El Ayuntamiento de Soria ya ha encargado a la empresa Doctor Árbol, experta en arboricultura y el concepto urban forestry, una «valoración de riesgo» del arbolado de las márgenes del Duero, incluyendo el Soto Playa y el Paseo de San Prudencio y desde el Fielato a la senda de Pescadores. En la última tormenta cayó un gran chopo y hundió la pasarela y anteriormente también el viento había derribado otro. Es una zona en la que hay carteles de advertencia de caída de ramas los días de fuerte viento y que se cierra al tránsito por parte de la Policía Local cuando hay alerta de temporal, pero va a dar un paso más.
La concejala de Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente, Yolanda Santos, explica que ante todo se hace por «seguridad», un espacio natural protegido y muy transitado por los sorianos, donde se realizan numerosas actividades. «Se trata de adelantarnos para que no nos pase como en Valonsadero, porque las choperas tienen un tiempo de vida y los árboles del Soto Playa también son mayores», ya que se plantaron en los años 60-70. El mantenimiento ya no es suficiente y se precisa una solución con urgencia.
El trabajo consiste en un análisis del estado del arbolado en general y de cada ejemplar en particular, al tiempo que los expertos apuntarán los trabajos que hay que realizar (tala, conservación, retirada...). «Podríamos dejar que el Soto Playa siguiera su evolución natural y que se fueran cayendo los árboles e ir plantando otros y que hubiera madera muerta, como un bosque salvaje, pero al ser una zona con mucho tránsito es prioritaria la seguridad», añade la concejala destacando la importancia de este informe de riesgos para concretar, por ejemplo, «los árboles que no pueden aguantar otro temporal de viento o de nieve, ahora que se acerca el invierno». Con estos resultados, que estarán listos en noviembre, el ayuntamiento realizará un proyecto de restauración de la zona siguiendo las pautas establecidas.
plantaciones. Los resultados estarán listos en noviembre y se comenzará a actuar en invierno, que es tiempo de podas y trabajos, «priorizando el riesgo inminente». «Se irán plantando y reponiendo especies de ribera, sin ser todo chopos, porque pueden ser álamos, sauces... todos los árboles autóctonos que tenemos para naturalizar la zona», indica Yolanda Santos, insistiendo en que los que hay son árboles con muchos años, como el último que se cayó, y son un riesgo al que hay que adelantarse.
La empresa está especializada en estos trabajos y realizó también la restauración de la chopera de Almazán. «A simple vista puede parecer que un árbol está muy bien pero después por dentro no es así. Los árboles no avisan», subraya recordando que uno de los últimos que se retiró del Soto Playa tenía el tronco agrietado. De ahí la necesidad de este estudio con esta firma con experiencia en toda España. «En otras épocas lo que habrían hecho es retirar toda la chopera y reponerla. Pero no es una chopera al uso de explotación como puede haber en cualquier pueblo, es un sitio muy crítico porque es una de las zonas más recorridas y turísticas, junto a Valonsadero, además de un espacio natural protegido», añade apostando por la necesidad de conservar el bosque de ribera y que estas acciones no tengan un impacto negativo en la fauna y en la flora del río.
El ayuntamiento se va a apoyar en el estudio del Brera sobre la fauna en este enclave para conservar las especies. Antes de cortar o podar se envía el informe a la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) y el Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, al ser zona protegida. Este proceso recuerda al de Valonsadero, donde los árboles plantados ya están creciendo. «Allí era imposible mantenerlos porque primaba la seguridad».