"Hemos propuesto una línea de bus hasta el Campus"

Shandra Ledesma
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Admite «no ser imprescindible», pero desde hace más de dos décadas es la cara visible de la Asociación de Vecinos de La Barriada, la primera en constituirse, por la que se «compromete totalmente» con la reivindicación y la acción como enseñas

Ignacio Gutiérrez, presidente de la Asociación de Vecinos de La Barriada. - Foto: Sergio de Miguel

Ignacio Gutiérrez es la cara visible de la Asociación de Vecinos de La Barriada, en la capital. Vinculado a la organización desde 1990 y en la junta directiva desde 1991, primero como vocal de Juventud y después como secretario, es su presidente desde 2003. En medio hubo un impasse para renovar la cúpula y volvió a salir elegido. Asegura «no ser imprescindible», pero su implicación es garante de que este barrio capitalino esté siempre de actualidad. Hablamos con el histórico presidente sobre pasado, presente y futuro. 

En octubre de 2022 lanzó un órdago para el relevo de la junta directiva... 

Más que nada porque hubo problemas internos y la única manera que hubo de solucionarlo era provocando la dimisión de toda la junta y que hubiera una reelección. Creo que no soy imprescindible, pero me volvieron a votar. Una cosa es echar una mano y otra volver a ser presidente. Me lo tomé como una nueva etapa. 

Quienes le conocemos sabemos que se implica mucho en su faceta como presidente vecinal... 

Quizá demasiado, eso me dicen. Pero es que cuando me comprometo lo hago totalmente porque no puedo dejar algo sin hacer si me he comprometido a ello. Otra cosa será cuando diga 'se acabó' porque se necesita relevo, pero mientras yo esté voy a seguir haciendo todo lo que esté en mi mano por el bien de los vecinos. Pero, ya digo, no soy imprescindible.

Si le brindaron su apoyo entonces y continúa como cabeza visible será porque algo está haciendo bien... 

Siempre me buscan a mí, pero suelo decir que en la junta directiva somos más, que también pueden dirigirse a ellos.... Pero es verdad que he estado en todo el movimiento asociativo que ha habido a mi alrededor siempre y quizá eso influya. 

Quizá también porque se mueve para dar visibilidad a todo lo que hacen en la asociación...

Me suelen preguntar cómo es que voy tanto a la radio o a la televisión. No es que me guste o me deje de gustar, pero es que estando yo allí, como soy la cabeza visible, el barrio está siempre en primera línea, se puede dar voz a lo que hagamos. Y mientras la asociación esté en primera línea es que tiene actividad y está viva. 

El movimiento vecinal es algo más que reivindicación, también es acción. Y la Asociación de Vecinos de La Barriada es pionera en ello, con la llegada, por petición, de la primera línea de autobús, llevaron la gestión de ayuda a domicilio, tienen un centro social para mayores... 

Es que hemos estado en todas. Aparte, como fue la primera [Asociación de Vecinos] de Soria también fue la promotora de la Federación, la que ayudó a otras, y también participó en la creación de la Confederación de Asociaciones de Vecinos de Castilla y León (Cavecal). Tenemos el número 1 de registro en el Ayuntamiento de Soria y de Castilla y León, el 69. O sea, que siempre hemos estado ahí. Hemos promovido otros movimientos asociativos en nuestro entorno: también hemos estado en la APA (ahora AMPA) y estamos en el Consejo Escolar Municipal y en el Consejo de Mayores de Castilla y León.

En educación, la zona única es una vergüenza porque hablamos de conciliación cuando mandamos a chavales de La Barriada a [los colegios de] Las Pedrizas o La Arboleda. Con lo fácil que es darles plaza en el Doce Linajes, que es su barrio. El Ministerio de Educación ha sido el único opuesto. Hemos mandando cartas y no se han dignado ni a contestarlas. Les da igual. 

Cuéntenos algo más de toda esa actividad menos visible... 

También hicimos el reparto de alimentos de Cruz Roja y europeo, y en la ayuda a domicilio llegamos a tener a 60 trabajadoras en nómina. 

Eso es impensable en muchas organizaciones y menos aún siendo un movimiento vecinal…

Claro. Eso supuso mucho esfuerzo a nivel personal porque encima llevábamos toda la gestión. Lo que sí nos molestó una vez fue que uno de los concejales socialistas, Luis Pascual, dijo que esta asociación tenía más presupuesto que muchos ayuntamientos. Pero se dejó la última parte: que teníamos 60 nóminas de trabajadoras. Y las cosas a medias siempre son confusas y llevan a los malos entendidos. Si dices una cosa di también la otra. 

Parecen un garante de ayuda para los vecinos... 

Hombre, siempre hay problemas. Pero nosotros intentamos estar ahí para darle al socio toda la actividad que nos pida. No siempre todo lo que nos proponen o proponemos sale. 

Y, ahora, ¿en qué actividades están inmersos?

