las nuevas incorporaciones

Nuevo ciclo del Club Rugby Ingenieros - Foto: E.G.M Eugenio Gutiérrez Martínez

Para el Club Rugby Ingenieros de Soria no ha sido un verano sencillo. Los equipos séniors, tanto el masculino como el femenino, han visto mermada su plantilla debido a las numerosas bajas tras el final de la temporada. Sin embargo, el club, con iniciativas como la Jornada de Puertas Abiertas celebrada en septiembre, ha conseguido incorporar a nuevos jugadores y jugadoras a sus filas. De esta forma, han podido formar dos conjuntos renovados, mezclando experiencia  con juventud, prometiendo ser dos pesos pesados dentro de sus respectivas ligas aragonesas.

En total, la entidad cuenta con 23 jugadoras en el equipo femenino, otros seis nuevos fichajes se han incorporado a la vieja guardia del sénior masculino y la escuela cuenta con hasta 58 alumnos. La temporada de rugby, y más en concreto para los equipos absolutos del Ingenieros, es una de las campañas más cortas dentro del panorama deportivo soriano. Las deportistas, tras haber disputado tan solo dos partidos, prácticamente llegan al ecuador de la campaña a mediados de noviembre, pues su liga tan solo cuenta con seis encuentros oficiales. Por su parte, la competición masculina aragonesa ha sufrido las bajas del Club de Rugby Tarazona y el Ejea Rugby Club, por lo que pasarán a disputar tan sólo 11 encuentros. 

NUEVA DIRECTIVA EN UN RELEVO GENERACIONAL. Relevo generacional en el Club Rugby Ingenieros de Soria. Carlos Sainz toma las riendas de la entidad. «Nuestro compañero Ángel Alonso llevaba muchos años al frente y, al final, es un trabajo que desgasta mucho. Tomó la decisión de echarse a un lado y, aunque nos está acompañando en todo, se ha retirado a un segundo plano».

Una base fundamental de cualquier entidad son las escuelas. De ellas salen las futuras promesas de los equipos absolutos. Actualmente, la Escuela de Rugby Ingenieros cuenta con 58 niños con ficha cerrada, mostrando una nueva opción deportiva. «Está siendo una locura», confirma el presidente. «Es algo fundamental en cualquier deporte, y más en el rugby porque es un deporte complicado y adquirir los conocimientos desde niño hace mucho». Y aunque siguen llegando caras nuevas a los entrenamientos, el club va «con pies de plomo». «No queremos que se hagan la ficha sin saber si les va a gustar o no».
Uno de los problemas que tienen todas las escuelas deportivas sorianas es la escasa fijación de población joven. Por lo general, esos niños que empezaron con el deporte en su tierra tienden a irse a estudiar fuera. Sin embargo, «mucha gente vuelve», asegura Sainz. «Yo mismo me he pasado fuera seis años y mira ahora», señala entre risas.

EL RETO DE MANTENER EL EQUIPO FEMEININO. El equipo más golpeado por las bajas ha sido el conjunto femenino. La propia entrenadora, Alba Monje, señala que ha sido el año que mayor «miedo» ha tenido por la incertidumbre de poder formar a un equipo. A principios de septiembre, tan solo tenía a 13 jugadoras en plantilla. Por suerte, el banquillo ha crecido hasta las 23 deportistas.

Empezar de cero. Ese es el reto al que se enfrenta el conjunto liderado por Monje. Para el inicio de la temporada, ese partido fuera de casa ante el Universidad de Zaragoza fue un punto clave. «Las chicas han respondido muy bien. Hemos cogido a gente de la universidad. Son gente que ha practicado algún deporte, por lo que se han familiarizado bastante rápido», destaca.

A pesar que en las primeras dos jornadas el marcador no haya fallado a favor de las sorianas, la entrenadora no los analiza como dos derrotas. «Para mí, el resultado es satisfactorio. Una derrota es que no se haya hecho lo que venimos trabajando, y no ha sido así. Por lo tanto, han sido dos victorias», señala.
Los objetivos no solo pasan por mantener al equipo, que también, sino por ir creciendo. «Nos hemos planteado jugar en Castilla y León una liga de promoción que han fomentado con unos tres equipos. Así jugaríamos en ambas competiciones y podemos darle más de dureza y compromiso».

PRÓXIMO OBJETIVO, LLEGAR A LO MÁS ALTO DE ARAGÓN. El equipo sénior masculino cosechaba su primera victoria de la temporada en casa frente al Íbero Rugby Club, un conjunto que el año pasado les dejaba fuera de las semifinales del título de la liga aragonesa. «Es una bonita forma de empezar y dar pie a cómo estamos en la liga», señala el técnico Álvar Molina.

Debido a las bajas en la liga, y como sucede en muchas otras competiciones, se ha unido en esta campaña el quipo de la cárcel de Zuera. «Nos ofrecieron meterlo en la liga y todos los clubes estuvimos conformes. Al final, un partido más siempre viene bien».
El conflicto por el horario de los entrenamientos es agua pasada. El conjunto masculino ha conseguido hacerse un hueco dentro del Estadio Municipal Los Pajaritos los lunes, compensado con el que entrenan en el Calasanz. «Nos hemos venido al campo de césped. Los chicos nunca habíamos entrenado en él. Está bien entrenar en el campo donde juegas, aunque solo sea un día». 

El conjunto ahora aspira a esos primeros puestos de la tabla. «El primer puesto es muy complicado, pero podemos aspirar a un segundo o tercer puesto». Sin embargo, en una liga tan corta, es muy complicado acertar en las quinielas. «Haces un partido que no esperas perder o no esperas ganar y puede cambiar mucho la situación».