El catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Salamanca e investigador del Instituto de Biología Funcional y Genómica, Juan Pedro Bolaños, ha recibido cerca de un millón de euros de la Fundación 'la Caixa' para descifrar el vínculo entre el cannabis y los trastornos psicóticos, en el marco de la convocatoria CaixaResearch de Investigación en Salud 2023, dotada en esta edición con un total de 25,3 millones de euros y que beneficiará a 33 iniciativas de excelencia científica y de impacto social en España y Portugal.
El catedrático de la Universidad de Salamanca asistió hoy jueves a la ceremonia de entrega de las ayudas, celebrada en el Museo de la Ciencia CosmoCaixa, en Barcelona, en la que el director general de la Fundación 'la Caixa', Antonio Vila Bertrán, recordó que "la investigación científica es fundamental para el progreso social y el bienestar de los ciudadanos. La ciencia no solo nos ayuda a construir la sociedad del conocimiento, sino que es clave para mejorar la calidad de vida de aquellos que más lo necesitan".
En palabras a Comunicación Usal, Juan Pedro Bolaños expresó que en su grupo de investigación se encuentran "muy ilusionados con este proyecto de investigación que la Caixa ha tenido a bien seleccionar para su financiación". Concretamente, se trata del desarrollo de una idea que nació de un trabajo previo en colaboración entre el equipo del IBFG y el de Giovanni Marsicano, del INSERM, de Burdeos.
Así, la convocatoria ha premiado al proyecto liderado por el investigador de la Universidad de Salamanca con una subvención de 994.100 euros para descifrar el vínculo entre el cannabis y los trastornos psicóticos. Desarrollado en consorcio con Arnau Busquets-García, del Hospital del Mar Research Institute (Barcelona), y Giovanni Marsicano, del Neurocentre Magendie, Université de Bordeaux (Francia), los científicos se proponen ahora explorar una posible nueva vía bioquímico-molecular de señalización mediada por cannabinoides que está implicada en el control de estados psicóticos.
Al respecto, el catedrático de Bioquímica y Biología Molecular explica que, dada la complejidad pluridisciplinar del proyecto, "lo hemos presentado en forma de un consorcio en el que participan G. Marsicano y Arnau Busquets-García". "La implicación de estos dos excelentes investigadores en el desarrollo de la idea ha sido esencial en la consecución del proyecto en esta convocatoria tan competitiva, ya que representan una garantía de calidad para la ejecución exitosa del plan de investigación", añadió.
El cannabis y el cerebro
El cannabis es la droga más consumida en todo el planeta. Según el último informe de Naciones Unidas sobre drogas, en 2020 unos 209 millones de personas tomaron cannabis, lo que representa el cuatro por ciento de la población mundial. Su uso, sobre todo en periodos vulnerables donde el cerebro sigue desarrollándose, por ejemplo, durante la adolescencia, puede comportar consecuencias psiquiátricas adversas graves, como la aparición de trastornos psicóticos, incluida la esquizofrenia.
Sin embargo, los fármacos derivados de los cannabinoides han demostrado tener potencial terapéutico para tratar diversas patologías. Por ese motivo, es necesario comprender qué ocurre en el cerebro para que el cannabis induzca efectos negativos como los psicóticos, porque eso ayudará a efectuar un uso más seguro de los derivados cannabinoides.
Se sabe que en el cerebro el principal componente psicoactivo de 'cannabis sativa' es el THC, que actúa activando un tipo concreto de receptores. En estudios recientes, los investigadores del proyecto han descubierto que, cuando se administra THC a ratones, esta sustancia estimula los receptores cannabinoides específicamente localizados en los astrocitos, un tipo de células del sistema nervioso central, y que eso altera el comportamiento social de los animales.
En el presente proyecto, los investigadores utilizarán aproximaciones genéticas, bioquímicas y conductuales para identificar las vías moleculares que explican los efectos psicóticos del cannabis en el cerebro y determinarán si una proteína fosfatasa mitocondrial específica puede considerarse como una nueva diana terapéutica para contrarrestar los efectos psicóticos inducidos por los cannabinoides.