La Chata se rinde a Borja Jiménez que abre la puerta grande

Fernando Orte
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La corrida de Julio de la Puerta no cumple las expectativas, con una gran desigualdad tanto en comportamiento como en presentación de los seis toros

La Chata se rinde a Borja Jiménez que abre la puerta grande

Cuarta de feria en el coso de San Benito con la corrida de toros de Julio de la Puerta para los diestro Diego Urdiales, Miguel Ángel Perer y Borja Jiménez. Algo más de media plaza. 

Ante un toro proteston y con desigualdad en sus embestidas, Urdiales tiró de técnica y fundamentó su faena por el pitón derecho con varias tandas a las que le faltó rotundidad. También destacaron detalles muy toreros por el pitón izquierdo, sobre todo algún natural y algún remate. Mató de una estocada fulminante y premiado con una oreja. 

Faena pintoresca de Urdiales ante un cuarto toro mansito y que no terminó de romper en la muleta del riojano, en la que destacó el toreo clásico y de arte en varios molinetes y muletazos de gran personalidad. Mató de una estocada y tras un aviso, fue ovacionado por el respetable. 

Por su parte, Miguel Ángel Perera firmeza ante un toro justo de raza pero colaborador, al cual le extrajo varias tandas de muletazos estimables por el pitón derecho y una tanda de naturales muy profundos y de gran largura. Mató de estocada trasera y contraria y tres descabellos, y fue silenciado en su actuación. 

Perera ante el segundo de su lote compuso una faena que estuvo condicionada por las escasas fuerzas de su oponente, aún así el diestro extremeño mostró su gran momento con tandas de gran mando y en terrenos de cercanía. Destacando varias series en redondo. Tras un pinchazo y una estocada desprendida, fue ovacionado por la afición. 

Por último, el triunfador de la pasada Feria de San Isidro, Borja Jiménez, realizó una faena muy importante en el tercero de la tarde, nombre, que calentó los tendidos sorianos con varias tandas de derechazos de gran profundidad y en la que recibió un voltereta sin consecuencias que no fue excusa para volver a la cara del toro con gran rotundidad. Mató de una estocada tendida y un descabello, y fue premiado con una oreja. 

Con el segundo de su lote, Jiménez anduvo muy templado sacando muletazos de gran mando por ambos pitones a un toro de escaso fondo al que tuvo que ponerle todo lo que le faltaba a su oponente. Tras un pinchazo y estocada, fue premiado con una oreja y por tanto, única puerta grande de la tarde. 

 

 

 

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