Todavía digiriendo la dura eliminación del Mundobasket 2023 ante Canadá tras un final de infarto (85-88), asoma en el horizonte de la selección española un nuevo rompecabezas en forma de torneo previo a los Juegos para cerrar el billete a París 2024, un complicado reto que, en caso de resultado negativo, puede poner el punto y final a una brillante época dorada del baloncesto nacional.

El campeonato era para España mucho más que la defensa de la corona lograda en China 2019, puesto que era también una manera de clasificación para la cita olímpica del próximo año. Agotada ya esta vía, ya que solo los dos mejores equipos europeos en el Mundial accedían directamente al cuadro principal, se presenta la más que compleja opción del torneo preolímpico.

La ruta nacional para estar en París pasa ahora por un formato de cuatro grupos de seis participantes en el que solo consigue el pase el líder. La competición se disputará durante julio de 2024, lo que puede complicar la llegada del, por ahora, único jugador NBA español, Santi Aldama, aunque falta por resolverse la situación de Usman Garuba, cortado por los Oklahoma City Thunder.

Todavía no se conocen las sedes para cada uno de estos grupos en los que se mezclarán conjuntos de cada continente. Todo, además, condicionado por el contrato de Sergio Scariolo, que tiene acuerdo con la Federación Española de Baloncesto (FEB) precisamente hasta el final de unos Juegos Olímpicos que podría no disputar.

Entre las selecciones ya confirmadas para el preolímpico están Croacia, Montenegro, Puerto Rico, Brasil, República Dominicana, Grecia, Costa de Marfil y Bahamas, que podría sorprender con la incorporación a sus filas de Klay Thompson.

Además, caerán cuatro de estas seis, todavía vivas en el Mundial y que disputarán la fase final en Manila a partir de hoy: Alemania, Eslovenia, Lituania, Italia, Serbia y Letonia.

La derrota ante Canadá y su consecuente eliminación del campeonato fue bastante dura, pero el golpe puede ser mayor si no se consigue una ansiada plaza para los Juegos Olímpicos. Un reto más que complicado por el formato, por la fecha y por la reestructuración a la que se está sometiendo la España de Scariolo, un entrenador en la parte final de su actual contrato como seleccionador nacional y que se enfrenta a un posible relevo generacional que podría ser clave en los compromisos decisivos para que la selección nacional esté en París 2024.