Jesús Quijano

UN MINUTO MIO

Jesús Quijano

Catedrático de Derecho Mercantil de la Universidad de Valladolid


Tanta violencia

07/10/2024

Observen la frecuencia con que encontramos en los informativos, en los medios de comunicación, en las redes sociales, noticias relacionadas con el uso de la violencia. Por supuesto, por encima de todo están las imágenes horrendas de bombardeos y masacres en esos lugares que están en el centro de atención informativa. De ahí nos llega la imagen de la violencia en su grado más extremo, que es el que deriva de la guerra abierta, del uso del armamento más mortífero, o de técnicas sofisticadas para eliminar al adversario.

Me refiero sin embargo a ese otro tipo de violencia más cercana, que nos proporciona casi a diario escenas de la más elevada agresividad. Me refiero a esas peleas colectivas que con tanta habitualidad se producen entre grupos de jóvenes, o no tan jóvenes, que parecen organizados para el enfrentamiento; con frecuencia en las proximidades de locales de ocio nocturno; con frecuencia utilizando armas preparadas para hacer daño; hasta dando la impresión de que se trata de confrontaciones convenidas de antemano. Me refiero a esas agresiones absolutamente desproporcionadas, en las que se ejerce violencia de grupo contra personas, por motivos más o menos insignificantes, por portar un atuendo llamativo en cierto sentido, por tener un determinado aspecto, o un determinado origen, o por participar en una disputa con cualquier motivo, sea de ideas, sea de opiniones, sea de tráfico. Me refiero a las manifestaciones violentas con ocasión de acontecimientos deportivos, principalmente el fútbol, pero no solo. Me refiero, en fin, a ajustes de cuentas, a duelos entre bandas organizadas para enfrentarse, o a tantos otros fenómenos de similar naturaleza, excitados en las redes y acompañados a menudo del consumo de sustancias que contribuyen a la agresividad.

Además de contemplarlo con horror, y lamentarlo vivamente, habrá que preguntarse qué está pasando. Porque da toda la impresión de que la sociedad, o al menos ciertos sectores, se encuentran en un estado de excitación del que se pasa con facilidad al ejercicio de la violencia, de manera que la espiral que genera va creciendo hasta producir esas situaciones a que me refería. Las causas serán múltiples, sin duda, y haría falta un análisis plural para identificarlas. Lo que tengo claro es que solo con la represión no va a bastar, porque creo que la raíz es mucho más honda y más compleja.