Ya tenemos las fiestas de San Saturio a la vuelta de la esquina. El grupo municipal Vox está con el morro torcido porque el equipo de gobierno, con su mayoría absoluta, no le ha dejado participar en la preparación de los actos festivos. Es lo de siempre: hay partidos, como éste, que tienen un discurso en la oposición y el contrario cuando les toca gobernar. No hay más que tirar de hemeroteca. Las Cortes de Castilla y León aprobaron, en abril, los Presupuestos de la Comunidad para 2024. Fueron los segundos presupuestos de PP y VOX en Castilla y León (a Abascal aún no le había dado la pataleta). Y ahora viene lo bueno, los dos socios de gobierno no aprobaron ninguna de las 2.393 enmiendas planteadas por la oposición. En el primer presupuesto ocurrió exactamente lo mismo. Lo de la participación de la oposición en decisiones gubernamentales, la que ahora reclama la extrema derecha soriana con el programa de San Saturio, no existe en ninguna institución. En el caso de los presupuestos generales es sangrante, porque la normativa sí habilita un mecanismo, las enmiendas, para participar. En el supuesto de la programación de las fiestas patronales, no tiene sentido lo que piden los dos concejales ultraderechistas. Da la risa. Si quieren decidir en la gestión municipal, tendrán que ganar las elecciones y gobernar. Esto de la democracia funciona así, el que gobierna, gestiona. Pero Vox sale con el viejo cuento del rodillo. Lo de mezclar conceptos para confundir y manipular a la ciudadanía con el fin de desgastar al gobernante está muy visto. Lo comprobamos a diario con multitud de temas como, por ejemplo, la okupación de viviendas. Estoy hasta ahí de escuchar las sandeces del triunfito que no triunfa y salta de canal en canal para quejarse de que le han okupado la casa cuando en realidad son sus inquilinos. Intenta colar eso que repiten y repiten derecha y extrema derecha. Eso de que bajas a comprar el pan y cuando subes ya te han okupado tu casa. Es de primero de manipulación: amedrantar a la población con mentiras para que se echen encima del gobierno acusándole de malas praxis y desgastarle. Otra vez echamos un ojo a las ocurrencias de la extinta Junta de la derecha y la extrema derecha cuando decidieron crear sus oficinas antiokupas. La última vez que se publicaron datos sobre su actividad fue en enero lo que demuestra el escaso interés que genera. En los primeros siete meses de funcionamiento, sólo habían recibido 147 consultas en toda la comunidad, es decir, una media de 24 al mes, menos de una al día. El mismo consejero de Medio Ambiente y Vivienda, Juan Carlos Suárez Quiñones, reconocía que la ocupación ilegal de viviendas no tiene una importancia relevante en Castilla y León. Es absurdo crear una oficina para resolver un problema que no existe, pero amedranta, que algo queda.