Han tenido que pasar 20 años para el edificio del Banco de España licite su nuevo uso tras la suspensión definitiva del monetario. Se trata de una edificación de buena factura y aspecto neoclásico, cuyo abandono no ha impactado demasiado en el centro urbano de la ciudad, cosa que suele ocurrir cuando una construcción se abandona.
El Gobierno de España ha licitado ya las obras y ha llegado el momento de visualizar qué va a ser en concreto este centro y que impacto va a tener en la ciudad. Recuerden que ésta es la opción B, la A, era la conversión de este espacio en una subsede del Museo del Prado, nada más y nada menos, y que, una vez se disipó esta propuesta, sin saber muy bien por qué llegó a abrirse, surgió una especie de concurso de ideas que pasaron desde un museo etnológico a incluso de las fiestas y el folclore local. Un buen día, o no tan bueno, según se mire, se colgó en la puerta de entrada un letrerillo que anunciaba el próximo traslado allí de la sede de la Subdelegación del Gobierno mientras que se disponía que el antiguo edificio del Gobierno Civil pasara a ser sede la Comisaría de Policía. Era la versión del Partido Popular para reorganizar las instituciones y sin gastarse un duro en una nueve sede que la Policía Nacional pedía a gritos. Salía barato al ejecutivo de Mariano Rajoy.
El caso es que dio la vuelta la tortilla y ahora hay una comisaría, más que decente, junto al parque de bomberos y un proyecto en marcha. Imagino que irreversible, porque les recuerdo que ya hubo obras en su momento e incluso exposiciones de fotografía en el edificio del Banco de España. Pero vamos al grano y al futuro que nos propone este proyecto ya licitado y con doce meses por delante para su ejecución y más de seis millones de presupuesto.
Se anuncia que será un 'centro de referencia'. Entendido, pero nos faltan algunos detalles del máximo interés. Por ejemplo, el impacto que va a tener para la ciudad más allá de las exposiciones que celebre, congresos quizá, y presencia frecuente de los notables de este arte que muchos tanto admiramos. La dinamización de las poblaciones de la España que pierde población es una emergencia que no se está atendiendo con suficiente interés con el argumento, mil veces esgrimido en esta columna de que es la pescadilla que se muerde la cola, como somos pocos nuestros votos pesan poco y como nuestros escaños son mínimos no comemos los mocos y menguamos de manera alarmante.
Pese a todo, me alegra de verdad que esta solución se ponga en marcha y de paso pregunto qué ocurre con el enorme solar que ocupa la vieja cárcel de Soria cuya reversión al ayuntamiento capitalino no termina de materializarse.