Comenzamos la primavera con la extraña sensación de tener en Soria el  tiempo propio de la estación, aunque nos advierten que en breve va a cambiar, pero también con el convencimiento que nuestra provincia sigue ajena a los grandes proyectos que los gobiernos regional (perdón, autonómico) y nacional van a llevar a cabo en los próximos meses. Sí, por supuesto que dependiendo de a quién preguntemos y, sobre todo, teniendo en cuenta si su partido gobierna una u otra institución, su apreciación será completamente distinta.
El caso es que, por muy optimista que uno se sienta, cada noticia sobre presupuestos que aparece, siempre va en detrimento de una provincia como la nuestra. Seguro que hay muchas otras que se encuentran en una situación parecida a la nuestra, hemos podido comprobar que desde que Europa nos catalogó como aptos para recibir las ayudas al funcionamiento en zonas despobladas el resto de España no dudó en lanzar sus propios mensajes en busca de un pedacito de las mismas.
Y claro, tanto el Gobierno de España como la Junta de Castilla y León han tirado por la calle del medio, no sea que los otros territorios les demuestren en las urnas un inconformismo que les debilite políticamente, y han aplicado las medidas de tal manera que apenas las hemos notado. Pero eso sí, mantienen las exigencias  al otro gobierno para que cumplan con nuestra provincia  lo que ellos niegan.
El caso es que, año a año, vemos como las promesas se solapan, como los fondos prometidos se repiten sin que a nuestra provincia les llegue más que unas migajas. Fondos que no se suman, sino que se solapan por que el año anterior no se ejecutaron. Eso sí, hay proyectos que siguen recibiendo unas inversiones millonarias que en nada parecen beneficiar nuestra provincia.
Pero lo peor es que, por muchos planes que nos presenten, por muchas buenas palabras que nos digan nuestros políticos, por muchas sonrisas y apretones de manos, nuestro futuro no se nos presenta mucho mejor. Seguimos esperando el maná del cielo sin percatarnos que la igualdad y solidaridad solo existe cuando se refiere a otras provincias. A nosotros solos nos ofrecen buenas palabras y números engañosos en los que siempre da la sensación de que Soria sale ganando, está claro que para gobernar antes que tener conocimientos en materias que favorezcan a los ciudadanos hay que saber manejar el arte del trile y dejar que los ciudadanos ocupen todos sus esfuerzos en buscar la bolita.
Eso sí, en otros territorios (densamente poblados y con fuerza en los apoyos parlamentarios) no solo van a recibir las ayudas que les corresponden, sino que amenazan con llevar a cabo esa solidaridad directamente para ellos. Gestionar lo que ellos generan, sin tener presente (o sí, pero les da los mismo) que su actual estatus viene generado de la mano de obra que se formó en otros territorios, incluido el nuestro, de las ayudas que a nosotros se nos negaron y del apoyo institucional que han recibido desde siempre por mucho que se rasguen las vestiduras día sí y noche también.