La Inteligencia militar británica estima que Rusia ha ordenado el cese temporal de las operaciones de su flota de aviones de alerta temprana A-50U tras el segundo siniestro de estos aparatos ocurrido la semana pasada, reclamado por Ucrania como un derribo tras una operación combinada.
Las autoridades de Ucrania anunciaron el 23 de febrero el derribo en el mar de Azov de un avión de control y alerta temprana modelo Beriev A-50 de la Fuerza Aérea rusa, un mes después de que anunciaran también a la destrucción de otro A-50 mientras volaba sobre esas aguas.
"Tras esta nueva pérdida es muy probable que Rusia haya ordenado el cese de la flota que se encarga de apoyar las operaciones en Ucrania", ha explicado el Ministerio de Defensa británico en su última evaluación del conflicto publicada este sábado en su cuenta de la red social X.
El Ministerio cree que esta orden va en paralelo a las investigaciones internas "en relación a su fracaso a la hora de proteger" el aparato y, en términos generales, "sobre su capacidad de mitigar la amenaza que representa la defensa aérea ucraniana".
Para Londres, la pérdida temporal de esta capacidad de control aéreo "degrada significativamente la capacidad situacional de sus tripulaciones aéreas", un déficit "que Rusia no puede permitirse dado que el espacio aéreo del este y el sur de Ucrania está disputado".
Así pues, la Inteligencia militar británica ve "probable que Rusia tenga que explorar opciones para salvar este problema", como por ejemplo "la reconfiguración" de otros aparatos y asumir "un riesgo mayor para aportar el apoyo aéreo que su infantería tanto necesita".
Esta cuestión, "es un problema desde hace tiempo" que, "casi con toda probabilidad se ha visto agravado por la eliminación de los A-50 de las operaciones de apoyo".
Entre otras opciones, "parece realista que Rusia intente rescatar para su uso varios fuselajes en reparación de aviones A-50" hasta que los aparatos funcionales regresen al servicio.