Dedicamos lo que era el antiguo mercado a diferentes actividades, como bailes. Además, tenemos un grupo de socios que hace ahí la distribución de alimentación ecológica (frutas y verduras). Lógicamente, en verano hacemos un parón, pero tenemos el grupo de mujeres que hace manualidades, están las clases de yoga, tenemos talleres de pintura en acuarela con Eva Carballares y de óleo con Jaime del Huerto. Hay bar, peluquería, se hacen manicuras y otras cosas relacionadas con la estética… Todo lo que es en beneficio del socio lo hacemos y lo seguiremos haciendo. 

Hablábamos de que La Barriada es abanderada del movimiento vecinal en la capital. ¿Cómo ve ese asociacionismo actualmente?

Yo lo veo muy apagado, por decirlo de alguna manera. Nos gusta que nos lo den todo hecho. Porque una cosa es que tengamos afiliados y otra es su participación. Con el tiempo toda esa relación de vecindad que había, por lo menos en mi barrio, con los nuevos vecinos se va perdiendo. Ya no era lo que era antes: dejar la puerta abierta, necesito esto y voy a la vecina a ver si tiene… Cada vecino que hace la casa nueva, incluso los de las viejas, copiando de los otros, lo primero que hacen casi es la valla para tener su independencia. Pero es verdad que a nosotros se nos siguen asociando. Quizá sea por la actividad o porque tenemos precios especiales. A lo mejor eso también tira un poco. 

Las cosas, la sociedad, han cambiado. Pero es verdad que La Barriada está de moda: muchas personas la eligen para fijar su residencia. 

Sí. Antes era el barrio pobre, el barrio obrero al que no quería ir nadie. 'Uy, La Barriada, menuda gente', decían. Y ahora resulta que es el barrio rico. Aunque hay una cosa que preocupa un poco, como preocupa en todo Soria:en el último estudio que hicimos de barrios, incluida La Barriada, sale a 1,7 habitantes por vivienda. Y en lo que es La Barriada, de 307 o 309 viviendas, depende de si se cuentan las del cura y de los maestros, creo que hay más de 100 casas vacías u ocupadas puntualmente en verano unos días o sólo los fines de semana. 

Entonces, se puede decir que La Barriada también se elige como una segunda residencia, lo que hace que no haya una población fija durante todo el año…

Sí. Lo que es el conjunto del barrio son bloques muy grandes, pero muy deshabitados. Muchos están en alquiler, muchos con gente viuda… Estamos despoblados (bromea). 

El barrio cuenta con un plan específico de protección dentro del PGOU para preservar su peculiar urbanismo. ¿Ha llegado tarde?

Pedimos esa protección hace por lo menos 25 años, e intentamos hacer una modificación en el plan urbanístico aprovechando cómo son las casas, su orientación y mantener una estética. Pero se fue el traste. 

El que ha venido ahora se aprobó en 2019, pero yo creo que ya había demasiadas modificaciones, demasiados contrastes entre unas viviendas y otras, y ahora se ha exigido que, por lo menos, se mantenga la fachada. Siempre intentando no perjudicar al dueño de la vivienda; lo menos posible. Pero, lógicamente, se pretendía volver a lo que fue, que se hubiera mantenido la línea en todas. Sí es cierto que sí permitíamos ampliación porque son [viviendas] pequeñas y había que acondicionarlas, pero siempre dentro de la línea. Y eso no se mantuvo en su día, y ahora, aunque lo han hecho, es complicado. 

Personalmente creo que tampoco hay mucha vigilancia porque parece que son licencias que vienen aprobadas desde hace mucho tiempo, -aunque creo que las licencias tienen un período de tiempo de caducidad-, porque veo que se están haciendo cosas que no están dentro del plan que aprobamos. En los colores y formas de vallas, en la forma de ampliación... Posiblemente falte algo de vigilancia en ese sentido. 

Entonces, este plan de protección urbanística de La Barriada no pone trabas a que cada uno rehabilite su casa como quiera...

No, porque encima está contemplado que se pueda ampliar la casa lateralmente. Eso para los que no tienen opción de hacer un sótano o garaje para dar cabida a una cochera de unos 30 metros cuadrados. Y eso sí que están haciéndolo. Lo que pasa que a mí no me gusta la forma en la que están desarrollándolo algunos vecinos. Algunos modifican la entrada y dentro de lo que es la casa hacen entrada a la cochera en vez de ampliarla a un lado para garaje. Habría que estudiar bien el plan, a ver si eso está permitido o no o, como pasa en tantas cosas, hay lagunas que el arquitecto o quien sea el encargado de eso sabe dónde ubicarlo. 

Hablando de urbanismo ¿Cómo ha ido afectando la transformación de la ciudad al barrio?

Lo primero que nos afectaba era cuando hicieron el paseo de la calle Albacete que permitía en el centro de ese bulevar un cruce con la calle Teruel y ahí, por problemas de sol, velocidad o lo que fuera era raro el día que no había accidentes. Conseguimos que se unieran, que se quitara ese acceso de la calle Teruel. Desde entonces no ha habido ni un accidente. 

