En tono filosófico y haciéndose un sinfín de preguntas sobre el ser humano. Así recogió ayer la actriz australiana Cate Blanchett el Premio Donostia en el Festival de Cine de San Sebastián por su trayectoria en el séptimo arte ante un público entusiasmado por su galardón y su presencia en la ciudad.
«No sé mucho de nada y cuanto más hago, menos sé». Con esas palabras y citando a la escritora brasileña Clarice Lispector y «las ventajas del no saber», la intérprete de Blue Jasmine interpeló al público del Palacio de Congresos del Kursaal.
Tal y como estaba previsto, la estatuilla fue entregada por el director mexicano Alfonso Cuarón, con quien acaba de rodar la serie Disclaimer, pero también apareció por sorpresa, a través de un vídeo grabado desde Venecia, el actor y director George Clooney.
«Si hay un hilo conductor en mi ecléctica carrera, siempre ha sido el deseo de saber y de conocer. ¿Qué quiere decir ser humano? Esa incertidumbre que encarna ser un ser humano. El mundo es un lugar enormemente incierto», afirmó Blanchett. En ese sentido, consideró «desconcertante» el nivel de certezas y falta de dudas que parece haber en el mundo actualmente.
«Vivir una vida creativa y llena de dudas es el ADN de cualquier proyecto. Cuando empiezas algo reconoces que no sabes nada y que estás ahí para tratar de averiguarlo, por eso me preocupa ver que tratamos a veces de encontrar respuestas muy rápido», añadió.
Por su parte, Cuarón la equiparó a una artista poco conocida del siglo XVII, Catalina Hermoso, de quien afirmó que «podía hipnotizar audiencias con sus cantos», y que fue mentora de sor Juana Inés de la Cruz y de Spinoza, pero su obra murió consumida por el fuego. «Las dos comparten un fervor de vida insaciable por el conocimiento, las causas justas y el arte», señaló el mexicano.
Blanchett revolucionó San Sebastián desde su llegada a primera hora de la tarde al hotel María Cristina, en traje de chaqueta azul y zapato plano, y con una multitud congregada a las puertas para pedirle una foto o un autógrafo.
'Soy Nevenka'
Previamente a la entrega del Premio Donostia, la cineasta Iciar Bollaín presentó su película Soy Nevenka en la sección oficial, sobre el acoso que sufrió la edil de Ponferrada Nevenka Fernández en el año 2000 por el entonces alcalde de la ciudad. Durante el estreno, la realizadora consideró que «todavía ponemos el foco en la víctima, que hable, que denuncie», cuando habría que ponerlo «en el agresor y en nuestros entornos más cercanos y sobre todo no ser cómplices con el silencio».