El exceso de lesiones, la mayor intensidad del llamado 'virus FIFA', la incapacidad de los clubes (y sus preparadores físicos) para recuperar las piernas de sus futbolistas… El fútbol camina hacia un punto de no retorno por la saturación del calendario. «A pesar de que diversas asociaciones de futbolistas buscan soluciones, FIFA y UEFA siguen sumando partidos. Parece que el dinero habla más algo que las voces de los jugadores». Las declaraciones de Kevin De Bruyne antes de salir hacia Bélgica para concentrarse con su equipo nacional son mayoritarias y compartidas por todo el mundo, pero cada vez hay más encuentros oficiales. La tensión es máxima.
El Real Madrid podría disputar esta temporada 70 partidos. Una salvajada… ya solo en blanco, ya que los muchos internacionales que tiene añadirían otros 10-12 con sus respectivas selecciones. Es un calendario que, amplificado con el nuevo invento de la FIFA, el Mundial de Clubes, empezó el 14 de agosto con la Supercopa de Europa (2-0 al Atalanta) y terminaría en la final de ese 'mundialito' el 13 de julio. Once meses sin levantar el pie del acelerador. La saturación del calendario da vértigo al madridismo, hasta el punto de que el propio Carlo Ancelotti planteó a comienzos de curso «dar vacaciones» de pequeña duración a los jugadores durante la temporada para que desconectaran. «Esto no se puede sostener -afirmaba el italiano- y los que diseñan esto deben mirar qué está ocurriendo».
En el caso concreto del Real Madrid, está ocurriendo que entre viajes y partidos (incluyendo pretemporadas deficientes por los enormes compromisos publicitarios de los propios clubes) la calidad muscular de los jugadores se resiente. Y de la última ventana FIFA, Ancelotti vio caer a Tchouaméni, Militao y Mendy (aunque estos dos últimos, de menor gravedad). Y la Real a Oyarzabal. Y el PSG a Vitinha. Y el City a Aké. Y el Barça a Fermín. Y el Atlético, a Barrios...
Comparación
Hace solo 25 años, el volumen de partidos parecía similar… pero en el fondo era bien distinto. Comenzando la comparación con competiciones nacionales, la Liga tenía los mismos 38 partidos e incluso el campeón de Copa (el Espanyol) la venció en la 19/20 jugando 11 duelos, mientras que hoy el campeón puede serlo jugando hasta siete (Athletic) o incluso seis, si está exento en la primera 'ronda de elite' por ser equipo de Supercopa. Precisamente la Supercopa de España, que se disputaba a doble encuentro (y ahora a semifinales y final), mantiene también el número de enfrentamientos.
El 'lío' arranca en las competiciones UEFA. Aunque la Supercopa se mantiene a partido único, la Liga de Campeones ha incorporado cambios… que aprietan aún más el calendario. Este curso, de los habituales seis partidos de la fase de grupos se pasa a ocho (la 'liguilla' dura del 17 de septiembre al 29 de enero) y los finalistas disputarían hasta 17 partidos. El aumento ha sido exponencial en las otras competiciones europeas: en la Europa League (antes Copa de la UEFA) el Galatasaray fue campeón en 2000 jugando nueve choques, mientras que el actual campeón del torneo debe jugar 15. Y la Conference (otros 15) no se jugaba en la 99/00: la Recopa había 'muerto' un año antes y para ser uno de los tres campeones de la Intertoto, el Celta jugó apenas seis partidos en verano de 1999.
Selecciones
Las competiciones internacionales han terminado de saturar el curso. «No somos responsables, sino víctimas», se empeñaba en decir Luis De la Fuente. En 1999, España jugó 14 partidos, siete de ellos amistosos; en 2024, la selección jugará un total de 17 y únicamente cuatro de ellos de este tipo. La irrupción de la Liga de las Naciones (ocho partidos para los finalistas) no añade demasiada carga, pero sustituye a los amistosos… lo que aumenta la intensidad de los partidos y, por tanto, la posibilidad de lesiones. Otro ejemplo internacional lo encontramos en la comparación entre Eurocopas: Francia ganó la de 2000 disputando seis duelos y con un gol de oro (Trezeguet) que evitaba la saturación física en las prórrogas, mientras España ganó la última edición jugando (y ganando) siete.