Unidad de acción institucional para combatir el «gran desafío» de la despoblación en Castilla y León. Este es el reto que se marcó ayer el nuevo delegado del Gobierno en Castilla y León, Nicanor Sen Vélez, durante su toma de posesión en Valladolid, donde aseguró que el reto demográfico es el mayor «bastión» a superar ante la baja densidad de población, el envejecimiento, la escasa natalidad y la fuga de «muchos» de los jóvenes de la Comunidad. La política con mayúsculas, «como norma básica para mejorar la vida de los ciudadanos» es la que el nuevo delegado del Gobierno se comprometió a mantener desde su nuevo cometido, desde el que también pretende ser «incansable» en su intento por «solucionar las graves carencias que sufren diferentes territorios». El nuevo máximo representante del Estado en la Comunidad hizo a lo largo de su intervención una apuesta por «el diálogo, la colaboración, la lealtad a las normas y a la diversidad de opiniones» como principios básicos de actuación.

Y es que en una Castilla y León que definió como «la tierra del municipalismo, con cientos de ayuntamientos y miles de pueblos, su magna extensión y todos sus condicionantes» son, como así advirtió, «retos diarios de los distintos cargos públicos» que es preciso atender con cooperación entre administraciones públicas, desde el Gobierno central, la Junta, las diputaciones, las entidades locales y las juntas vecinales. «Jamás el conflicto, el enfrentamiento o el incumplimiento de las normas establecidas unieron a nadie».

Con motivo de su toma de posesión como delegado del Gobierno y ante la presencia del ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, y el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, Sen recordó que el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, que está llamado a cambiar el tejido económico, productivo y social de la Comunidad. No en vano, destacó, según recogió la Agencia Ical, que es una oportunidad para «frenar» la sangría poblacional y establecer las bases para una sociedad del futuro, reivindicando las mismas oportunidades para todos los ciudadanos, con independencia de su lugar de residencia. «Cualquier acción del Gobierno que se lleve a cabo en esta Comunidad va buscar el reequilibrio entre población y territorio».

El nuevo delegado apuntó que Castilla y León cuenta con recursos agrícolas y ganaderos, forestales, patrimoniales, medioambientales, gastronómicos y culturales. A su juicio, son «potencialidades» que hay que aprovechar dentro de una colaboración «sin fisuras» entre las administraciones para construir una sociedad más sostenible y con futuro. «Voy a ser incansable en reivindicar soluciones a las graves carencias que sufren diferentes territorios en la Comunidad. Y para conseguirlo, espero contar con la ayuda de la Junta de Castilla y León y de nuestro gobierno», añadió.

Entre sus grandes objetivos, dijo,  figuran igualmente erradicar todo tipo de violencia y la desigualdad que discrimina a la mitad de la población por razón de sexo, así como la necesidad de velar por la seguridad de los más vulnerables (personas mayores, niños y mujeres víctimas de violencia machista) o la importancia de luchar contra la ciberdelincuencia, tras recordar que hoy en día uno de cada cinco delitos se produce en el «espacio cíber».
Por su parte, la exdelegada del Gobierno, Virginia Barcones, valoró la «inmensa» experiencia que le ha aportado su cargo en los últimos dos años, que le servirá para afrontar su nueva responsabilidad como directora general de Protección Civil en el Ministerio del Interior. Por su parte, el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, prometió que «desde el diálogo y la lealtad institucional» trabajarán «unidos» para lograr «lo mejor para las personas de Castilla y León».