El domingo se decide mucho más que el gobierno gallego de los próximos cuatro años: se decide también si Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo sobrevivirán a esos cuatro años. Con toda seguridad, uno de los dos estará entonces en La Moncloa, y el otro … En su casa, en la empresa privada … O en un cargo internacional. Poco probable que en la oposición.
Sánchez y Feijóo difícilmente remontarían un fracaso en estas elecciones gallegas, porque en sus respectivos partidos empiezan a cuestionarse si con ellos pueden retener el gobierno … O conseguir un nuevo gobierno para el PP.
El PSOE histórico no existe. No está movilizado para votar a Pedro Sánchez, y por una lealtad malentendida tampoco intentará desalojarlo del poder. En el PP el respaldo a Feijóo es sólido … Pero a medio plazo siempre aparecen figuras dispuestas a olvidar los éxitos y pedir cuentas por los fracasos. Para desgracia de Sánchez y de Feijóo, en sus partidos se mirará hacia ellos si sus partidos no salen bien parados en estas elecciones gallegas.
Besteiro nunca ha sido un candidato con posibilidad de ocupar la Xunta, y campaña ha ido a peor por culpa de un debate que él no ha provocado: la amnistía que tanto indigna a la mayoría de los españoles, incluidos militantes y votantes socialistas, que no aceptan que un gobierno del PSOE se deje avasallar por un personaje como Puigdemont, prófugo de la justicia, chantajista y antiespañol. Se menciona permanentemente el error monumental de Feijóo al abrir el debate sobre conversaciones entre PP y Junts después de julio, que Feijóo niega rotundamente que fueran negociaciones, pero que irrumpieron en la campaña por una falta absoluta de estrategia de PP y de su presidente. Pero en el lado socialista también quedó muy tocada la lucha electoral por el ministro Bolaños, alter ego de Sánchez, que además insistió en la torpeza, en el error, al anunciar que si no hay amnistía el gobierno recurrirá al indulto. Salvad al soldado Puigdemont. Patético.
Ana Pontón se ha movido con soltura en este trance de polémicas y torpezas continuadas. Ha conseguido que los gallegos olviden su trayectoria política, el ala dura del BNG, porque se ha ocupado personalmente de que se olvide; aunque desde el PP han recordado sus posiciones, que mantiene, que la convierten en la candidata que defiende iniciativas muy similares a las de Puigdemont, exclusión del castellano en la educación, fuera policía de Galicia y referéndum de autodeterminación entre otras propuestas. Sin embargo, con su imagen de mujer de hoy, buena comunicadora, cercana con la gente, y buena parlamentaria, ha hecho por el BNG lo que non había hecho nadie hasta ahora. Con la ayuda inestimable del PSOE, que solapadamente induce al voto para ella.
La lucha entre PP y PSOE es más fuerte que nunca, aunque en el caso del PSOE a través de partido interpuesto, el BNG. Nunca Pontón se ha visto en otra igual … ni nunca un candidato del PSdeG menos apoyado por el PSOE nacional.