Hay decisiones que adopta el Gobierno que bien merecen analizarlas. Por ejemplo, la ministra Pilar Alegría, portavoz del Gobierno además de titular de Educación, y José Luis Escrivá, ministro de Transformación Digital y de la Función Pública, han anunciado dos proyectos que, a mi juicio, son de lo más acertados.
Comenzaré con lo que a Educación se refiere, recordando que el sistema educativo español no es ninguna bicoca, lo sabemos y no solo por el Informe Pisa. El "contenido" de lo que estudian nuestros niños y adolescentes es cada vez más magro.
Los distintos titulares de Educación han venido ciñendo el "conocimiento" a "surfear" a través de las nuevas tecnologías olvidándose del "contenido". También han considerado obsoleto algo tan necesario para bandearse por la vida como el "esfuerzo". O que hay que "hacer codos" y memorizar determinadas materias.
Y si los planes de estudio dejan mucho que desear, determinados artilugios como los teléfonos móviles, se han convertido en un elemento distorsionador para el aprendizaje.
Si, lo sé, a todos nos resulta casi imprescindible el teléfono móvil, nos sentiríamos desnudos sin él y, lo que es peor, se ha creado una auténtica adicción al teléfono móvil tanto entre adultos como en niños.
Naturalmente hay quienes se han hecho inmensamente ricos promoviendo esta adicción. Una adicción que parece menos "fuerte" que otras drogas, pero que en realidad no lo es.
De manera que me parece más que acertado que responsables educativos hayan dado la voz de alarma pidiendo que los móviles no estén omnipresentes en las escuelas y que la ministra de Educación se haya hecho eco de esta demanda decidida a que los móviles no estén presentes en las clases.
No se trata de que un niño no pueda llevar un móvil en la mochila, pero sí que no sea un elemento imprescindible encima del pupitre.
Dicho sea de paso el PP se equivoca con sus reticencias a esta medida, en mi opinión, acertada. Los populares no pueden ignorar los efectos perniciosos que provoca la dependencia del móvil entre niños y adolescentes.
Una de las cosas que más me apenan es observar en los parques públicos, en la playa o en el "recreo" en los coles, a niños ensimismados en la pantalla de su móvil, en vez de jugar, correr, inventar, reír, etc.
Como me sulfura cuando en un restaurante ves a una familia en que todos sus miembros en vez de hablar entre ellos tienen la mirada pegada al móvil. O esos padres que dicen que la única manera de que sus hijos no den la lata es colocarles delante de la pantalla.
Sacar los móviles de las aulas me parece, no solo necesario, sino perentorio. Ojalá todas las escuelas implanten esa decisión incluidas las que gestionan las Comunidades Autónomas gobernadas por el PP.
Recuerden que los "gurús" que se han hecho multimillonarios con las nuevas tecnologías confiesan que no permiten a sus hijos entretenerse ni con los móviles ni con el ordenador. Ellos saben porque lo hacen y no tiene nada que ver con poner puertas al campo, o sea al futuro.
En cuanto a la segunda decisión que aplaudo,la del ministro José Luis Escrivá, se trata de que los ciudadanos no tengamos que "mendigar" una cita previa para hacer cualquier trámite en la Administración, ni que nos remitan a sus páginas webs para solucionar nuestros problemas.
Durante la pandemia estaba justificado que se adoptaran medidas encaminadas a preservar la salud, pero ahora mismo no hay nada que justifique que un ciudadano no pueda presentarse ante una "ventanilla" a plantear alguna cuestión o intentar resolver un problema.
Si a los ciudadanos nos derivan a hacer todas nuestras gestiones vía on line, y si se nos niega que podamos hacer cualquier trámite en directo, entonces cabe preguntarse para qué necesitamos tanta burocracia.
Dice el ministro Escrivá que hacen falta funcionarios, y estoy de acuerdo, la cuestión es que hacen falta más médicos y enfermeras en los hospitales de la Seguridad Social y en la Atención Primaria, y se necesitan más profesores en las escuelas públicas, también en las Universidades, y seguramente hace falta aumentar el número de efectivos en la policía, etc, etc, etc. Pero tengo dudas de que necesitemos más puestos de burocracia, aunque el ministro sabrá.
Lo que no es de recibo es que el "vuelva usted mañana" o sencillamente "no vuelva" y haga los trámites por Internet o pida cita previa y ya le llamarán.
Los ciudadanos tenemos derecho a que nos atiendan en los organismos públicos, y que nos atiendan presencialmente.
De manera que, en medio de tantas tormentas, de tantos errores, de tanta desolación como la que viene provocando este Gobierno a cuenta de su ley de amnistía, de vez en cuando viene bien pararse en cuestiones que realmente afectan a los ciudadanos. Y estas dos iniciativas, en mi opinión, son la más de loables.