De los 183 municipios que componen la provincia de Soria, sólo 59 (el 39% del total) cuentan con tiendas. Es el número más bajo de localidades con disponibilidad de comercios de toda la Comunidad Autónoma de Castilla y León. Sólo tres entidades locales (Soria, El Burgo de Osma y Almazán) cuentan con más de 50 establecimientos dedicados a la venta de productos. Los datos certifican las aciagas impresiones de la Federación de Empresarios de Comercio de la provincia (FECSoria). La venta al por menor vive una situación complicada, especialmente en el medio rural soriano. De ahí que Adolfo Sainz, presidente de la agrupación y de la Confederación Regional de Comercio (Conferco), inste a la Junta de Castilla y León a inyectar medidas urgentes de protección extra que permitan mantener abiertos los establecimientos que todavía subsisten con serias . Así se lo transmitió Sainz hace unas semanas al consejero de Economía, Comercio e Industria del gobierno regional, Mariano Veganzones. Porque, insiste, «nuestra labor es fundamental» por cuanto que provee de alimentos y servicios básicos para la población y evitan que tengan que desplazarse a otras, especialmente en el caso de la gente de mayor edad. 

El problema, declara el presidente de FecSoria, es que en algunos municipios de escasa población no encuentran en la mayoría de los casos la rentabilidad necesaria para continuar su labor. De ahí que, al igual que en el caso de las subvenciones que reciben las farmacias rurales, FecSoria y Conferco hayan pedido que la nueva Estrategia de Comercio Minorista y Rural de Castilla y León 2024-2027 de la que el Gobierno regional ya ha dado a conocer un borrador incluya entre sus medidas de apoyo estos incentivos específicos. «Es muy complicado mantener una tienda con 50 habitantes. Igual que se subvenciona a las farmacias, se tendrá que plantear subvencionar a las tiendas porque también dan un servicio a los vecinos», insiste Sainz.

Las expectativas en cuanto a que el comercio rural pueda contar con más ayuda en este sentido son buenas. En la última reunión mantenida por Sainz a mediados de este mes de diciembre el consejero de Economía, Comercio e Industria se mostró «receptivo». Además, el propio nuevo plan de comercio de la Junta de Castilla y León entiende la actividad como un sector esencial. Y no sólo desde el punto de visto económico, sino también por su contribución «a la calidad de vida de los ciudadanos, especialmente en el caso del comercio de proximidad», destaca el Gobierno regional en su borrador de su nueva Estrategia de Comercio Minorista y Rural de Castilla y León.

En el caso de la provincia de Soria, sólo 34 municipios, entre los que se encuentran Yanguas, Valdeavellano de Tera, Alconaba, Santa María de las Hoyas, Morón de Almazán o Serón de Nágima, entre otras, cuentan con uno o dos comercios . Aunque lo que es peor: 124 no disponen de ninguna. Y, de hecho, iniciativas incluidas en el Plan Soria de la Junta de Castilla y León y la Diputación Provincial de Soria tienen también entre sus líneas de actuación el fomento de nuevas aperturas comerciales en poblaciones pequeñas. Desde que se puso en marcha y hasta el pasado mes de noviembre se han creado, en colaboración con distintos ayuntamientos, 27 las tiendas multiservicio. A ellas se sumarán próximamente las ya proyectadas en Almenar, Los Rábanos y Tardelcuende o Atauta, una de las últimas solicitudes recibidas dentro de este programa de ayudas.

Un pueblo «sin tienda y sin bar» está a un paso de la despoblación, recalca el presidente de la Federación de Empresarios de Comercio de Soria. «Si no queremos que cierren, algo habrá que hacer», concluye.

Sainz también reclama apoyo y ayudas para los comerciantes de venta ambulante que, en municipios en los que ya no quedan abiertas tiendas, siguen llevando el pan, el pescado u otros productos básicos de primera necesidad «a pesar de que no es rentable en pueblos con apenas tres vecinos», argumenta.

una de cada cuatro. La estadística de la actividad comercial en la región es demoledora en este sentido. En los últimos 10 años se han cerrado una de cada cuatro tiendas. «Es para echarse las manos a la cabeza», asegura Adolfo Sainz. A este ritmo, augura el responsable de FecSoria y Conferco, «nos quedaremos sin pequeño comercio».

Son conclusiones similares a las que también ha llegado la Consejería de Economía, Comercio e Industria avalado por los propios datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Desde 2010 a 2022 han echado la persiana 6.283 establecimientos en Castilla y León. Esto supone una merma del 19,20%, una disminución incluso más acusada que la observada a nivel nacional, donde este porcentaje se sitúa en el 11,97%.

«El comercio de proximidad viene arrastrando desde hace un tiempo una serie de problemas estructurales», señala la Junta de Castilla y León en el estudio previo a su borrador de plan estratégico para potenciar el sector en las próximas tres anualidades. Entre ellos destaca un alto grado de atomización, la falta de relevo generacional y la falta de cultura empresarial unido a una alta resistencia al cambio en modelos de negocio poco adaptados a los cambios sociales y tecnológicos actuales. Aunque también ha sido determinante un aumento de la competencia en forma de grandes superficies comerciales. 

Al mismo tiempo, el diagnóstico se agrava con un problemas de carácter coyuntural que han contribuido al cambio de hábitos de compras, desde una reducción de la capacidad de gasto vinculada a la subida de precios, a una modificación de las costumbres de compra. Todo ello hace necesario, según la Junta, poner en marcha acciones que permitan revitalizar y fortalecer los establecimientos existentes y fomentar la creación de nuevas aperturas en este sector. 

Uno de los pilares principales será la puesta en marcha de un paquete de medidas que tratarán de establecer un marco jurídico que proteja estos negocios y en el que se hará mención expresa al concepto de prestación al público de un determinado servicio. Al mismo tiempo se establecerán como líneas estratégicas de actuación la formación y el fomento de la cultura empresarial con campañas de promoción; la modernización, digitalización e innovación del comercio rural, que desde la pandemia se ha visto como un valor añadido importante; el fomento de la demanda del comercio de proximidad (especialmente en el caso de la población joven) y acciones dirigidas también al impulso del emprendimiento comercial poniendo el acento en cuestiones como la mejora de cuestiones de márketing, ayudas dirigidas a la modernización y digitalización de los establecimientos comerciales. Entre las medidas concretas que contempla el nuevo plan estratégico de la Junta se encuentra la puesta en marcha de subvenciones para el mantenimiento del empleo en este sector o la creación de una plataforma para gestionar traspasos.

Para el presidente de Conferco, las medidas propuestas en este borrador trienal de estrategia comercial en la región constituye un buen punto de partida inicial. «Nos gusta», confiesa. No tanto, eso sí, algunos detalles como que el propio documento no reconozca a las organizaciones de comerciantes de la región como interlocutor principal  del sector. Ésta de hecho, ha sido una de las alegaciones ya presentadas a documento. «Queremos que haga un reconocimiento específico a las asociaciones y a Conferco. Tenemos un peso específico», insiste Adolfo Sainz. 

próxima reunión. El próximo 8 de enero está prevista una reunión del consejero con distintas organizaciones empresariales de comercio de la región en la que detallarán algunas de las medidas previstas y se analizarán las alegaciones formuladas por los colectivos afectados. Para el presidente de FecSoria es preciso introducir las medidas correctoras en el sector cuanto antes. El plan, añade Sainz, llega con años de retraso y es preciso revertir la situación.