Somos mucho más que identidad. Somos relaciones, haber sido y poder ser. Somos acuerdos, aspiraciones, dobleces, fragilidad, subjetividad en aguas agitadas y revueltas por una dinámica electoral, deseando algo estimulante y promisorio y también aprender a mirar con atención afinada el significado entre montajes y lecturas del fondo duro y rocoso de la realidad, en un clima de época de epígrafes prescindibles ante fotos que hablan.
Fue el soriano José Angel González Sainz quien en principio me inspiró a comenzar a dar forma a estas líneas en el avión de regreso a Argentina, al leerlo sobre elegir lo que vale, y saber lo que es bueno. Él recuerda que para Machado el bueno es el valiente, el que no se deja llevar por doctrina, con afinamiento del criterio y del juicio y de un ejercicio cotidiano de indagación permanente. Lo suscribo de palmo a palmo cuando expresa que si no sabemos lo que es bueno como personas y como sociedad, si no sabemos diferenciar, sopesar y escoger en conciencia, sin obnubilaciones ni seguidismos, por muchas cosas que sepamos o conocimiento que acumulemos carecemos de la brújula que oriente nuestros pasos y nuestros actos.
En el aire pude comenzar a degustar las páginas de 'La vida pequeña'- entendida como actitud, ejercicio de escucha y respeto, de cualidad humana- con destino a un contexto de alta incertidumbre en busca de un sentido con perspectiva y temple en el país donde nací y resido, y en un tiempo electoral como pocos en su historia reciente.
El domingo pasado la incógnita llegó a su fin, tras mensajes y declaraciones públicas de espesor en un preludio de dichos y gestos al servicio de una conquista hacia la máxima responsabilidad ejecutiva entre el 10 de Diciembre de 2023 y el 10 de Diciembre de 2027.
La experiencia del discernimiento es la experiencia de la libertad para desbrozar y liberar de tantas rémoras acumuladas- sostiene González Sainz-y así saber distinguir la impostura de la verdad y la apariencia de la realidad.
Afrontar los dilemas distinguiendo y decidiendo conlleva un aprendizaje cívico.
En su texto el fundador del CIAM ( Centro Internacional Antonio Machado, «un libro contra la pérdida de la realidad, la desatención y la mentira- se lee en su contratapa- guarda relación con una nueva heroicidad de gustar alegrías más altas», advierte que hay que buscar saber, tratando de estar siempre en vela, despiertos ( las palabras que más le gustaban a Machado).
El resultado fue abrumador.
La ciudadanía eligió creer en la posibilidad de un Estado creativo que no deponga valores y redunde en un mayor bien para la vida en común. Así, procuró discernir dudas objetivas, y rechazó la épica pícara con una hoja de ruta atravesada por la inflación mayor de la región y la inseguridad que fijan agenda entre las preocupaciones extremas y naturalizadas en la cotidianeidad argentina.
En la instancia del balotaje, y a cuatro décadas del regreso a la democracia en Argentina, casi un 56% de los argentinos eligieron la propuesta de « La libertad avanza», intentando ver desde otro sitio y reconsiderar este singular llamado a las urnas. Javier Milei irrumpe en la escena política con notas diferenciadas desde su preámbulo libertario y con una agenda de desafíos para reconstruír la ética pública.
De ahora en más, es esperable que el Presidente electo deje a la Argentina ser ella misma, haciendo su nuevo camino al andar. Y es deseable que contribuya a un rediseño serio de país, con temple y sin arrogancia , con compromiso y responsabilidad política para afianzar los pilares básicos de la democracia. Y por qué no- al decir del escritor soriano- logre «producir Edén» labrando y cuidando ideales más altos en una vida más despejada para cada argentino de bien.