José Luis Bravo

SOPA DE GUINDILLAS

José Luis Bravo

Periodista


Rutina de fin de año

29/12/2023

Es una costumbre, muy apegada a la profesión periodística, la de hacer balance de los hechos acaecidos a lo largo del año que termina. Es un mecanismo muy recurrente ya que, de paso, sirve para completar los espacios y tiempos en un periodo cargado de fiestas que suele dar menos que hablar que los días ordinarios del resto del año. Ni siquiera hay liga de fútbol, que ya es decir. Los articulistas, como el que suscribe estas líneas, no somos ajenos a este fenómeno que, por otra parte los adictos a la opinión suelen leer con interés. Así que vamos a ello.
En las escasas líneas de esta columna no cabe, como supondrán, un resumen de lo sucedido en 2023. No ha sido poco y lo más relevante con claros sesgos negativos, cuando no catastróficos, en el caso de las guerras. En España, por supuesto, las elecciones convulsas que hemos vivido y padecido hasta la constitución de otro multitudinario gobierno de Sánchez, aún tienen mucho recorrido pendiente de los  efectos de los pactos, cuya materialización está aún en trámite de concretarse y seguro que sin unanimidad en esta España cada vez más polarizada que nos ha tocado vivir. En este escenario los territorios despoblados como Soria han menguado su protagonismo que está al borde de la extinción y han pasado de ocupar primeras páginas a ser un asunto menor, casi folclórico. ¡Soria Ya! tiene presencia significativa en las Cortes de Castilla y León con voz y voto pero, no nos engañemos, su eficaz equipo de comunicación seguro que se desespera al difundir con periodicidad regular, noticias de los desprecios que  propicia la mayoría, integrada por Partido Popular y Vox, a las propuestas que se plantean al ejecutivo.
No hay noticia destacada en 2023 en Soria. Al menos una que afecte a todo el colectivo de ciudadanos. Ni siquiera la que se refiere al incremento, leve por cierto, de nuestra población. Nadie puede interpretar esa suma de ciudadanos como un cambio de tendencia que apadrine un cierto optimismo. A la espera de que se vayan completando algunas infraestructuras, como la A.11 que arrastra casi 40 años de promesas baldías, contemplamos perplejos las lamentaciones otras provincias que se sienten marginadas porque aún no cuajan los proyectos para su enlace ferroviario en alta velocidad. Aunque sea con empresas de bajo coste para cubrir los trayectos.
No consta, en fin, nada que celebrar. Pero no se amarguen la vida, aquí seguimos y sea cual sea la evolución de los tiempos habrá quien se ocupe de poblar esta tierra y de dar la batalla por ella. Espero que nadie se desmoralice por mis pronósticos pesimistas y en cualquier caso, que para todos ustedes, el 2024, sea un buen año.