Dos mujeres del PSOE, Esther Peña y Pilar Alegría, con responsabilidades en el partido la primera y el Gobierno de Sánchez la segunda, han asumido el papel de hacer el ridículo y humillar a los territorios despoblados, comparando la 'financiación singular' que se va a aplicar a Cataluña con la mísera 'fiscalidad diferenciada' que aprobó la Unión Europea para las tres provincias despobladas. Soria la que más.
Llego tarde porque ya se ha dicho casi todo y como era de esperar, la oposición ha saltado como un gato del agua hirviendo con todo tipo de réplicas cargadas de tantos calificativos como sus asesores han sido capaces de crear para los 'argumentarios' de obligado cumplimiento. Pero volvamos al PSOE. Hay quien aún cree que tenemos un gobierno progresista porque está presidido por el líder indiscutible para los que quieren 'salir en la foto'. Pero no es verdad. El principio fundamental de lo que antes llamábamos izquierda es la igualdad, o al menos la aproximación de los pobres a los ricos. No me refiero sólo a personas, también a los territorios de nuestra irregular España. No es progresista ni el Concierto Vasco, ni la Foralidad de Navarra, pero infinitamente menos aún la aludida Financiación singular para Cataluña que se acaba de pactar para sostener a Illa en la presidencia autonómica y a Sánchez en la Nacional. Pero las justificaciones no cuelan, y sus artífices lo saben. Lo humillante es que pongan a trabajar las mentes de mercenarios de la palabrería y la mentira para sostener decisiones que a todos nos consta a qué responden. A los socialistas también; y me gustaría oírlos. A los de Teruel, Cuenca y sobre todo los de Soria. Incluso a los que pudieran solidarizarse desde otros puntos de la geografía nacional denunciando la vergonzosa explicación que calificaría de infantil si no se tratase de algo tan grave. No es la primera vez que lo hago, pero reitero que este comportamiento derivado de alianzas de necesidad en las que todo el que puede 'subasta' sus votos al mejor postor, amenaza seriamente la cohesión nacional y el interés de todo el país si, a la vista de cómo funciona el sistema, grupos regionalistas o provincialistas piden y logran el voto para poder chantajear al aspirante a presidente y obtener prebendas. Es lo que funciona. Claro que, si todos hacemos lo mismo, el Congreso será un bazar de mercachifles donde los que tengan peor mercancía, o sumen menos votos, se van a comer los mocos.
Por cierto, a quienes se indignan, desde la derecha, por este nuevo escarnio, les recuerdo que algunos llegaron a la Presidencia del gobierno hablando 'catalán en la intimidad. Por supuesto hablaban de la 'pela'.