Por fin. La parte nueva del Hospital Santa Bárbara ha entrado en funcionamiento. Aquí es donde deberían sonar las fanfarrias. Qué feliz lo anunció el Presidente de la Junta en el Pleno de las Cortes. Con esa misma felicidad, volvía a repetir que la unidad de radioterapia estará antes de fin de año. Una buena noticia, no cabe duda, aunque llegue con tropecientos años de retraso. La Junta de Castilla y León anunciaba en octubre de 2010 el procedimiento abierto para la ejecución de las obras de reforma y ampliación del Hospital de Soria, Fase II, con un presupuesto base de licitación de casi 35 millones de euros y un plazo de ejecución/entrega de 40 meses. O sea, tres años y pico. Se han pasado catorce. Luego llegaron las subfases de las fases y otras inversiones en las que nos perdimos. El caso es que se han pasado catorce años. Cuando algo se ejecuta con mucho retraso, ya no es tan buena noticia, porque significa que, durante mucho tiempo, no se ha prestado un servicio acorde a las necesidades de los pacientes.
Mañueco incluyó este anuncio en la respuesta a una pregunta del procurador de Soria Ya, Ángel Ceña: "¿está satisfecho con el trabajo de la Junta para retener el talento de los jóvenes sorianos?". No entiendo muy bien qué tenía que ver el propagandista aviso del hospital con la pregunta del soriano. Quizá, cogiendo el rábano por las hojas, justificaba que el hospital puede ofrecer trabajo a los jóvenes. Hospital aparte, Mañueco aseguró que su gobierno se esfuerza en "ayudar a los jóvenes de Soria y de toda Castilla y León en educación, vivienda, contratación y mejores servicios públicos como factor de atracción y retención del talento". Resumiendo, que no contestó a la pregunta de Ceña porque se perdió, como siempre, en la demagogia y el discurso vacío sin concretar nada. Hay datos del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud que no le interesa airear, porque son contrarios a ese canto de sirenas que le lanzó a Ceña: 1.400 jóvenes se marchan cada año de Castilla y León en busca de oportunidades laborales a comunidades como Madrid, Euskadi y Valencia. La pobreza afecta al 26,2% de las personas jóvenes de Castilla y León, unos jóvenes que dedican más de la mitad de su salario (57,9%) para pagar el alquiler de una vivienda. El paro juvenil en esta comunidad es el triple que en el Estado español. Los jóvenes de Castilla y León tienen un salario medio anual de 12.603,93€, es decir 1.050,33€ menos que la media de España. Por favor, señor Mañueco. Ya está bien. Tomaduras de pelo, las justas. No se rían, no mientan, no maquillen, no tergiversen, no manipulen, no adulteren, no falseen. Para poder resolver un problema, y la juventud en Castilla y León es un gravísimo problema, hay que reconocerlo. Si no se reconoce, no hay diagnóstico y si no hay diagnóstico, no hay solución. Ya está bien.