Con la avenida de Valladolid, desde que hicimos las manifestaciones cortando el tráfico y poniendo un poco de relieve qué sucedía, ha habido muy pocos accidentes. 

Ahora nos afecta que mucho tráfico sube por la calle Albacete. Y parece la autopista. Y no contentos con eso, la gente no está concienciada de que es un casco urbano, que es una barriada en donde por esa calle tienen que pasar los vecinos a la farmacia, a la iglesia, a los mercados… Todos los servicios de esa zona están justo al otro lado. Hemos pedido en varias ocasiones que La Barriada se considere 'zona 20', como zona residencial, donde la prioridad la tenga siempre el peatón. Lo vemos lógico. 

Quizá una vez que se terminen las obras actuales de las travesías también se beneficie el barrio de éstas o de futuras actuaciones...

Supongo que una vez que se acaben el barrio ganará mucho, sobre todo con los accesos y porque habrá menos número de accidentes. Aunque a lo mejor benefician más a la zona izquierda, según se sube, de la avenida de Valladolid y de Los Royales para accesos. Después tenemos pendiente un proyecto que ya hemos presentado al Ayuntamiento y que ha visto un ingeniero con técnicos municipales. Es la posible modificación de todo el bulevar de la calle Albacete, porque no es normal que se circule a esa velocidad y la acera tenga, en el mejor de lo casos, 60 centímetros de ancho. Con lo cual, la salida de los vecinos a la calle es ya un peligro. Y más, pasando el autobús. Hemos hecho un boceto de lo que pensamos que podría ser;eso siempre revisado por un técnico. Pero hay un problema con el arbolado, por el tema de cortar. Sería bueno que se pudiera, pues quedaría un paseo central con aceras más amplias y aparcamiento delante de las casas para evitar el peligro por atropello. Ahí hay mucha labor. 

¿Han presentado algún otro proyecto al Consistorio?

Sí: que una de las líneas vaya de La Barriada al Campus universitario pasando por Los Royales. 

¿El Ayuntamiento es receptivo a sus planteamientos?

Creemos que es receptivo. Es fácil que nos hagan las cosas pequeñas, pero aún se podría hacer más. Da la sensación de que el Ayuntamiento está pasando por una crisis de personal, así que a lo mejor aunque pudiera tampoco conseguiría llegar a todo. 

¿Qué hay del concierto de los huertos urbanos municipales?

Lo tienen un poco abandonado. Con la pandemia la cesión se prolongó un año más. En octubre presentamos modificaciones al concierto para empezar en enero en vez de en marzo para que la gente pudiera preparar los huertos con tiempo. Pero de los 80 que tenemos igual hay 20 abandonados. Nosotros nos encargamos de la limpieza y el mantenimiento.

¿Tienen alguna petición pendiente?

Cuando se hizo el centro cívico, que a mí me gusta llamar Asociación de Vecinos de La Barriada, porque nosotros pagamos los gastos, nos hubiera gustado que nos derivaran algunas actividades que hace el Ayuntamiento y en las que hay overbooking para que nuestros vecinos no se tengan que trasladar hasta el centro porque para eso tenemos locales. Hemos enviado los horarios y locales que tenemos libres para que puedan ofertar plazas ahí, pero hasta ahora no lo han hecho. Y antes, en verano, teníamos cantidad de actividades para los chavales, pero desde que se sacan a través de La Peonza no contamos con subvención para hacerlas. 

¿Qué necesidades tiene La Barriada?

Sobre todo aceras. Sería necesario que fueran más anchas y se pudieran hacer rebajes para accesibilidad. En materia de limpieza se puede destacar que los imbornales están taponados y habría que limpiarlos;habría que poner señalización para la recogida de excrementos animales, y deberíamos tener más contenedores para los residuos de huertos y jardines porque sólo hay dos y otro que pagamos desde la asociación. Estaría bien que podasen los árboles, como se hace en otras ciudades, por limpieza y por visibilidad lumínica, y la limpieza de hierbas altas. Asimismo, sería importante eliminar todo el cableado aéreo, contar con más marquesinas de autobús, y que el servicio de wifi fuera más accesible. Un problema gordo es el alumbrado entre la calle J del polígono hacia La Tejera; eso es 'la boca del lobo'. Además, hay canalones que vierten agua a las aceras en pleno invierno en zona umbría y eso debería vigilarse, como que se renueve el asfaltado cuando se abren calles para instalaciones. 

¿Cómo ve al barrio en el futuro?

Creo que no va a cambiar mucho porque podría haber cambiado en tiempos cuando se pensó hacer una avenida larga hace muchos años. 

Y también pensando en su futuro, ¿repetirá como presidente?

Si tuviera equipo no me importaría porque si quieres que algo funcione tienes que tener respaldo, no llevar todo el peso a tus espaldas. Yo he estado trabajando desde que entré, con más o menos acierto. Pero el caso es hacer algo, porque el que no lo hace, desde luego, no se equivoca. También tengo 71 años y eso también se nota.