En su balance de fin de año, el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo pronosticó que Pedro Sánchez iba a pasar el año "entre el juzgado, Waterloo y algo de Franco", y además ha recomendado a sus huestes que estén preparadas por si a lo largo del año al Gobierno se le acaba la resiliencia y decide convocar elecciones anticipadas.
La presencia de Sánchez en los juzgados es una forma de hablar porque quienes si estarán son su esposa, Begoña Gómez, y su hermano menor. Dos sumarios que se encuentran en avanzado estado de investigación por lo que sería deseable que se concluyeran cuanto antes, a no ser que existan intereses espurios en que su instrucción se prolongue por cuanto supone un desgaste personal para el propio Sánchez. El tercer proceso es el del fiscal general del Estado por un supuesto delito de revelación de secretos para desmentir un bulo. En este asunto la implacable aplicación del Código Penal y la enrarecida relación ente el Supremo y la Fiscalía General choca contra lo que los legos en derecho ven con meridiana claridad, quien es el presunto delincuente -el novio de Ayuso-, y quien intentó frenar un bulo salido de la filtración del jefe de gabinete de Ayuso. Todos los jueces que llevan estos asuntos cuentan con el respaldo de los órganos superiores, por lo que no se verán afectados por las nuevas actuaciones que han propiciado apertura de expedientes disciplinarios y correctivos a jueces lenguaraces y persistentes en el error. La deriva del cuarto asunto que salpica al Gobierno, el 'caso Koldo', dependerá de las pruebas que aporte el nexo corruptor, Víctor de Aldama, que si demostrara que existió financiación ilegal del PSOE cobraría una dimensión sideral.
¿Viajará Pedro Sánchez a Waterloo a ver al prófugo Carles Puigdemont? Si lo hiciera antes de que le fuera aplicada la amnistía sería un error político evidente. Pero el tiempo juega en contra de sus intereses. El Constitucional acaba de señalar que la revisión de los recursos contra la ley de amnistía llegará en otoño, mientras que Sánchez espera saca adelante los Presupuestos Generales el Estado en el primer trimestre de 2025 para lo que necesita los siete votos de Junts. Solo el compromiso de Puigdemont de votar a favor de las cuentas públicas y de aflojar la presión parlamentaria justificaría la visita de Sánchez, y supondría aplicarle la 'amnistía política' que demanda el expresidente catalán, pero asentaría la idea de que es capaz de todo con tal de permanecer en el poder.
La celebración del cincuentenario de la muerte del general Franco, paso previo para que años después se lograrán poner los cimientos del régimen democrático, es extemporánea y de dudosos efectos electorales. No está de más, sin embargo, recordar a las víctimas de un régimen sanguinario que mataba después de acabar la guerra y persiguió a quien defendía libertades y derechos, un asunto sobre lo que debiera existir un consenso básico porque responde a una realidad y la falta de una visión común es lo que motiva que el franquismo siga siendo objeto de discrepancias políticas y que algunos o lo defiendan o les cause problemas que se le nombre. ¿Y el rey? Algunos ven una trampa saducea la invitación del Gobierno a los actos antifranquistas y celos de Sánchez. Y hete aquí que el PSOE es el valladar que impide que se sobrepasen algunos límites contra la Corona.