Castilla y León resiste y mantiene a raya el consumo de antibióticos, con una caída de peso en cinco años, un 12 por ciento, y debido a que la Comunidad supo apretar los tornillos y redujo a mínimos históricos la dispensación de estos fármacos en los años de la pandemia, en 2020 y 2021. No obstante, si se analiza el último ejercicio, 2022, se observa un ligero repunte anual del 30 por ciento, consecuencia del fuerte descenso de los dos años previos.
Los datos de Sacyl consultados por Ical arrojan que el año pasado el consumo se cerró con 1,59 millones de envases dispensados, muy por debajo de los 1,81 millones de 2018, aunque los datos fueron mayores a los de 2020 y 2021 que cerraron con 1,29 y 1,22 millones de envases, en cada caso.
La tendencia se enmarca dentro de los objetivos marcados por el Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos y Europa, que en junio acordó intensificar las medidas para combatir las resistencias desde la salud humana, la salud animal y el medio ambiente y que ha llevado a la Consejería de Sanidad a retarse a una reducción aún mayor, un 7,5 por ciento menos en 2025.
CyL resiste y reduce un 14% el consumo de antibióticos - Foto: FS ICALPara incidir y concienciar a la población, desde ayer, 18 de noviembre, y hasta el día 24, se celebra la Semana Mundial de Concienciación sobre el uso de los antibióticos y el Día Europeo para el uso prudente de los antibióticos, teniendo en cuenta que el uso indiscriminado es la principal causa del aumento de la resistencia bacteriana frente a estos medicamentos. No en vano, se estima que las resistencias microbianas provocan unas 25.000 muertes cada año en Europa.
Junto al descenso de prescripción de envases, los mapas consultados por Ical arrojan que hace cinco años las dosis diarias por cada 1.000 habitantes en Atención Primaria se situaron en la Comunidad en 26,40. En 2022 el dato cayó a 23,6. Las cifras aún están ligeramente por encima del país, que registró 24,5 dosis diarias por cada 1.000 habitantes en 2018 y 21,6 al cierre de 2022.
En ambos casos, se observan repuntes sobre los años del covid. En España, en 2020 y 2021 se cerraron los datos con 18,2 y 18,4 envases, muy por debajo de los 21,6 de 2022; y en el caso de Castilla y León se pasó de los 19,84 y 19.53 de los años de la pandemia, a los 23,6 actuales.
Lo cierto es que desde que España lanzó el plan de resistencia a los antibióticos las cifras han ido descendiendo, con la única excepción de 2015, cuando en la Comunidad subió de 26,13 a 27,88 dosis. El indicador se mantuvo en 2016, con 27,86, y bajó en los cuatro siguientes, con 26,55 y 26,73 en los dos primeros casos, y con 24,97 y 19,8 dosis diarias en los otros dos. Lo mismo sucedió en España.
La evolución se debe a que año a año Sacyl ha incluido dentro de sus prioridades los programas de optimización de uso de los antibióticos (PROA) en Atención Primaria y Especializada y ha trabajado con formación e información a los profesionales en las áreas terapéuticas en las que existe mayor desconocimiento y que requieren formación con mayor urgencia, para poder intervenir con acciones concretas en el abordaje de una enfermedad infecciosa o en el uso de uno o varios antimicrobianos.
Objetivo 2030: un 20% menos
"Los antimicrobianos son medicamentos cruciales. Sin embargo, a lo largo de los años, su uso excesivo e indebido han provocado un aumento de la resistencia a los antimicrobianos; es decir, que los antimicrobianos pierden su eficacia y tratar las infecciones resulta cada vez más difícil, si no imposible", explican desde la Comisión Europa, que precisan que es lo que ha llevado al refuerzo de las nuevas recomendaciones que se centran en la prevención y el control de las infecciones; la vigilancia y el seguimiento; la innovación y la disponibilidad de antimicrobianos eficientes, el uso prudente y la cooperación entre los Estados miembros y a escala mundial.
Los objetivos de Europa para 2030 pasan por una reducción del 20 por ciento del consumo total de antibióticos en seres humanos; al menos el 65 por ciento del consumo total de antibióticos en seres humanos debe ser eficaz (uso del antibiótico adecuado); y una reducción de las infecciones con tres claves bacterias resistentes a los antibióticos, que se aplican principalmente a los hospitales.
Datos por provincias
Si se analiza la prescripción de envases por áreas de salud, se observa un camino muy similar en estos últimos cinco años, con los mayores descensos registrados en Valladolid Oeste (-17,82 por ciento) y El Bierzo (17,61 por ciento). Por encima la caída del 12,31 por ciento de la media autonómica se situaron Ávila (-15,44 por ciento), Burgos (13,53 por ciento), así como Segovia (13,65) y Palencia (13,25).
Los descensos fueron menos pronunciados en León (7,15 por ciento), Salamanca (8,09 por ciento), así como en Soria (13,10 por ciento), Valladolid Este (11,96) y Zamora (11,18 por ciento).
Por último, en cuanto al impacto económico, los envases dispensados pasaron de suponer 13,33 millones para las arcas de Sacyl en 2018, a los 11,42 millones en 2022, con caídas paulatinas a lo largo de los cinco años analizados. Así, en 2019 la factura fue de 12,39; en 2020, de 9,44 millones, y en 2021, de 9,97 millones.